Medio Ambiente

Castilla y León contará en el primer trimestre de 2023 con una nueva estrategia de educación ambiental hasta 2030

Su objetivo es lograr una mayor relación con la gestión ambiental y con los responsables de la toma de decisiones

Los consejeros Suárez-Quiñones y Rocío Lucas durante la entrega de las distinciones de "Centro Educativo Sostenible"
Los consejeros Suárez-Quiñones y Rocío Lucas durante la entrega de las distinciones de "Centro Educativo Sostenible"Ical

La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha iniciado los trabajos para dotar a la Comunidad de una nueva Estrategia de Educación Ambiental para el período 2023-2030, ya que prevé aprobarla en el primer trimestre de 2023. Su objetivo es lograr una mayor vinculación con la gestión ambiental y prestar mayor la atención a la población adulta y especialmente a los responsables de la toma de decisiones.

En un comunicado, la Junta explicó que ha pedido colaboración a más de 1.200 personas, entidades e instituciones, a fin de que aporten sus propuestas y manifiesten sus expectativas en la materia. Con ellas, la Consejería elaborará un documento borrador que se someterá a información pública y participación ciudadana.

Medio Ambiente indicó que la recomendación del Consejo de Europa -junio de 2022-, relativa al aprendizaje para la transición ecológica y el desarrollo sostenible, aconseja implantar y seguir desarrollando enfoques globales y colaborativos de la enseñanza y el aprendizaje para la transición ecológica y el desarrollo sostenible en los que participen todas las partes del sistema de educación y formación, así como los interesados de otros sectores.

Asimismo, la Junta remarcó que promueve “la educación ambiental a través de su planificación mediante estrategias plurianuales que se han mostrado como un instrumento esencial para promover y afrontar los cambios sociales y económicos necesarios para avanzar en la protección del medio ambiente. Por ello, es necesario garantizar la continuidad de esas iniciativas e incorporar nuevos contenidos”.

Esta tercera estrategia pretende generar sinergias y proyectos de colaboración entre los distintos grupos de interés con los que ya existe una experiencia continuada: las entidades locales de más de 20.000 habitantes y las diputaciones provinciales, las universidades públicas, los municipios pequeños, los centros escolares acreditados con el sello ambiental ‘Centro Educativo Sostenible’, así como las empresas que cuentan con autorización ambiental y las que están adheridas al Sistema comunitario de gestión y auditorías ambientales (EMAS).

También busca ofrecer oportunidades de colaboración en materia de educación ambiental para otros grupos de interés como son los promotores privados y emprendedores de la educación ambiental, los medios de comunicación y la sociedad organizada. ADemás, promoverá oportunidades de aprendizaje inicial y a lo largo de la vida, para todos, sobre sostenibilidad ambiental e impulsará la reconexión y el contacto con la naturaleza, así como el conocimiento directo de las cuestiones ambientales.

Segunda estrategia: 835 actividades

La evaluación de la anterior Estrategia de Educación Ambiental ha determinado que en el periodo 2016-2020 se desarrollaron más de 835 actividades y programas de educación ambiental, con una inversión total de 8,32 millones de euros y 2,06 millones de participantes.

Iniciativas como el sello ambiental ‘Centro Educativo Sostenible’ o los convenios con las entidades locales y las universidades públicas lograron, según la Junta, movilizar a un número “muy importante” de personas y colectivos vinculados a los diferentes grupos de interés a través de una metodología de participación ciudadana en la que destaca la implementación de un volumen muy amplio y diverso de actuaciones (cursos, jornadas, campañas, premios, etc.).

Además, el impulso a los programas de educación ambiental de la II Estrategia estuvo acompañado de los avances en algunos indicadores de sostenibilidad de la Comunidad, como el descenso de la emisión de gases de efecto invernadero, el aumento de la producción de energía eólica y solar o la disminución en el consumo energético medio por habitante de usos eléctricos.