Iglesia Católica

Las colectas parroquiales vuelven a crecer

El fin de las restricciones de la pandemia provoca que haya más fieles durante las misas y, por ende, que suba la recaudación, que en la Diócesis de Valladolid ha sido de 1,5 millones de euros en 2021

Misas con distancia de seguridad
Feligreses guardan distancia de seguridad durante la misa celebrada este domingo en la localidad vallisoletana de Viana de Cega tras declararse el estado de alarma por la pandemiaNACHO GALLEGOAgencia EFE

El fin de las restricciones por la crisis sanitaria del coronavirus ha provocado que los fieles regresen a las misas y oficios religiosos en las iglesias y parroquias. Y, por ende, la recaudación obtenida en las tradicionales colectas en las ceremonias también ha crecido.

En el caso de la Diócesis de Valladolid, por ejemplo, el incremento de las colectas durante el pasado año respecto al 2020 ha sido del 25,1 por ciento hasta un total de 1,5 millones de euros, según datos facilitados este viernes por el Arzobispado de Valladolid y que se reflejan en la Memoria Económica de 2021 de la Diócesis vallisoletana al frente de la cual se encuentra desde este verano pasado el palentino de Meneses de Campos Luis Argüello.

Además, las aportaciones voluntarias también han aumentado, en concreto un 11,6 por ciento hasta alcanzar los 4,2 millones de euros,

Unos datos que, como cada año, se han dado a conocer en vísperas de que este domingo 6 de noviembre se celebre el Día de la Iglesia Diocesana, con la que se pretende concienciar a los files de la importancia de sostener a la Iglesia desde el punto de vista económico, pero también para mostrar el agradecimiento con todos los que colaboran.

Tras las aportaciones de los fieles, la principal partida de ingresos de la Diócesis de Valladolid durante el pasado año ha llegado de la asignación tributaria, que rozó los cuatro millones de euros.

Mientras que la conservación de edificios y el funcionamiento eclesiástico, con casi cinco millones de euros, por delante de la retribución del clero, que ascendió a 2,8 millones, han sido los gastos principales en la Diócesis vallisoletana, según explicaba el ecónomo, José María Conde, quien apuntaba que en estos momentos figuran en nómina unos 200 sacerdotes y quince seglares.

Por todo ello, desde el Arzobispado se congratulan de que, un año más, el balance de las cuentas es positivo, al cerrarse el ejercicio de 2021 con unos ingresos de 11,9 millones y unos gastos de 10,8 millones, lo que supone un superávit de 1,1 millones de euros.

El nuevo vicario general del Arzobispado, Jesús Fernández Lubiano, junto al ecónomo diocesano, José María Conde, y el delegado de Patrimonio, Jesús García Gallo, presentan la memoria económica de la Diócesis de Valladolid
El nuevo vicario general del Arzobispado, Jesús Fernández Lubiano, junto al ecónomo diocesano, José María Conde, y el delegado de Patrimonio, Jesús García Gallo, presentan la memoria económica de la Diócesis de ValladolidRubén cachoAgencia ICAL

Hacia una Iglesia más sostenible

Por otro lado, cabe señalar que la necesidad de ahorrar en los costes de energía (gas, gasoil y electricidad), pero también la indicación del papa Francisco en favor de una Iglesia más respetuosa con el medio ambiente, ha calado en el arzobispado de Valladolid, donde se han encomendado a las energías renovables para una gestión más sostenible.

Así, el Arzobispado de Valladolid instalará placas fotovoltaicas en las instalaciones del Seminario Diocesano y del Centro de Espiritualidad, que serán de tamaño medio y orientado al autoconsumo, tanto para “abaratar” costes como para entrar en perspectiva de conversión tecnológica.

El precio de cada una de ellas oscila entre los 40.000 y 45.000 euros para producir una energía más limpia y barata, según apunta el responsable diocesano de Patrimonio, Jesús García Gallo,quien se refería al concepto de “descarbonización de la economía” que sugiere la encíclica ‘Laudato Si’, firmada en 2015 por el papa y que encabeza el primer verso de un cántico de Francisco de Asís para agradecer al Señor los dones de la madre tierra que sustenta al ser humano.

A esas instalaciones de placas fotovoltaicas, dentro de la provincia se añade otra similar para calentar durante el invierno la capilla de san Juan Pablo II en la iglesia parroquial de Simancas, sufragada con sus propios medios, añade el delegado.

”Vamos a intentar animar a todos los párrocos a que sigan esta dirección”, decía García Gallo, en declaraciones recogidas por Efe, antes de matizar que cualquier renovación de los sistemas de calefacción mediante energías renovables no afectarán en ningún caso a edificios catalogados como patrimonio histórico y artístico, sino a “centros funcionales”.