Sociedad

¿Dónde se encuentra la Plaza de Toros más antigua del mundo?

Fue inaugurada en 1.711 en un municipio español

Plaza de Toros de Béjar (Salamanca)
Plaza de Toros de Béjar (Salamanca)Jcyl

El toreo es una de las tradiciones más arraigadas de la cultura española, además de ser una de las más famosas a nivel mundial. Considerada como técnica o arte, su aparición se debe a la existencia del toro bravo, una evolución del primitivo urus. Una raza que, pese a no ser exclusiva de la península ibérica, sí que es donde consiguió encontrar su mejor asentamiento.

Hay quien considera que el origen de la tauromaquia se encuentra precisamente en la Prehistoria, cuando llegaba el momento de la caza del urus. Algo que estaría unido a la figura del toro que se representaba en la pintura rupestre, con un significado de valor material y que suponía una representación poética sobre la lucha entre el hombre y la bestia. Sin embargo, la influencia más directa parece venir del Imperio Romano, más concretamente de su circo, para después desarrollarse en la Edad de Bronce.

Además se considera un arte que nació en España del que se tiene constancia en el siglo XI. La primera corrida de toros documentada se sitúa en el año 1128, siglo XII, en la boda de Alfonso VII de Castilla (hijo de Urraca I de León) y Berenguela de Barcelona. Tuvo lugar en la localidad de Saldaña (Palencia). La crónica de la época recogía: “...en que casó Alfonso VII en Saldaña con Doña Berenguela la chica, hija del Conde de Barcelona, entre otras funciones, hubo también fiestas de toros”.

Plaza de Toros de Béjar (Salamanca)
Plaza de Toros de Béjar (Salamanca)Jcyl

A partir del siglo siguiente, en el XIII, se extiende la tradición de “correr los toros” para festejar bodas, bautizos, funerales… Mientras que la nobleza iba a caballo, el pueblo llano corría a pie. Además se conocen la celebración de festejos taurinos en Ávila y Zamora.

En estos primeros años de festejos, y debido a su carácter popular, la fiesta de los toros se celebraba en sus inicios en las plazas y calles, que se acondicionaban con tableros y andamios para poder acomodar al mayor número de espectadores. Este procedimiento resultaba muy costoso e inseguro, por lo que a partir del siglo XVII se dotó a los recintos taurinos de balconadas para alojar a los asistentes.

En el siglo XVIII, el toreo se profesionalizó, y los empresarios, para obtener mayores ingresos, tuvieron la idea de levantar plazas de toros en recintos cerrados. Las instalaciones con las que cuenta una plaza de toros comprenden las zonas destinadas al público, el ruedo dónde se desarrolla la lidia e instalaciones necesarias para la celebración del festejo taurino.

Las localidades para el público se sitúan en la zonas de tendido, grada o andanada, en función de su proximidad al ruedo, siendo la andanada la más alejada.

El ruedo es donde tiene lugar la lidia. También hay una barrera de madera de metro y medio de altura y varios portones batientes para la entrada y salida de los participantes (puerta de cuadrilla) y de los toros (puerta de torilesy de arrastre) aunque la cantidad y disposición de estos accesos varía de un recinto a otro. Alrededor del ruedo también hay burladeros equidistantes que permiten la salida del ruedo a la zona del callejón de los participantes en la lidia.

El callejón es un corredor circular en torno al ruedo al que no hay acceso desde las localidades. En él se sitúa la autoridad competente, agentes de seguridad pública, personal sanitario, cuadrillas, el empresario de la plaza, los ganaderos y medios de comunicación.

La plaza de toros comprende también las instalaciones destinadas al ganado, como los corrales, que se comunican mediante portones y que tienen un acceso para los camiones de trasporte del ganado. También hay chiqueros, cajón de curas y desolladeros. Además, consta de patio para el movimiento de los caballos en el que se sitúan las cuadras y una zona de carnización, que de emplea a no ser que se efectúe traslado de las reses al matadero. Y la primera construcción de estas características en el mundo se dio en la localidad salmantina de Béjar, más conocida como “La Ancianita”.

Del primer festejo que hay constancia se realizó en 1667 en una improvisada plaza cerrada con maderas. Después del éxito de las corridas allí celebradas el duque D. Juan Manuel II concedió el permiso para construir el coso taurino.

Está situada en el monte del Castañar junto al Santuario de la Virgen del Castañar, a dos kilómetros de Béjar. Hay un espacio reservado con varias plazas de estacionamiento a menos de 200 metros, pero ninguna de las plazas está señalizada como accesible ni cumple los requisitos.

Desde esta zona hasta el acceso a la plaza hay que cruzar la carretera (en pendiente descendiente) y luego subir por otra carretera de acceso con una pendiente que oscila entre el 8 y el 12 por ciento. Unos metros antes del acceso hay un bordillo de acera cuya altura varía entre 6 y 9 centímetros. El pavimento a partir de esta zona, además de en pendiente ascendente es de cantos redondos incrustados, lo que dificulta aún más la deambulación.

Esta plaza que se configura como un polígono exento –construcción que no comparte superficies verticales con otro edificio– que encierra un coso circular de 41 metros de diámetro, construido en 1711 en piedra, con aforo para 3.500 personas, conserva el mismo perímetro y superficie general, con los chiqueros y dependencias que en su día autorizase el XI duque de Béjar, Juan Manuel López de Zúñiga.

Tras la primera construcción se reformaron los dos tendidos existentes a los que se les añadieron asientos de granito en el año 1713. Las obras fueron costeadas por los vecinos de Béjar, Candelario y La Garganta instancia de Antonio Algibar y Fernando de la Vega oficiales del Regimiento Militar de Portugal y sus esposas, hijas de empresarios bejaranos, para poder tener asientos reservados para los festejos. Los tendidos son los más antiguos que conserva la plaza y reciben el nombre de Tendido de la Virgen y Tendido de la Pedriza. Fueron inaugurados en diciembre de 1713 con motivo de una corrida de toros en conmemoración del la firma del Tratado de Utrech.

Los toriles fueron reformados en 1747 por un coste de 1.313 maravedíes, y el 8 de abril de 1776 se contrató a maestros canteros de Portugal para realizar arreglos en la plaza.

De la segunda mitad del siglo XX datan el edificio principal de tres plantas que cobija el palco presidencial (1850) de acuerdo con el contrato firmado el 3 de octubre de 1849 por Luis Pérez Orodea, José López, Cayetano Medina y Juan Sánchez de Manuel ante Juan Bueno Téllez conservado en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca.

Las paredes de los corrales y una puerta para los mismos, la instalación de seis puertas de chiqueros y una más de arrastre, seis puertas en la talanquera del ruedo, vigas de refuerzo de la cubierta de los chiqueros y el suelo de madera en la parte del arrastre en los chiqueros, se construyó la talanquera interior –burladeros– y se la dotó de estribos, por último se arregló el palco de autoridades todos ellos construidos en 1879. El presupuesto de dichas mejoras fue de 18.058 pesetas y fue adjudicado a Victoriano Muñiz quien rebajó el coste de las obras hasta 16 320 pesetas.El historiador taurino José Sánchez de Neira menciona que la plaza en 1879 contaba con 5.000 localidades, capacidad que se mantenía en 1881.

 

En 1896 la plaza de toros presentaba deficiencias por lo que se inició la rehabilitación de la misma. La licitación fue concedida a Segundo Cascón por un importe de tres mil pesetas junto con la gestión de la misma. Un informe del ayuntamiento puso de manifiesto varias deficiencias de la plaza en 1917, por lo que el 29 de abril se presentó un proyecto para afrontar las obras de mantenimiento de las puertas de los chiqueros, la talanquera del callejón, el arreglo de la meseta de toriles y del arrastradero por un importe de 8.284 pesetas que sale a subasta junto la adjudicación por diez años de la plaza. Tras quedar desierta, el ayuntamiento presenta un nuevo pliego que mantiene el arreglo de las puertas de toriles y la adjudicación de la gestión por cuatro años que fue adjudicado a Cándido García Sánchez quien lo cede en 1918 a Valeriano Rodríguez Gómez.

El callejón de la plaza desapareció en 1956 y la plaza en ese periodo mostraba un evidente deterioro, motivo por el cual el entonces alcalde Ramón Olleros mandó la restauración del edificio. La plaza fue restaurada en los años 60 para reparar la talanquera que desapareció en 1956, los corrales que se perdieron entre 1962 y 1963 más las puertas de chiqueros elementos construidos en 1879.

Tras fallecer Ramón Olleros en accidente de circulación junto al aparejador Francisco Fernández Borrego y varios concejales del ayuntamiento en 1962, las obras de restauración del coso quedaron en suspenso hasta 1993, año en el que se creó la escuela taller Alaíz, dirigida por Luis Martín Flores, para abordar la restauración del mismo.

Finalizada la restauración, la plaza fue inaugurada el 9 de agosto de 1996. Cuenta con taquilla, enfermería y aseos en la planta baja del edificio. En la primera planta se encuentran tres palcos, una sala de exposiciones y aseos. En la segunda planta se encuentran una segunda sala de exposiciones, tres palcos y un aseo. Callejón con dos accesos, tendidos de sol y sombra, toriles, corrales.43

El 11 de julio de 1997 aparece la plaza en la resolución del 25 de junio del mismo año de la Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural de la Consejería de Educación y Cultura, por la que se acuerda sobre la base de los datos anteriores la declaración de Bien de Interés Cultural de la plaza de toros de la ciudad de Béjar.

Actualmente el edificio que alberga el palco presidencial, las taquillas, enfermería y palcos se encuentra el museo taurino instalado en 1998 en el cual podremos observar objetos relacionados con los toreros y las fiestas aquí celebradas. La plaza de toros puede visitarse de viernes a domingos en horario de 11.00h a 18.00 horas, y la entrada esgratuita.

Para conmemorar su 300 cumpleaños, en el año 2011, se editó un sello de correos, un décimo de lotería y se celebrarán conciertos y exposiciones.

Otras Plazas de Toro Históricas

- Plaza de Toros de Campofrío (Huelva): La cofradía de Santiago Apostol, propia del municipio onubense de Campofrío, fue la que emprendió las obras de esta plaza en el año 1716, debido al fuerte arraigo de sus vecinos a esta tradición. Además, su arquitectura es un buen ejemplo del estilo urbanístico propio de la localidad y destaca por la sencillez de su conjunto y la distribución irregular tanto de los burladeros como de los accesos a las gradas. A esto hay que sumar el paisaje que le rodea, repleto de caseríos y un bosque de encimas, alcornoques y otras especies que proporciona un valor añadido a la ocasión.

 

- Plaza Nueva de Almadén (Ciudad Real): Su construcción se llevó a cabo entre 1752 y 1754 y lo curioso de esta edificación es que está constituida por una sola manzana e integrada por más de una veintena de viviendas al exterior, en cuyo patio interior se diseñó la plaza que hoy nos atañe. Estas casas fueron levantadas para albergar a los temporeros que trabajaban en las minas y que anteriormente se hacinaban en el resto de domicilios de la ciudad, aumentando el riesgo de epidemias y el índice de mortalidad. Está declarada Bien de Interés Cultural.

- Plaza de Toros de Ronda (Málaga): Esta plaza, propiedad la Real Maestranza de Caballería de Ronda, es una de las más monumentales y apreciadas por los taurinos. De hecho, es considerada una de las cunas de la tauromaquia moderna, surgida en el siglo XVIII. De estilo neoclásico, su construcción se inició en 1780 y, tras la suspensión temporal de las obras, finalizó en 1785 bajo las órdenes del ilustre arquitecto Martín de Aldehuela.

Imagen de archivo de la Plaza de Toros de Ronda / Reuters
Imagen de archivo de la Plaza de Toros de Ronda / Reuterslarazon

- Plaza de Toros de la Maestranza (Sevilla): Es propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. En 1707 consta que existía una plaza de toros cuadrada en el Arenal de Sevilla, en la que los maestrantes practicaban la tauromaquia. Por Real Cédula de Felipe Vdel 2 de junio de 1730 recibió el título de real la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

En 1733 los maestros carpinteros Juan de Vera y Luis de Troya dictaminaron que la antigua plaza cuadrada se encontraba en un estado ruinoso y la desmontaron para realizar una circular en un lugar cercano. El lugar escogido fue el monte del Baratillo, que fue allanado a expensas de la maestranza. El coso fue construido por el maestro carpintero Luis de Baena. Este ruedo estaba en una construcción ochavada. Los toriles fueron situados en la zona orientada hacia la torre del Oro, junto a la puerta de entrada de los toros. Baena diseñó un balcón principal, dedicado al infante Felipe.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla
Plaza de toros de la Real Maestranza de SevillaRaúl CaroAgencia EFE

En 1737 La Maestranza le encargó al arquitecto Matías José de Figueroa el diseño de una nueva plaza de toros. Este diseñó una plaza de estilo neoclásico, aunque no llegó a construirse.

Posteriormente, se comenzaría con la construcción por pasos de una plaza de obra. La plaza fue diseñada por Vicente San Martín. A partir de 1754 se construyó la puerta principal, con dos torres y un balcón central. Entre 1754 y 1766 los arquitectos Francisco Sánchez Aragón y Pedro San Martín construyeron las tres primeras ochavas de la plaza, con pilares que sostenían cuatro arcos cada una.

Entre 1761 y 1765 se construyó la portada interior y, sobre la misma, el palco del Príncipe. La portada consiste en dos columnas jónicas sosteniendo un arco de medio punto. Sobre la misma hay una inscripción dedicada al infante Felipe, primer hermano mayor de la maestranza. El exterior del paco tiene dos columnas corintias. Sobre el mismo hay una cúpula con azulejos azules y blancos.

- Plaza de Toros de las Ventas (Madrid):El cartel inaugural de la plaza de toros madrileña data del año 1931. Este festejo fue un evento benéfico para recaudar fondos para los madrileños en paro de aquella época. La plaza no volvió a dar corridas hasta el año 1933 y la inauguración oficial fue en 1934, cuando se concluyó la construcción que tantos problemas dio, entre otras causas, por el lugar escogido para su ubicación, que necesitó de abundantes desmontes y arreglos. En 1947 Livinio Stuyck creó la Feria de San Isidro coincidiendo con el día del patrón. La idea de dar festejos durante días continuados, conformando un serial, llevó a Madrid a convertirse en la plaza más importante a nivel mundial. Es, en la actualidad, la feria con mayor número de festejos.

 

Plazas históricas de Castilla y León

- Plaza del Coso de Peñafiel (Valladolid):Declarada Bien de Interés Cultural el 25 de marzo de 1999. La Plaza del Coso, en Peñafiel (Valladolid), ha sido desde la Edad Media lugar de celebración de fiestas, justas y torneos. La plaza conserva su fisonomía del siglo XVIII, flanqueada por viviendas de dos o tres pisos, con galerías abiertas bellamente adornadas con carpintería de madera.

Capea en el coso de Peñafiel (Valladolid), con un toro por fuera del ruedo, como es típico en esta plaza medieval
Capea en el coso de Peñafiel (Valladolid), con un toro por fuera del ruedo, como es típico en esta plaza medievalLeticia PérezIcal

- Plaza de Toros de Toro (Zamora):Declarada Bien de Interés Cultural el 28 de agosto de 2008. La plaza de Toros de Toro (Zamora) constituye uno de los conjuntos conservados más singulares de la arquitectura popular española, por su antigüedad –fue inaugurada el 18 de agosto de 1828 reinando Fernando VII– y por su amplitud y conservación de estructuras y materiales originales, interesante ejemplo de construcción de una peculiar tipología de trazado circular exenta de edificaciones, que constituye junto al contiguo teatro «Latorre» un conjunto monumental de gran relevancia.

- Plaza de Toros de la Empalizada en Montemayor de Pililla (Valladolid): Declarada Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial el 14 de septiembre de 2017. La Función de la Cruz transmitida y mantenida como patrimonio vivo de generación en generación, seña de identidad y cohesión de los vecinos de Montemayor de Pililla, constituye la expresión más significativa de la forma de vida de esta comunidad, como elemento de vinculación o relación social originaria, tradicionalmente desarrollado en ese territorio. La confluencia en esta expresión cultural de tres elementos, encierro-capea-recinto, documentados durante trescientos cincuenta años, configura una tauromaquia particular singularizada especialmente por el marco en que se desarrolla, la plaza de toros empalizada.

Esta plaza de toros atalancada construida enteramente en madera, que se monta y se desmonta íntegramente cada año, constituye por su carácter efímero, por su proceso de construcción artesanal con técnicas y soluciones características, por la utilización de materiales que provienen del territorio del común y por una ejecución solidaria a la que contribuye la propia comunidad, un elemento singular y relevante dentro de nuestro patrimonio.

- Plaza de Toros de Villafranca de la Sierra (Ávila):Es la más antigua de Ávila y la tercera de Castilla y León, tras las de Béjar (1711) y Segovia (1805); levantada en 1854 por 10 notables villafranquinos, toda ella en piedra con los restos existentes del torreón del castillo-fortaleza que ocupó este lugar y que fue adquirido en febrero de ese mismo año al Duque de Medinaceli.

El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, visita la histórica plaza de toros de piedra de Villafranca de la Sierra, junto al alcalde de este municipio abulense, Francisco López
El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, visita la histórica plaza de toros de piedra de Villafranca de la Sierra, junto al alcalde de este municipio abulense, Francisco LópezJcylLa Razón

Está dividida en dos tendidos, uno de sombra y otro de sol, el primero mantiene las gradas de piedra, mientras que el segundo es de piedra rodada. El diámetro de la plaza a ras del suelo es de 45 metros y el del redondel del albero de 30 metros. Tiene capacidad para unos 1.500 espectadores. Hoy en día lo que fue la presidencia y la enfermería, así como dos de los vomitorios, están derruidos.

- Plaza de Toros de Segovia:Está catalogada como plaza de segunda categoría. Fue uno de los edificios monumentales de mayor importancia y representatividad de la ciudad, como indican numerosos grabados y estampas. Anteriormente a la creación del coso los festejos taurinos se celebraban en la plaza mayor de la localidad. Se obtuvo la licencia para la construcción de la plaza en 1801 celebrándose la primera corrida de toros en 1803 sin que el edificio llegara a finalizarse completamente. La plaza se inauguró en el año 1805, pero se desconoce fecha exacta, y se consideró en ruina ya en 1814 y en 1840. Fue rehabilitada entre 1990 y 1995, después de diversos intentos por parte de los sucesivos arquitectos municipales Miguel Arévalo (1856), Joaquín Odriozola (fin s.XIX) y Francisco Javier Cabello y Dodero (1916).

 

En los últimos años ha sido usada en la fecha tradicional del día grande de las fiestas de Segovia el 29 de junio, llegando a pasar en los últimos años figuras de la talla de Alejandro Talavante, Morante de la Puebla o José María Manzanares.

- Plaza de Toros de Valladolid: Se encuentra en el Paseo de Zorrilla de la capital vallisoletana. Es obra del arquitecto Teodosio Torres, se comenzó a construir en 1888 y se terminó en 1890.

Es de arquitectura ecléctica con una marca de impronta románica y neomudéjar. Está edificada en ladrillo sobre zócalo de piedra y con estructura de acero. El edificio tiene forma de tambor poligonal de cincuenta lados y tres plantas de altura, rematadas con una crestería. Los huecos forman tres órdenes diferentes en altura y están cerrados por arcos de medio punto, separados por rehundidos que crean un claroscuro para evitar la monotonía.

Plaza de Toros de Valladolid durante uno de los festejos de la Feria.
Plaza de Toros de Valladolid durante uno de los festejos de la Feria.larazonEUROPA PRESS

El ruedo mide 52 metros de diámetro y el foso 2 metros de ancho. Los tendidos son de piedra con 15 filas. Por detrás se sitúan dos graderíos: las gradas bajas y los palcos y gradas altas. Su aforo es de 11.542 personas, aunque T. Torres pretendió concebir un edificio capaz para 14.000. Tiene tres puertas de entrada desde el exterior a los corredores bajos, desde los cuales se accede por los vomitorios a los tendidos. Existen los locales complementarios propios de este tipo de plazas: enfermería, ambigú, corrales, apartadero, matadero, cuadras y vivienda para el conserje, además de los servicios de la plaza.