Iglesia Católica
Argüello niega especulación inmobiliaria y económica en las clarisas de Belorado y apunta a Pablo de Rojas
"Por un edificio no se llega a negar el Concilio Vaticano II ni la autoridad de todos los papas posteriores", asegura el arzobispo de Valladolid y presidente de los obispos españoles
La decisión de la comunidad de clarisas de Belorado de abandonar la Iglesia Católica en el marco de varias operaciones abiertas de compraventa de conventos sigue copando buena parte de la actualidad informativa en este lunes.
Un conflicto que se ha enquistado y que amenaza con la excomunión de estas religiosas de la Iglesia católica, lo que supondría, de facto, que no podrían ser las titulares del edificio en el que residen.
Sobre esta polémica se ha referido este lunes el arzobispo de Valladolid y presiente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, quien ha dejado claro y de manera contundente su rechazo a que detrás de todo este asunto y la rebeldía de las monjas se encuentra la especulación inmobiliaria, como se está diciendo.
"Por un edificio no se llega a negar el Concilio Vaticano II ni la autoridad de todos los papas posteriores", asegura el prelado vallisoletano, para quien negar estas cuestiones "sería negar su propia existencia y que todo lo que han vivido estas religiosas no vale y es nulo".
El religioso de Meneses de Campos insiste en que el origen y la raíz de este conflicto abierto que amenaza con un cisma en la Iglesia, el primero de este siglo, nada tiene que ver con cuestiones económicas o especulativas y apunta también que detrás de todo se encuentra Pablo de Rojas, un personaje megalomaníaco con delirios de grandeza, que aúna lo eclesiástico y lo nobiliario y se pasea por Bilbao como si fuera un obispo, quien niega la legitimidad papal de Juan XXIII y no reconoce a ningún obispo de Roma posterior a Pío XII y fue excomulgado por el actual arzobispo de Burgos, Mario Iceta.
"A lo mejor este hecho explica algo de lo que está pasando en la comunidad clarisa de Belorado", afirma Argüello. quien, por otro lado, asegura que la decisión y "responsabilidad directa" en este asunto depende de la Santa Sede y del Arzobispado de Burgos, "ya que los monasterios dependen de una orden y tienen unas características de autonomía muy fuerte".
Una situación que se ha complicado sobremanera derivando casi en un vodevil, pero que terminará llegando al Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que es el que decidirá sobre la posible disolución como comunidad religiosa y, por extensión, sobre sus propiedades, según apuntaba a Efe, la doctora en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca e investigadora en el ámbito del Derecho Patrimonial Canónico, Laura Magdalena Miguel, quien advierte de que culminar su desvinculación con Roma, las clarisas de Belorado deben tener claro que el futuro como propietarias de los conventos se les complicaría y los perderían.
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