Caja Rural se implica también con las personas con discapacidad

Importante acuerdo de colaboración el que se ha alcanzado este lunes en Ponferrada por el que Caja Rural quiere dar un paso más en su apuesta por la cercanía con las familias y empresas del medio rural de la Comunidad, en este caso también con las personas que sufren alguna discapacidad.

Y es que la entidad bancaria aportará 8.000 euros para el despliegue del proyecto Saturno, la iniciativa que prevé abrir una red de centros de barrio en distintos puntos de la comarca de El Bierzo.

Así lo ponía este lunes de manifiesto el director de comunicación de Caja Rural, Narciso Prieto, tras rubricar el convenio junto aq la presidenta de Asprona Bierzo, Rosa Rodríguez, quien explicaba que mientras ellos ponen las ideas, la entidad financiera aporta su granito de arena para cambiar la vida de muchas personas.

El director general de Asprona Bierzo, Valentín Barrio, por su parte, destacaba que este tipo de colaboración con la entidad bancaria “va siempre mucho más allá”, "porque Caja Rural no es un interlocutor bancario al uso, ya que en ella prima el “valor humano” y es el "primer socio real” en el despegue del proyecto Saturno durante la pandemia. “Para nosotros es muy natural trabajar con ellos”, añadía, en declaraciones recogidas por Ical.

Por su parte, Prieto explicaba que Caja Rural es una entidad bancaria con alma y con espíritu, muy apegada al territorio y a las familias, y por ello valoraba la oportunidad de cooperar por tercer año consecutivo con esta iniciativa de Asprona en favor de la plena inclusión de las personas con discapacidad intelectual.

“Es un ejemplo de que también se puede crecer en humanidad y valor social”, apuntaba.

Asprona Bierzo sigue creciendo y ya dispone de otros dos centros de barrio en la calle Tercio de Flandes y en el municipio de Torre del Bierzo, a los que se sumará otro centro en el barrio de Cuatrovientos.

Al respecto, Barrio señalaba que los recientes problemas de filtraciones retrasaron la apertura de este último centro y avanzó que “de marzo no puede pasar”.

Del mismo modo, detallaba los problemas de la entidad para encontrar un local adecuado para el último de los centros previstos, en la zona alta de Ponferrada, y que la inversión para adaptar estos locales a los criterios de accesibilidad resulta excesiva.

Y es que cada uno de estos centros está diseñado para atender a un máximo de 30 personas, de acuerdo con un nuevo modelo más personalizado y más abierto a la comunidad.