Castilla y León refuerza los controles y la plantilla para garantizar la seguridad alimentaria

La Consejería de Sanidad reafirma su compromiso con la seguridad alimentaria, como una prioridad para garantizar la salud pública. Así, el pasado año el departamento que dirige Alejandro Vázquez llevó a cabo más de cien mil actuaciones de control, y más de tres mil en el marco de la Red de Alerta Rápida Alimentaria, con una plantilla de 610 veterinarios y farmacéuticos, así como una potente red de laboratorios de salud pública acreditados y dotados con el más moderno equipamiento y formación técnica que garantizan que los alimentos en esta Comunidad tienen las mejores condiciones de seguridad alimentaria e inocuidad.

Así lo ha puesto de manifiesto este viernes el viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Planificación y Resultados en Salud, Jesús García-Cruces, tras participar en la Jornada de Seguridad Alimentaria organizada en Segovia en el marco de la Presidencia de España en el Consejo de la Unión Europea, que se ha celebrado en el Campus UVa María Zambrano. Un foro en el que se han debatido diferentes aspectos sobre seguridad alimentaria.

García-Cruces destacaba que la Junta trabaja de la mano de las empresas agroalimentarias, que realizan fuertes autocontroles bajo la supervisión oficial siempre, para consolidar las garantías de seguridad alimentaria y la protección de la salud.

En Castilla y León hay 43.316 establecimientos de productos alimenticios, de los cuales más de 3.500 realizan procesos industriales de elaboración y fabricación.

"La seguridad alimentaria ocupa un lugar esencial en nuestras políticas sanitarias ya que es clave no solo para la Salud Pública, sino que tanto la sanidad animal como la sostenibilidad medioambiental dependen en buena medida del desarrollo de una estrategia sólida", apuntaba García-Cruces.

El desarrollo de la Jornada se ha dividido en tres bloques temáticos: el primero versa sobre la importancia del ‘Codex Alimentarius’ y su futuro en la seguridad alimentaria; el segundo gira en torno a la importancia del bienestar animal a la hora de alcanzar las más altas cotas de seguridad alimentaria; y el bloque final se centra en los controles que se llevan a cabo y el papel del consumidor en este aspecto.