Turismo

La espectacular belleza natural que ofrece el pueblo más antiguo de España

Se crea en el año 824 y está dentro de un Parque Natural

Imagen de Brañosera y del Bosque de la Pedrosa
Imagen de Brañosera y del Bosque de la PedrosaDiputación Palencia

Llega el momento más esperado para los españoles, las vacaciones de verano. Pero muchos dudan de dónde pasar ese merecido descanso. Pues si lo que a uno le gusta es disfrutar de la naturaleza, la gastronomía y un patrimonio artístico de primer nivel, el pueblo más antiguo oferta todas esas cosas. Su historia arranca en la época prerromana. Íberos, y celtas fueron los primeros habitantes de la península Ibérica en esta etapa, y los que le dieron nombre. Más tarde llegaron los romanos y la denominaron Hispania, para que finalmente los musulmanes la ocuparan durante siete siglos. Pues durante esa época, más concretamente en el año 824, y dentro de un espectacular Parque Natural, nacía el primer municipio de España. Se trata de Brañosera, situado en plena Montaña Palentina, y que está reconocido con el título de ser el pueblo más antiguo de España.

Y es que, tras la invasión musulmana en el año 711, los cristianos se refugiaron en el norte de España, más concretamente en Asturias. Esto provocó una sobrepoblación en la que la hambruna y la pobreza dominaban sus vidas. De esta forma, muchos se vieron obligados a exiliarse a la zona conocida como Brannia-Ossaria, ahora Brañosera.

Ante esto y para organizar esta nueva población, el conde de Castilla, Munio Núñez concedió la carta puebla a sus súbditos, dotándoles de derechos. No obstante, el libre uso del valle acarreó dos condiciones: dar parte de ese uso al que quisiera venir a poblar el valle, y abonar al conde la mitad de los beneficios extraídos de las tierras. Así nació el Fuero de Brañosera, la primera carta puebla, fechada el 13 de octubre del año 824, que constituye formalmente la primera organización administrativa local, el germen de los actuales ayuntamientos.

 

La villa se emplaza dentro del Parque Natural Montaña Palentina, cercano al Macizo de Valdecebollas. Así, uno de sus aspectos diferenciadores es su espectacular entorno, en el cual nace el río Rubagón. Rodeado de bosques donde predominan el acebo, el roble o las hayas, es un espacio idóneo para los amantes de la naturaleza. Todo esto le permite ser un sitio ideal para llevar a cabo diferentes actividades de ocio esquí alpino, esquí de fondo, escalada en roca, escalada en hielo, descenso en río, carrera por montaña, o ciclismo en carretera.

De su entorno destaca la Senda de la Pedrosa: Esta ruta discurre entre los pueblos de Brañosera y Barruelo, junto al río Rubagón. Comienza en el camino de la ermita de San Roque donde hay un cartel indicador. Se recorre una distancia de tres kilómetros. Aunque está señalizada, no lo suficiente, siempre se debe seguir río abajo, por los caminos que se ven más andados.

 

En cuanto a su estructura, mantiene cierto trazado medieval que se refleja en diversas casas tradicionales y en los arcos. Un paseo por sus calles permite descubrir su patrimonio. Cuenta entre otros monumentos con la Ermita de San Roque, que es de nave única, orientado y rematado al este por ábside semicircular. Hay un ventanal aspillerado hacia la cabecera del muro sur. Del templo original, resta su perímetro parte de sus muros y cilindro absidal. El resto es rehecho; y se puede advertir bien a las claras al interior, donde la estructura de las cubiertas recuerda más a la de un refugio de montaña que a bóvedas apuntadas. Además, los vecinos acuden al templo en procesión cada 16 de agosto coincidiendo con motivo de la fiesta grande del pueblo.

Una pequeña construcción ubicada en el actual cementerio, la Iglesia de San Miguel, que es nombrada en el Fuero de Brañosera. Conserva una bóveda apuntada y en uno de sus muros una lápida de consagración que data de 1118.

En el pueblo de Valberzoso, existe un puente romano, por el cual se supone que pasaba la calzada. En la misma población se encuentra la pintoresca Iglesia de Santa María la Real: un edificio que posee una caja de muros románica de excelente sillería arenisca. En la planta una nave única rectangular de un solo tramo. La sacristía se encuentra adosada al lado septentrional entre el hemiciclo del ábside y la nave. Posteriormente un atrio rectangular cubierto se añadió al muro meridional La portada es románica, de medio punto con guardapolvo de rosetas y cuatro arquivoltas en zig-zag, abilletados, puntas de diamante y sogueado. Sus capiteles se decoran con billetes muy deteriorados, motivos vegetales apenas incisos y de trama romboidal con flor en la esquina.

 

Para poner la guinda al pastel de una experiencia única, Brañosera ofrece una gastronomía de primer nivel. Sus establecimientos destacan por la calidad de sus productos y sus platos, que se caracterizan por su climatología, siendo muy rica en calorías en la época invernal: sopas de ajo, carnes guisadas, adobos, piezas de caza como el venado o jabalí, y también, como en otras zonas de pasto, sabrosas carnes de las terneras de la zona.

 

Durante todo el año se pueden degustar platos de cordero lechal de Castilla asado en horno de leña, además de especies autóctonas como truchas, setas o caracoles. No debe olvidarse que la cecina, cuartos traseros de ejemplares equinos y vacunos curados de forma similar al jamón de cerdo, constituye una sabrosa y saludable fuente de alimentación además de un atractivo alimento para cuantos visitan esta zona.