Seguridad

García-Gallardo alerta del aumento de la inmigración en Castilla y León

El vicepresidente llama a actuar "para que el barrio de Las Delicias en Valladolid no se convierta en un nuevo Molenbeek"

García-Gallardo y Veganzones se reúnen con representantes del sindicato Justicia Policial (Jupol) y Justicia Guardia Civil (Jucil)
García-Gallardo y Veganzones se reúnen con representantes del sindicato Justicia Policial (Jupol) y Justicia Guardia Civil (Jucil)Leticia PérezIcal

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, se ha reunido este martes con representantes del sindicato Justicia Policial (Jupol) y Justicia Guardia Civil (Jucil) para escuchar y tomar nota de sus reivindicaciones y principales preocupaciones, que pasan, sobre todo, por la desprotección que sufren ante la falta de personal y de medios materiales y jurídicos, en un momento como el actual donde ha aumentado la delincuencia con violencia, como se vio recientemente en la tragedia de Barbate (Cádiz), donde dos guardias civiles fueron asesinados por el conductor de una narcolancha.

Tras el encuentro, el número dos del Gobierno regional advertía de estas cuestiones que hacía suyas, para después hacer hincapié en su preocupación por el aumento de la población inmigrante en Castilla y León en detrimento de la autóctona, así como por el hecho de que el seis por ciento de la población extranjera cometa el 15 por ciento de los crímenes.

"En Castilla y León cada vez se ven más machetazos, más agresiones sexuales y robos con violencia en viviendas”, decía García-Gallardo, que la Comunidad está mejor que otros territorios, pero advertía de que hay que tomar medidas para evitar, por ejemplo, que el burgalés barrio de Gamonal se convierta en el Saint Denis de Francia o que el barrio de Las delicias de Valladolid se convierta en el nuevo Molenbeek de Bruselas.

Asimismo, pedía “más responsabilidad” al Gobierno central y le acusaba al Gobierno de España y algunas oenegés como Cruz Roja o Accem de «fomentar la inmigración ilegal» y advertía de que España «no puede convertirse en un reformatorio de todos los jóvenes conflictivos del mundo».