Sociedad

El joven que toma el pulso a la Soria vaciada

“Los sorianos tienen parte de responsabilidad. Si podemos hacer algo por revertir la situación, y está en nuestras manos, deberíamos hacerlo", asegura

Un grupo de personas mayores, en un pueblo de la provincia de Soria
Un grupo de personas mayores, en un pueblo de la provincia de Sorialarazon

David Ortega, a sus 26 años, se ha convertido en las redes sociales en la voz de la Soria que se despuebla, al reflejar los testimonios de los últimos habitantes de muchos pueblos del medio rural, los auténticos custodios de un patrimonio cultural y social seriamente amenazado.

“Los sorianos tienen parte de responsabilidad. Si podemos hacer algo por revertir la situación, y está en nuestras manos, deberíamos hacerlo. Aún estamos a tiempo, pese a la mala situación. Dentro de diez o quince o veinte años, no”, advierte Ortega en una entrevista a EFE.

Para este joven, que estudia para opositar a interventor municipal, recorrer en su tiempo libre los pequeños pueblos de la provincia y anotar en su libreta lo que encuentra y captar con su cámara lo que ve se ha convertido en una pasión, que le transmite un legado y una experiencia personal extraordinarias.

Para revertir la situación de despoblación de la España vaciada, de la que Soria es el kilómetro cero, Ortega defiende revitalizar todas las esferas de la sociedad, a través de una pequeña “revolución” cultural, social, política y económica, y para ello es fundamental que se “mojen” los jóvenes.

Ortega subraya que si no se revierte la situación poblacional de la provincia –menos de 90.000 habitantes-, está en riesgo su propio futuro como entidad provincial, porque, a su juicio, es inviable. Para este joven, lo que urge es "mantener, fijar y atraer población en los pueblos cabecera de comarca y en la capital".

"Si consiguiéramos mantener un 10 por ciento de los sorianos que nacen para que no se fueran, sería un éxito. Y luego, poco a poco, porque esto es una rueda, si funcionan los pueblos cabecera, los pueblos de alrededor se irían revitalizando", asegura.

GANADO, HUERTO Y LUMBRE

Ortega reconoce que se siente un privilegiado por conocer a gente y testimonios directos de personas que siguen viviendo como hace décadas, con su ganado, con su huerto y con su lumbre, una España muy alejada del mundo de Internet, del AVE y de las tecnologías.

“Lo que me gusta es conocer, porque soy inquieto. Se puede conocer leyendo o viendo películas, pero tener testimonios directos, para mí no tiene precio”, resalta. Cuando llega a pueblos prácticamente deshabitados, lo primero que hace David es identificarse con tacto y mimo. Tener conocidos comunes abre puertas y conversaciones. “A la mayoría de gente por lo general les encanta hablar. Un día tenía pensado recorrer cuatro o cinco pueblos y te quedas en uno toda la tarde hablando”.

Se presenta en su perfil de Twitter como nieto de Adolfo y Alicia, Martín y Socorro, “soriano y algo burgalés”. A su juicio, los que se tuvieron que ir de los pueblos a otras tierras en busca de un porvenir mejor, nunca les han reconocido a los que se quedaron en los pueblos, el mantener vivo todo un legado.

“Un hombre de Portelárbol, el último que se quedó, me decía que gracias a él se arreglaron las calles y se metió la luz. Y si él se hubiera ido, el pueblo estaría en ruinas y no podrían venir”, señala. Ortega considera que la España vaciada es una realidad que “ha venido para quedarse” y es un problema común no sólo en Soria y en España, sino en muchos países de Europa y a otros países desarrollados. “Cuando más desarrollado está un país, más se concentra la población en las grandes ciudades y más territorio se queda despoblado. Sí que es verdad que en España se agrava y en Castilla, más, y en Soria, todavía más. Pero es una tendencia económica mundial”, manifiesta.

David cree así que atender a estas zonas despobladas es un problema de emergencia nacional porque no hacerlo, supone poner en riesgo la propia viabilidad de España como país. "No se puede un país mantener con el 95 por ciento del territorio vacío", sentencia.