Campo

Más de 5.000 agricultores de Castilla y León estarán en la protesta del lunes en Madrid

Asaja y la Alianza Coag-Upa defienden su representatividad lograda en las pasadas elecciones agrarias y apelan a la unidad de acción para reclamar a la UE, al Gobierno y a la Junta cambios en la PAC y en las políticas del campo

Donaciano Dujo junto a Aurelio González y Lorenzo Rivera tras presentar la protesta
Donaciano Dujo junto a Aurelio González y Lorenzo Rivera tras presentar la protestaRubén CachoIcal

El próximo lunes 26 de febrero Madrid volverá a ser escenario de una nueva protesta de agricultores y ganaderos de toda España, coincidiendo con la celebración de una reunión de dirigentes europeos en la capital de España.

Una manifestación que ha sido convocada por las organizaciones profesionales agrarias Asaja, UPA-COAG, en la que habrá una masiva presencia una vez más del campo castellano y leonés.

De hecho, los líderes de estos tres sindicatos agrarios en la Comunidad esperan movilizar a 5.000 agricultores y ganaderos de Castilla y León y han pedido autorización para un centenar de tractores. En la protesta, que se desarrollará en el Paseo de la Castellana, entre las sedes del Ministerio de Agricultura y de la Comisión Europea, los organizadores esperan concentrar a unas 20.000 personas.

El presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo; el secretario autonómico de UPA, Aurelio González, y el coordinador regional de COAG, Lorenzo Rivera, han presentado este jueves en Valladolid cómo va a ser la forma de operar de los agricultores y ganaderos de la Comunidad en esta nueva protesta llamada a seguir metiendo presión al Gobierno de la nación para que ponga en marcha medidas que ayuden a los profesionales del campo a salir adelante de esta crisis sin precedentes que padecen, ante las "insuficientes" medidas planteadas por el ministro Planas en un documento con 18 puntos que las gentes del campo rechazan en su mayoría por considerarlas vacías.

Los líderes de las organizaciones agrarias también mostraron su respeto a las movilizaciones que se han convocado a través de plataformas y redes sociales, pero recordaron que su representatividad se la ganaron en las pasadas elecciones agrarias, en las que participaron el 70 por ciento de los agricultores y ganaderos castellanos y leoneses.

Además, apelaban a la unidad de acción de las organizaciones agrarias para reclamar a la Unión Europea, al Gobierno y a la Junta de Castilla y León cambios en la PAC y en las políticas agrarias.

Donaciano Dujo denunciaba, por un lado, la falta de rentabilidad de las explotaciones como consecuencia del incremento de los costes de producción, una PAC “medioambientalista” y que no tiene en cuenta la productividad de las explotaciones, y la falta de respeto y apoyo del sector por parte de las administraciones, son los motivos que están detrás de una protestas.

Unas protestas que dan continuidad a las que arrancaron en 2020 y se suspendieron por la pandemia, ya que las reivindicaciones de entonces son similares a las de ahora.

Aurelio González, por su parte, argumentó que la liberalización de los mercados ha dejado a los agricultores “a los pies de los caballos”, por lo que reclamaba un mayor control de los mercados y que se exija a a todos los productos que importa Europa las mismas condiciones de producción que a los agricultores y ganaderos europeos.

A su vez, también demandaba una Ley de la Cadena Alimentaria que funcione y se cumpla, así como la puesta en marcha por parte de los distintos gobiernos autonómicos de los observatorios de costes de producción.

La gratuidad de las campañas de saneamiento ganadero, una flexibilización de la Ley de Bienestar Animal para evitar que muchas explotaciones tengan que cerrar y la prohibición de expropiaciones forzosas para la instalaciones de parques solares, son otras de las reivindicaciones que González planteaba y que están encima de la mesa de las negociaciones.

Finalmente, Lorenzo Rivera hacía hincapié en que las movilizaciones se mantendrán hasta que existan compromisos “fuertes”, cifraba en un 25 por ciento los ingresos que reciben los agricultores a través de la PAC y argumentaba que “lo que nos está hundiendo es la liberalización de los mercados, algo que solo beneficia a las multinacionales.

También reclamaba al Ministerio de Agricultura y a la Junta que incrementen sus aportaciones a los seguros agrarios, al tiempo que echaba en cara a la ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, su actitud por no haberse reunido jamás con ellos.