La residencia CleceVitam Puerta de Mena celebra el día de la Virgen de Cantonad por todo lo alto

Desde el siglo XVII la Virgen de Cantonad es la patrona del Valle de Mena. Cada 8 de mayo su santuario se convierte en lugar de peregrinación para los meneses, que admiran la imagen de la Virgen morenita y que ayer llenaron el templo.

No obstante, la fiesta no acabó ahí y es que la residencia para personas mayores CleceVitam Puerta de Mena ha querido continuar hoy los festejos con un amplio programa de actividades en honor a la Virgen, abierto también a las familias con el objetivo de compartir con ellas una mañana de celebración.

En este sentido, a las once de la mañana residentes y trabajadores estaban ya preparados para acudir a la misa, dentro del propio centro residencial, en honor a la patrona, a la que luego realizaron una cariñosa ofrenda de claveles.

La jornada ha continuado con la actuación del ‘Grupo La Alegría’, perteneciente a la organización de voluntariado con personas mayores Nagusilan, que han animado a todos los participantes con sus melodías antes de pasar al vermut musical en el que han podido degustar algunas elaboraciones especialmente pensadas para la ocasión por el equipo de cocina.

Finalmente, familiares, residentes y profesionales de CleceVitam Puerta de Mena han disfrutado de un bingo, una de las actividades preferidas por las personas mayores que tienen en este centro su hogar, momentos antes del fin de fiesta.

“El Santuario de la Virgen de Cantonad no es muy accesible para quienes necesitan de un andador o una silla de ruedas para caminar pero no por ello queríamos dejar pasar la oportunidad de celebrar el día de nuestra patrona en familia”, señala Paula Ibáñez, la directora de la residencia, quien pone el foco en la ilusión que hace a las personas mayores ser parte de la fiesta. “Esta mañana, cuando han entrado en el salón decorado, se les ha iluminado la cara”, añade.

El equipo de profesionales del centro residencial lo ha organizado todo pensando en los gustos de las personas mayores. “Para ellos es esencial sentirse parte de la fiesta, salir de la rutina y continuar con sus tradiciones como hacían en sus domicilios. Con estas iniciativas lo conseguimos, tanto ellos como sus familias nos lo agradecen muchísimo y eso es lo único que importa, que se sientan como en casa”, concluye Ibáñez.