Sociedad

Segovia celebra los 40 años como Ciudad Patrimonio de la Humanidad

El académico de San Quirce, Carlos Álvaro, ha destacado el legado histórico de la ciudad, el esfuerzo de quienes impulsaron la candidatura y el compromiso de seguir protegiendo el patrimonio

Segovia celebra los 40 años como Ciudad Patrimonio de la Humanidad
Segovia celebra los 40 años como Ciudad Patrimonio de la HumanidadAyto. Segovia

El antiguo salón de Plenos acogió el acto institucional organizado por el Ayuntamiento para conmemorar el 40 aniversario de la declaración de la Ciudad Vieja y del Acueducto como Patrimonio Mundial por la UNESCO. “Un día de orgullo de recuerdo de cuatro décadas y de compromiso con la historia, a la vez que con el futuro”, como indicó el alcalde de Segovia, José Mazarías, en su intervención.

El certificado que acredita que aquel 6 de diciembre de 1985, la UNESCO inscribía en la lista del Patrimonio Mundial “La Ciudad Antigua de Segovia y su Acueducto romano”, reconociendo su valor universal excepcional, presidió toda la celebración en la que el periodista y miembro de la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce, Carlos Álvaro, recordó cómo se fraguó aquella declaración y lo ocurrido en los últimos cuarenta años en la ciudad.

Álvaro indicó que aquella declaración, conseguida tras años de trabajo iniciado en 1982, fue fruto del esfuerzo conjunto de figuras clave como José Miguel Merino de Cáceres —quien elaboró la lista española de bienes a proteger—, Antonio Ruiz Hernando —autor de una memoria histórica ejemplar—, el entonces alcalde Miguel Ángel Trapero, el arquitecto Federico Coullaut Valera y un equipo municipal comprometido. Segovia cumplía sobradamente los criterios: una estructura medieval

bien conservada, un conjunto arquitectónico y natural excepcional y la fusión de culturas cristiana, judía y musulmana, además de la singularidad de su Acueducto romano. Aunque el reconocimiento no implicaba financiación directa, sí impulsó actuaciones urbanísticas decisivas, desde la protección del Acueducto hasta la mejora de infraestructuras y restauraciones emblemáticas.

El periodista y académico de San Quirce, apeló tanto a las administraciones como a la ciudadanía para reforzar un compromiso firme y cotidiano con la protección del patrimonio y ha afirmado que, aunque se ha progresado mucho, los retos siguen siendo numerosos —desde la conservación arquitectónica hasta la movilidad y la gestión del turismo— subrayando que el patrimonio no se limita a los grandes monumentos, también incluye elementos frágiles y cotidianos, como atrios románicos, fachadas deterioradas, puertas históricas o pequeñas fuentes que, pese a pasar desapercibidas, forman parte esencial del paisaje cultural protegido desde 1985.

Carlos Álvaro aseguró que vivir en Segovia es una suerte y “bien merece la pena renunciar a comodidades propias de una ciudad nueva, si de lo que se trata es de conservar esta maravilla que nos han legado los siglos. Finalmente ha hecho suyas las palabras de José Miguel Merino de Cáceres cuando nos instaba a defender Segovia “con uñas y dientes, precisamente porque no es solo nuestra, es de toda la humanidad”.

En su intervención, el regidor segoviano también recordó y agradeció a las personas que impulsaron la candidatura de Segovia su trabajo, reconociendo que lograrla “fue una tarea de titanes”. Subrayó que la declaración no solo supuso el reconocimiento del Acueducto, sino de la armonía completa del casco histórico, y destacó la profunda transformación que ha vivido la ciudad desde entonces: incremento del turismo cultural, impulso a la conservación de monumentos y planificación de un modelo más sostenible. Desde aquella primera distinción, explicó, Segovia ha entendido el título como una responsabilidad: “proteger a capa y espada nuestro pasado para que siga siendo parte de nuestro presente y futuro”.

Mazarías recordó la creación en 1993 del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, que hoy preside Segovia, y que trabaja en ámbitos como la conservación, la educación patrimonial, el turismo sostenible o la cooperación institucional. Asumió el compromiso de continuar esa labor conjunta y reafirmó la voluntad de seguir cuidando la ciudad “no solo como monumento, sino como ciudad de vida. Una ciudad donde la historia conviva con lo cotidiano, donde nuestros barrios, monumentos, calles plazas y gentes sigan siendo parte de ese patrimonio vivo”.

Finalmente, el regidor segoviano aseguró en su discurso que estas cuatro décadas han reafirmado algo que ya sabíamos que “Segovia no es solo una ciudad; es un patrimonio, un legado que trasciende generaciones”, invitando a abrir “una nueva etapa” con orgullo y responsabilidad compartida.

El acto contó con la presencia de Juana Barral, testigo de excepción de aquel momento histórico, pues era concejala del Ayuntamiento en 1985. José Mazarías le dedicó unas palabras especialmente afectuosas. A punto de cumplir 92 años, Barral recordó con emoción aquella jornada y expresó que “para mí lo principal es Segovia, a la que amo con locura y de la que me siento orgullosa”. La música también tuvo un papel destacado en la celebración: el dúo formado por la violinista Marina Solís y el pianista Ernesto Arranz interpretó varias piezas que contribuyeron a crear un ambiente especialmente emotivo para conmemorar esta efeméride.