Seis años y seis meses son los años de cárcel para un hombre de 49 años por violencia habitual, maltrato y agresión sexual contra su mujer y sus hijos, menores de edad durante los hechos, en 15 años de matrimonio.

El acusado, para el que el fiscal pedía en total 19 años de cárcel, ha aceptado esa pena tras el acuerdo alcanzado entre las partes, lo que ha evitado la celebración del juicio previsto para este lunes en la Audiencia Provincial de Palencia.

El hombre ha reconocido los delitos de los que se le acusaba, desde el momento en que se casaron, en el 2004, agravándose a partir de 2005, y hasta que la relación terminó, en enero de 2020, en el domicilio familiar en Palencia y en presencia de los dos hijos que tenían en común.

Este lunes, el acusado ha asumido seis años por un delito de agresión sexual y seis meses por un delito de violencia habitual cometidos contra su mujer en estos tres lustros.

También ha asumido 91 días de trabajos en beneficio de la comunidad por los delitos de amenazas, maltrato de obra y lesiones hacia su mujer, y por el delito de maltrato de obra a sus dos hijos mellizos, menores de edad cuando sucedieron los hechos.

Además ha aceptado no aproximarse a menos de 200 metros ni de comunicarse a través de cualquier medio con la víctima durante 29 años, así como durante cinco años de cada uno de sus hijos, además de importantes cuantías económicas en concepto de responsabilidad civil por lesiones y daños morales, en línea con lo que solicitaba la Fiscalía.

Sin embargo la asunción de penas se ha quedado lejos de lo que solicitaba el fiscal que pedía una pena total de 19 años de cárcel para el acusado: doce años por agresión sexual con la agravante de parentesco, tres años por el delito de violencia habitual, un año por el delito amenazas, otro año por un delito de lesiones y dos años por maltrato de obra a cada uno de sus hijos, nacidos en septiembre de 2006.

Según el escrito del Ministerio Público, prácticamente desde el inicio de la convivencia, el acusado estableció como algo habitual en la relación, insultar y agredir a su esposa, especialmente cuando ella no accedía a sus deseos, golpeándola, dándole empujones, puñetazos y patadas, llegando incluso a dormir con un cuchillo y amenazándola de que la iba a matar.

La situación se agravó a partir de 2005 y en la mayor parte de las ocasiones los hechos ocurrían en presencia de sus hijos.

De hecho, según el escrito del fiscal la actitud violenta del acusado se extendía en ocasiones hacia sus hijos, siendo normal que les insultase y en ocasiones les diera bofetadas o empujones.