Coronavirus

La gestión de Torra durante el coronavirus: de la petición de auxilio al Ejército al fiasco con los tests

El president y su Govern han mantenido un tono permanentemente crítico con las medidas del Gobierno

La Generalitat concluye que hay aspectos "mejorables" en la gestión de las emergencias químicas
El presidente de la Generalitat, Quim Torra. GENERALITAT DE CATALUNYAlarazonGENERALITAT DE CATALUNYA

Quim Torra ha cargado sistemáticamente contra todas las medidas tomadas por el Gobierno desde el inicio de la pandemia del coronavirus. Lejos de la autocrítica, el president y su Govern han tratado de disimular su caótica gestión con ataques y lecciones al gobierno español sobre qué decisiones eran más convenientes en uno u otro momento: han tratado, así, de cargar la responsabilidad de las consecuencias de la crisis sanitaria a Madrid. Prueba de ello también es que el propio Torra ha pedido convocar un Pleno en el Parlament en el que exige debatir sobre los “efectos e implicaciones” de la decisiones del Estado sobre Cataluña y sobre la gestión de la Generalitat.

Ejército

Además del Gobierno, el Ejército se ha convertido en el principal objeto de ataques por parte del Govern durante la crisis sanitaria. Desde la declaración del estado de alarma -14 de marzo-, las Fuerzas Armadas estuvieron a disposición de la Generalitat. Torra y sus consellers, sin embargo, se dedicaron durante las primeros días a despreciar a los militares -el titular de Interior, Miquel Buch, aseguró que su presencia en Cataluña era “innecesaria”-, aunque poco a poco fueron suavizando el tono hasta rectificar y pedir auxilio.

“Si nos puede ayudar el Ejército español, como si nos puede ayudar cualquier médico, yo estaré agradecido”, aseguraba Torra el 2 de abril. La primera actuación de la Unidad Militar de Emergencias (UME) a petición de la Generalitat, sin embargo, se había registrado ya el 27 de marzo para desinfectar un centro de menores en Badalona (Barcelona) y, con el paso de tiempo, fueron llegando más y más solicitudes de ayuda para desinfectar, sobre todo, residencias. El Ejército, pese a la oposición inicial del Govern, ya se había desplegado en Cataluña para ayudar a petición de algunos ayuntamientos. Entre otros, el de Barcelona: la alcaldesa Ada Colau reclamó que las Fuerzas Armadas levantaran un campamento para las personas sin hogar.

“La epidemia del miedo”

Una muestra de la falta de autocrítica de Torra en la gestión del coronavirus es el mes que precede a la declaración del estado de alarma. El president se mostró totalmente contrario a la cancelación del Mobile World Congress, que se acabó haciendo efectiva el 12 de febrero. Tanto es así que, 48 horas después, atribuyó la suspensión del evento a la “epidemia del miedo”, mientras desde la conselleria de Salud afirmaban que el coronavirus no había “riesgo” en Cataluña. Todo ello pese a que el ahora asesor del president, Oriol Mitjà, ya se mostró partidario de la cancelación del congreso.

Torra, dos meses más tarde -a mediados de abril-, en una rueda de prensa con corresponsales, aseguró que la suspensión había sido una decisión “responsable”, sin ningún ápice de autocrítica en torno a la postura que había mantenido. Como tampoco ha habido sobre el multitudinario acto protagonizado por Carles Puigdemont en Perpiñán del 29 de febrero, cuando 4 días antes -25 de febrero- se había diagnosticado el primer caso de coronavirus en Barcelona. De hecho, la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, no tuvo reparos más de un mes y medio después -20 de abril- en afirmar que en una Cataluña habría habido “menos muertes”.

Grado de confinamiento

24 horas antes de que se declarara el estado de alarma, Torra trató de tomar la iniciativa en la gestión. Desde el Palau de la Generalitat, compareció el 13 de marzo para exigir el cierre de los accesos y salidas a Cataluña y un aislamiento domiciliario para toda la población en Cataluña: ahí arrancó el choque entre el Govern y el Gobierno por el grado de confinamiento. Torra exigía un confinamiento total, pero la Moncloa se resistía a ello y defendía que había decretado ya unas medidas muy restrictivas.

Dos semanas después, el Gobierno decretó la “hibernación” económica -el confinamiento total- por un periodo de 15 días, decisión que agradó a Torra -pese a que los elogios fueron acompañados de críticas por las medidas económicas-. Pero una vez acabó ese plazo y la Moncloa volvió a permitir la activación de algunas actividades no esenciales, los reproches volvieron a reaparecer. Finalmente, tanto esa medida como la salida de los niños, de momento, no han alterado la tendencia a la baja de la epidemia.

Residencias

Cataluña es la segunda autonomía más golpeada por el coronavirus. Y el impacto está siendo especialmente dura en las residencias, donde se han registrado 12.406 contagios -34.067 casos sospechosos- y 3.271 fallecidos -hay algo más de 60.000 personas mayores en residencias-. La caótica gestión del Govern en los geriátricos -con falta de material- condujo a un traspaso de competencias de la conselleria de Asuntos Sociales a Salud -ambas carteras son de ERC- y la Fiscalía ya investiga algunas residencias. Familiares de ancianos de la Coordinadora 5+1 han pedido a la Fiscalía de Cataluña que investigue a todas y cada una de las 1.070 residencias que hay en la autonomía.

En este sentido, el Consejo Asesor de Salud -órgano que asesora a la Generalitat-, en un informe, ha criticado las “deficiencias” del Govern en la previsión de la importancia de la pandemia, así como de su afectación en las residencias. En el documento, también observa debilidades como la carencias de tests o equipos de protección individual.

Tests

El material sanitario adquirido por la Generalitat es una incógnita. El Govern ha dado muestras de una gran opacidad y ha desvelado con cuentagotas sus adquisiciones: cuando lo ha hecho, precisamente, no han demostrado un gran resultado. En este sentido, Torra, por ejemplo, en una entrevista en “Rac1” -9 de abril-, reveló que la Diputación de Barcelona había comprado 150.000 tests mientras que la Generalitat solo 44.000.

Esta semana, "TV3″ ha desvelado el fiasco de la Generalitat con el programa Orfeu, anunciado el 7 de abril, con el que pretendían hacer hasta 170.000 pruebas PCR en seis semanas. Sin embargo, el plan apenas ha arrancado y, hasta esta semana, tan solo se habían producido 32.