
Política
Vox y PP, tranquilos ante el auge de Aliança Catalana
El auge de Orriols plantea la duda de si le quitará votos a otros partidos también duros contra la inmigración ilegal y la inseguridad

En apenas dos años, el mapa político catalán ha visto emerger a un nuevo actor que amenaza con alterar los equilibrios tradicionales: Aliança Catalana (AC). El partido liderado por la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, ha pasado de ser una fuerza municipal a convertirse en un fenómeno político que aparece ya con fuerza en las encuestas. Según el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), AC llegaría hasta los 11 diputados, mientras que Vox se movería en una horquilla de 12 a 14 y el PP podría obtener 14 o 15. Otras encuestas, como la publicada por El Confidencial, colocan incluso a Aliança por delante, con 15 escaños, superando a los populares (14) y a Vox (12).
Definida en múltiples ocasiones como “el Vox catalán”, la formación comenzó a ganar notoriedad antes de las municipales de 2023, gracias a un discurso duro contra los partidos independentistas tradicionales, a los que acusaba de haber traicionado al movimiento soberanista, y contra la inmigración irregular y la islamización. En Ripoll, localidad natal de Orriols, el partido dio el primer golpe sobre la mesa al hacerse con la alcaldía, gracias a la abstención de Junts. Ese altavoz se amplió en las autonómicas de 2024, cuando entró con dos diputados en el Parlament.
La propuesta de Orriols combina un fuerte identitarismo catalanista, que se distancia del “procesismo” de ERC y Junts, con un discurso tildado por sus críticos de xenófobo e islamófobo. Ella misma se ha declarado islamófoba, asegurando que el islam es una “ideología política incompatible con los valores occidentales".
Vox: sin miedo a perder votos
Con este crecimiento en el horizonte, todas las miradas se dirigen a Vox, la formación con la que más comparaciones se han establecido. Desde la dirección del partido niegan a este diario que Aliança pueda restarles apoyos en Cataluña. “El flujo de votos es entre Junts y Aliança, no con nosotros”, aseguran. Según explican, los votantes de AC jamás se decantarían por Vox, ni los de Vox por AC por su discurso independentista radical.
En Vox admiten, con tranquilidad, que ese factor puede hacer que Aliança Catalana crezca más que ellos en las próximas elecciones, ya que el partido de Orriols dispone de un campo electoral más amplio al nutrirse sobre todo de votantes de Junts y ERC. "Está claro que arrasará, pero a costa del independentismo, seguro". Su interpretación es doble: por un lado, consideran negativo su discurso independentista radical y advierten a los catalanes de que "no hay que dejar encandilarse por los cantos de sirena de Orriols"; por el otro, valoran que esa irrupción servirá para fragmentar aún más al bloque separatista.
Más allá de la competencia electoral, en Vox reconocen positiva la irrupción de Aliança al haber contribuido a normalizar debates que, a su juicio, estaban vetados en Cataluña: inmigración ilegal, inseguridad o islamismo. “El gran logro de Vox ha sido abrir esos debates censurados. Ahora hasta en RAC1 se habla de inmigración”, subrayan. En ese sentido, la dirección del partido no teme perder protagonismo en la bandera contra la inmigración. “Nosotros el debate lo lideramos desde hace más tiempo tanto a nivel nacional como catalán. Bienvenidos sean los de AC si ayudan a que se hable del problema. Lo importante es que el tema esté sobre la mesa”, apuntan. Además, dicen, Aliança se circunscribe a Cataluña, mientras que a nivel nacional, "el tema del verano fue el de Jumilla, y eso es gracias a Vox".
Además del discurso contra la inmigración, en Vox también celebran que otra formación se haya sumado a denunciar las mismas cosas que denuncia el partido de Garriga: "Aliança dice que hay que recortar chiringuitos, como nosotros les llamamos, dice que hay que reducir el gasto político, y se mete con la casta política, lo cual es positivo.
Sobre el discurso identitarista radical de Aliança, Vox marca distancias y reconoce que les va bien para distinguirse. Hay dos diferencias claras, dicen. Una es la hispanofobia de Orriols, la cual sí les preocupa porque "haría volver a Cataluña a la división y confrontación de los años del procés". La otra es la guerra cultural. "Nosotros defendemos España, nuestras tradiciones y nuestros valores. Jamás promoveremos banderas LGTBI como hace Orriols en su Ayuntamiento".
El PP se mantiene al margen
Desde la dirección del PP también transmiten calma. Recuerdan que Orriols “ha defendido prohibir el castellano en Cataluña y considera colonos a los catalanes no separatistas”, unas posiciones que, aseguran, ningún votante popular respaldaría. Por ello, descartan cualquier fuga hacia Aliança, convencidos de que se trata de electorados distintos: el suyo, centrado en la defensa del español y de la unidad nacional; el de Orriols, en la inmigración ilegal, la inseguridad, el islamismo y el identitarismo. De ahí que el PP insista en que no comparte espacio con Aliança y que no tema trasvase de apoyos.
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