"Rave" interminable
Finaliza tras más de 40 horas la fiesta ilegal de Nochevieja pero los Mossos siguen con el desalojo
Se estaba celebrando desde Fin de Año con más de 300 asistentes. Sobre las 14.30 horas, muchas de estas personas aún estaban en el recinto, sin ninguna intención de irse
Los Mossos d’Esquadra y Policía Local han empezado este sábado el desalojo de la fiesta ilegal que se estaba celebrando desde la noche de fin de año en una nave abandonada de Llinars del Vallès, cerca de Barcelona, y en la que participaban al menos 150 asistentes. Sobre las 14.30 horas, muchas de estas personas aún estaban en el recinto, sin ninguna intención de irse.
El operativo para interrumpir la fiesta -que no respeta ninguna de las medidas ante el coronavirus- ha empezado hacia las 11.30 horas y “se prevé que la actuación aún se alargue”, han informado los Mossos en un tuit.
Según fuentes de la conselleria de Salud, la titular del departamento, Alba Vergés, solicitó el viernes a la conselleria de Interior que identificara a los participantes de la fiesta, que se impusieran las sanciones correspondientes y que se iniciaran las actuaciones de desalojo.
Por su parte, la Federación Catalana de asociaciones de actividades de restauración y musicales (Fecasarm) ha exigido “contundencia” en las actuaciones de la administración para acabar con la fiesta ilegal.
Según ha informado Fecasarm este sábado en un comunicado, el sector del ocio se siente discriminado porque la fiesta ilegal continúa “sin medidas de seguridad” mientras sus negocios no pueden operar desde hace meses.
En este sentido, el director general de los Mossos d’Esquadra, Pere Ferrer, ha asegurado hoy sábado que la policía no ha desalojado antes la fiesta porque se trataba de una actuación “muy compleja” que debía realizarse con plenas garantías.
Ferrer ha dicho que la prioridad de la policía ahora es identificar a todos y cada uno de los asistentes por la vía administrativa por incumplimiento de la normativa anticovid, lo que conlleva multas de hasta 3.000 euros.
Los agentes, además, tratan de identificar a los organizadores de la fiesta, que en este caso se enfrentarían a multas de hasta 600.000 euros. Para ello, dedicarán “el tiempo que haga falta”.
Toda la información recabada por los Mossos sobre estos hechos será remitida al juez para que se depuren responsabilidades penales si es preciso.
“De aquí nadie se escapará sin asumir su responsabilidad”, ha declarado Ferrer, que ha destacado la “complejidad” del operativo puesto en marcha en Llinars, que era “imposible afrontarlo la noche de Fin de Año o ayer”.
Unas 300 personas, buena parte de ellas procedentes de otros países europeos, se congregaron la Nochevieja en esta nave de Llinars para celebrar durante varios días el nuevo año.
Al tener conocimiento de los hechos, los Mossos establecieron el mismo 31 de diciembre un dispositivo centrado en minimizar la movilidad de los asistentes y evitar nuevas entradas.
Dada la magnitud de la fiesta y la imposibilidad de concentrar todos efectivos necesarios en Llinars, pues, la policía catalana decidió no realizar una “operación precipitada” y posponer el desalojo hasta hoy.
“Ayer tampoco se hubiera podido producir (el desalojo) con todas las garantías, ni para los asistentes ni para la policía”, ha detallado Pere Ferrer.
“Había que planificar un dispositivo con cara y ojos para que de aquí no se fuera nadie sin pagar su responsabilidad”, ha subrayado.
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