14-F

La curva del coronavirus, muy a la baja para las elecciones catalanas

Cataluña ha conseguido controlar la pandemia en las últimas semanas y se ha permitido una leve desescalada de las restricciones

Un operario coloca las urnas, papeletas, gel desinfectante y demás material electoral en una mesa del Mercat del Ninot, de cara a las próximas elecciones catalanas del 14F en Barcelona, Cataluña (España), a 10 de febrero de 2021.10 FEBRERO 2021;ELECCIONES CATALANAS;14F;CATALUNYA;GOVERNMENT;GENERALITAT;URNAS;PAPELETAS;VOTOSDavid Zorrakino / Europa Press10/02/2021
Un operario coloca las urnas, papeletas, gel desinfectante y demás material electoral en una mesa del Mercat del Ninot, de cara a las próximas elecciones catalanas del 14F en Barcelona, Cataluña (España), a 10 de febrero de 2021.10 FEBRERO 2021;ELECCIONES CATALANAS;14F;CATALUNYA;GOVERNMENT;GENERALITAT;URNAS;PAPELETAS;VOTOSDavid Zorrakino / Europa Press10/02/2021David ZorrakinoEuropa Press

Las elecciones catalanas se celebran mañana y han estado rodeadas de incertidumbre hasta el final por la pandemia. A diferencia de Galicia y el País Vasco, que organizaron comicios con la curva del coronavirus en mínimos -en julio-, la pandemia sí ha condicionado y mucho la antesala de la cita electoral en Cataluña -con un intento de aplazamiento tumbado por la Justicia y con un alud de alegaciones de miembros de las mesas electorales para quedar eximidos-, aunque ahora parece ir muy a la baja: así, en las últimas 24 horas, se han registrado 2.258 casos y la Rt, que mide la velocidad de propagación sigue por debajo de 1 (0,81).

De hecho, las estimaciones de la propia Generalitat tampoco se han cumplido. A mediados de enero preveían que el 14-F hubiera en torno a 200.000 personas en cuarentena por Covid -contagiados o contactos de un positivo-, una proyección que ya a finales de enero se rebajó a 132.000 y que hoy ha quedado en 70.000. Este colectivo tiene una franja horaria asignada para votar: de 19 a 20 horas.

Todos los indicadores acumulan ya semanas o días a la baja. Los casos diarios notificados se han instalado en una media de en torno a 2.000, muy lejos de los más de 5.000 que se registraban hace poco más de un mes. Eso se ha traducido en un descenso notable de la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes, que está ya en 406 tras rebasar la barrera de los 700 hace menos de un mes y la Rt, que ya lleva tres semanas por debajo de 1 -para que la pandemia remita, tiene que estar siempre por debajo de 1-.

Con este escenario epidemiológico, la autonomía se ha permitido ya una leve desescalada: desde hace una semana, los bares y restaurante han ampliado en un par de hora su horario de apertura; los gimnasios se han reabierto; y, el confinamiento municipal ha pasado a ser comarcal. No obstante, y pese a que los contagios van remitiendo, la autonomía no puede aguantar ningún repunta porque la presión hospitalaria están en números altos aún, pese a que también va disminuyendo.

Alcanzó el pico de ocupación en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) el pasado 2 de febrero (731) y, desde entonces, ha ido bajando hasta situarse hoy en 651: es decir, 80 pacientes menos, aunque todavía sigue siendo una cifra elevada. La reducción de personas hospitalizadas se ha acentuado en las últimas dos semanas: a 31 de enero había 3.158 ingresados y ahora hay 2.222.

Asimismo, hay otras dos variables que también están mostrando una muy buena evolución. Por un lado, la positividad, que mide el número de positivos dividido por el número de tests realizados y ahora se encuentra en un 5,10% cuando llegó a estar en 11,04% a principios de enero, un indicador que invita a pensar -siempre con la máxima prudencia- que la pandemia está bajo control. Por otro lado, el ritmo de vacunación, que va a poco a poco acelerándose, sobre todo, en colectivos de riesgo y ya hay 165.101 personas inmunizadas.