Cataluña

Medio millar de intelectuales firman un manifiesto contra el independentismo

En conmemoración del 40 aniversario del documento de los 2.300 en contra de la inmersión lingüística en Cataluña

Manifestantes muestran banderas catalanas y españolas durante la celebración.
Manifestantes muestran banderas catalanas y españolas durante la celebración.larazon

Con motivo del 40 aniversario del Manifiesto de los 2.300, sellado por intelectuales y profesionales el 12 de marzo de 1981 en contra de la inmersión lingüística en Cataluña, la entidad constitucionalista Impulso Ciudadano ha publicado hoy un documento suscrito por 500 personalidades del ámbito de la política, la cultura o el derecho bajo el título “En defensa de la nación constitucional y por la igualdad de todos los españoles”. El texto recuerda los pronósticos del Manifiesto de los 2.300 y advierte de que su contenido todavía continúa “vigente”: tanto por su diagnóstico sobre la incipiente política lingüística de Jordi Pujol en aquellos momentos como por las consecuencias que se han hecho visibles en la última década.

En este sentido, el Manifiesto de los 2.300, suscrito por intelectuales, profesores y trabajadores residentes en Barcelona como Amando de Miguel, Federico Jiménez Losantos, Benjamín Oltra o Santiago Trancón, alertó en 1981 de las consecuencias y “peligros” del “proyecto de imposición lingüística y de eliminación del español de las instituciones” catalanas del “nacionalismo excluyente”, en referencia a Pujol. “Su precoz denuncia tuvo gran repercusión y provocó una campaña política de desprestigio y persecución contra sus promotores”, expone el texto de Impulso Ciudadano, recordando el atentado que sufrió Losantos a manos de la organización terrorista Terra Lliure.

“Esta situación ha llevado a Cataluña a la división, la inseguridad, la decadencia económica y a un retroceso social que empieza a afectar a una mayoría de catalanes”, valora el documento, en alusión a las consecuencias actuales que atraviesa Cataluña. “Lo que empezó presentándose como «normalización» del uso del catalán fue avanzando, con ambigüedad calculada, hacia la exclusión de la lengua común y el rechazo de los lazos históricos, afectivos, culturales y lingüísticos que nos unen a todos los españoles. El Manifiesto desenmascaró las intenciones de un catalanismo que ahora se presenta abiertamente como nacionalismo hispanófobo y que tiene como objetivo derribar la Constitución de 1978, último dique de contención de su proyecto rupturista, hoy mimetizado en otras partes de España”, resume.

La inmersión lingüística en Cataluña arrancó a principios de los años 80 y supuso la imposición del catalán como lengua vehicular en las escuelas públicas. Ahora, una reciente resolución del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña tumbó esa línea política y exigió que haya, como mínimo, un 25% de clases en castellano. Entre los firmantes del texto están Mario Vargas Llosa, Félix de Azúa, Francesc de Carreras, Fernando Savater, Carlos Jiménez Villarejo, Gabriel Tortella, Albert Boadella, Maite Pagazaurtundua, Cayetana Álvarez de Toledo, Joaquín Leguina, Julio Valdeón, Fernando Sánchez Dragó, Rosa Díez, Pablo Zavala, Ferran Toutain y Xavier Pericay, entre otros.

Si bien, para los firmantes no todo es culpa de la Convergència de Pujol, ahora convertido en partido independentista. También señalan a los “sucesivos gobiernos de España” por su “indolencia e inepcia” al considerar que “no han sabido encarar con determinación el desafío anticonstitucional y su desprecio reiterado a la ley y a las decisiones judiciales”. “No hemos llegado a esta situación de modo inexplicable o repentino: nuestra penosa coyuntura es resultado de innumerables errores, engaños y claudicaciones”, advierten.

En este marco, alertan de que España ha entrada en un “periodo decisivo de crisis nacional” del que solo se podrá salir si se encara el reto independentista “como lo que es: un proyecto que solo podrá acabar o con el desmoronamiento del Estado de Derecho, o con la derrota del separatismo y el afianzamiento de una España democrática y más igualitaria”. “Nada más importante y urgente que frenar este proceso destructivo, hacerlo retroceder y derrotarlo con las armas de la razón, de la política y del derecho”, argumentan. “El resto de los problemas económicos y sociales no podrán ser abordados si nuestra propia existencia como nación está amenazada y carecemos de un Estado democrático fuerte y cohesionado”, añaden.

El documento concluye con una reivindicación de la defensa de España. Se subraya que el país es hoy una “sociedad moderna y democráticamente avanzada”, que es el “resultado de muchos siglos de vida en común y esfuerzo colectivo de muchas generaciones que han compartido un territorio y trabajado en él, gracias a un marco normativo común”. “Hemos demostrado tener una gran capacidad organizativa y creadora que, por culpa de una minoría privilegiada, egoísta y corrupta, es hoy sistemáticamente despreciada y desaprovechada”, destaca, y hace énfasis en la necesidad de recuperar y estimular “ese impulso colectivo para orientarlo hacia el estrechamiento de los vínculos comunitarios”. “Que nuestra Nación recupere la conciencia de sí misma y confíe en la capacidad de todos los españoles para unirnos”, añade.

“Defender a España es defender el bien común, porque España es la mejor garantía de nuestros derechos y libertades. Pedimos a todos los ciudadanos que no se dejen llevar por el miedo, la resignación o el pesimismo, y que adopten una actitud decidida en defensa del orden constitucional contra quienes quieren destruirlo”, zanja.