Rutas en bici para hacer en Cataluña

Cataluña puede presumir de paisajes y puede presumir de solera ciclista. Este año ha celebrado la 100ª edición de La Volta a Catalunya. La autonomía alberga muchas y variadas rutas: desde el mar Mediterráneo hasta los Pirineos, el abanico de posibilidades es muy rico y se puede ir de una punta a otra en algo más de dos horas y 200 kilómetros.

1. Barcelona-Sant Cugat-La Roca del Vallès-Barcelona (80 kilómetros): es una ruta muy concurrida entre los aficionados a la bici en Barcelona ya que permite salir por la carretera de Vallvidrera o la Rabassada disfrutando de unas muy buenas vistas a toda la ciudad a medida que se va ascendiendo y tiene muchos tramos llanos -de hecho, casi todo el desnivel se acumula a la salida de Barcelona-. Una vez incorporado a la carretera que va en dirección a La Roca del Vallès, la vía es llana y apenas hay más obstáculos que cruzar diversos municipios, pero se hace fluido porque apenas hay semáforos.

2. Barcelona-Vilafranca-Sitges-Barcelona (112 kilómetros): es una ruta que permite salir desde Barcelona y llegar hasta Vilafranca del Penedès, icono del cava. La salida de Barcelona obliga a atravesar el área metropolitana y municipios con cierto tráfico, pero una vez llegados a Gavà-Castelldefels, se toma la carretera de Begues (un ascenso de en torno a 7 kilómetros), que alberga tramos con zonas de grandes vistas a Barcelona en días claros, y de ahí se empieza a entrar en el Penedès y aparecen los paisajes llenos de viñedos. De Vilafranca se llega a Sitges, municipio muy turístico y se vuelve por la carretera de las costas del Garraf, que brinda bonitas estampas al mar.

3. Barcelona-Mataró-La Roca del Vallès-Barcelona (85 kilómetros): es una ruta que permite ir en paralelo al litoral norte de la provincia de Barcelona: hasta llegar a Mataró, se recorre la Nacional II, carretera llana, aunque también puede tener el inconveniente del tráfico en determinados momentos del día y del viento. Tras llegar a Mataró, se toma rumbo a La Roca del Vallès por la carretera de Orrius, que tiene un pequeño ascenso y, después, la vuelta hasta Barcelona es también llana.

4. Palafrugell-Palamós-Sant Feliu de Guixols-Romanyà de la Selva-Palafrugell (70 kilómetros): ruta por la Costa Brava, zona de gran atractivo turístico por sus playas y algunos de sus municipios costeros. Montañas o miradores y una buena oferta gastronómica para hacer parada son algunos de los atractivos de un recorrido que es recomendable realizar en meses primaverales o veraniegos para evitar el viento, muy frecuente.

5. Camprodón-Besalú-Olot-San Juan de las Abadesas-Camprodón (94 kilómetros): ruta por el norte de Cataluña, a pocos kilómetros de la frontera francesa y con los Pirineos en el horizonte. Esta ruta con bastante tramo llano permite pasar por municipios de gran interés turístico y con un conjunto arquitectónico de origen medieval muy vistoso: Camprodón y su Puente Nuevo del siglo XII; Besalú y su Puente Medieval del siglo XII; o, San Juan de las Abadesas y su monasterio del siglo IX. Olot, municipio que alberga volcanes, es la capital de la comarca de La Garrotxa.

6. Alp-Ribes de Freser-Campdevànol-Guardiola de Berga-Alp (103 kilómetros): ruta por las comarcas de la Cerdaña y el Ripollès, al norte de Cataluña y en la frontera con Francia. Además de los paisajes montañosos, bordea dos icónicas pistas de esquí catalanas (La Masella y la Molina) y a su paso vas encontrando municipios con joyas arquitectónicas de origen medieval.

7. Vic-Montseny-La Garriga-Vic (112 kilómetros): ruta para descubrir el interior de Cataluña y visitar el parque natural del Montseny, un oasis de naturaleza a las puertas del área metropolitana de Barcelona. También permite pasar por Vic y La Garriga, dos municipios de gran interés turístico. Sobre todo, Vic, un incono del románico. El recorrido combina tramos de importante desnivel con otros llanos.

8. Salomó-Santes Creus-Pontons-Torrelles de Foix-La Bisbal del Penedès-Salomó (100 kilómetros): ruta por la parte norte e interior de Tarragona, aunque bordea también los municipios costeros más turísticos, como Torredembarra o Calafell. La trayectoria permite atravesar paisajes agradables, llenos de viñedos, pero también por municipios de gran interés turístico, como Santes Creus, que alberga una abadía cisterciense erigida a partir del siglo XII, declarada monumento nacional.