Tribunales

Absueltos de un delito de odio los líderes de La Falange y Alianza Nacional

La acusación era por sus discursos el 12 de octubre de 2013 en Barcelona

El líder de Alianza Nacional, Manuel Andrino
El líder de Alianza Nacional, Manuel AndrinoACN

El Juzgado Penal 8 de Barcelona ha absuelto a los presidentes de La Falange, Pedro Pablo Peña, y de Alianza Nacional, Manuel Andrino, a los que juzgó acusados de un presunto delito de incitación al odio y a la violencia en sus discursos el 12 de octubre de 2013 durante un acto en Montjuïc (Barcelona).

La sentencia los absuelve porque no se ha demostrado que los acusados fueran responsables de un documento que incitaba a cometer actos violentos durante el día de la Hispanidad, y por el que se abrió la investigación que también abarcó las declaraciones de esa jornada.

En el juicio, un mosso de la unidad de investigación del cuerpo dedicada a los delitos con motivación ideológica de extrema derecha explicó que ese documento, firmado por ‘Ultra Sur’ y ‘La España en marcha’, era falso, y los técnicos del Ayuntamiento de Sabadell que lo enviaron al fiscal para denunciar declararon que lo habían recibido por redes sociales.

“La prueba inicial, que es el documento denunciado a Fiscalía, es totalmente falso, y en consecuencia debe aplicarse la teoría de los frutos del árbol envenenado”, según la que una prueba ilícita anula todas las que se consigan a raíz de esta, aunque sea de forma legal, como ocurre en este caso con el documento falso y el resto de pruebas que el fiscal aportó para acusarles de delito de odio en los discursos.

Peña y Andrino rechazaron declarar en el juicio, en el que se reprodujeron expresiones como, en referencia al inicio del proceso soberanista, que “la bala debería ser para la clase política española, y para la cúpula militar que ha permitido este atropello”.

“Responderemos como respondieron los unionistas en Irlanda”, sostuvo Peña afirmando que el camino es la violencia, en sus palabras, y llamó a derrocar la monarquía y defender España con sacrificio y a costa de sus vidas si fuera necesario.

En su discurso, Andrino apeló actuar como en el golpe de Estado de julio de 1936: “Estamos dispuestos a morir, pero también a matar por España, faltaría más”.

Peña y Andrino, dos veteranos de la ultraderecha española, se mostraron dispuestos a morir luchando contra el “separatismo” en este en Barcelona para conmemorar el Día de la Hispanidad. La oratoria de los ultraderechistas en aquel acto dio paso al más absoluto silencio en el juicio: ambos se acogieron a su derecho a no declarar.

La Fiscalía pedía para ellos una pena de tres años de cárcel por un delito contra los derechos y libertades fundamentales. Debido al tiempo transcurrido y los retrasos acumulados en el proceso judicial, sus abogados pidieron que se les aplique —en caso de condena— la atenuante de dilaciones indebidas.

La España en Marcha, hoy disuelta, fue un intento de aglutinar a partidos y colectivos de extrema derecha en un momento en que la crisis económica golpeaba con dureza y en que la situación en Cataluña empezaba a representar una amenaza: era el año 2013, el “procés” estaba aún en sus inicios.

Los Mossos d’Esquadra estaban alertados de la potencial peligrosidad de ese acto. Los agentes registraron a 126 personas que llegaron en autocares desde Madrid (30 tenían antecedentes violentos) y vigilaron la marcha, en la que se profirieron cánticos contra los dirigentes independentistas (“Artur Mas, cámara de gas”) y también contra inmigrantes, anarquistas y “okupas”, confirmó, en su declaración como testigo, uno de los mossos que participó en la investigación. Alrededor de 500 personas se concentraron en la montaña de Montjuïc para escuchar a los líderes de los partidos ultraderechistas.