Intolerancia
Vídeo: Queman una bandera española en un festival en Cataluña
La acción fue acompañada de gritos de “puta España” entre la multitud de los asistentes
La intolerancia o la falta de respeto hacia unos determinados símbolos en los últimos años en Cataluña suele tener unos autores. Parte del procesismo se ha encargado en la última década de defender a ultranza la libertad de expresión u otras acciones que defendieran su movimiento aunque se olvidaban cuando estos iban destinado hacia símbolos españoles. Tras las reiteradas quemas de fotografias del Rey o de protestas en las calles contra actos de los presidentes del gobierno, la última expresión de intolerancia ha llegado en el Festival Canet Rock. Asiduo de jóvenes independentistas, no dejaron escapar la ocasión de quemar una bandera española mientras se celebraba un concierto. Además, por redes sociales, los autores celebraban la acción donde se puede observar el momento y el coro que acompaña con consignas de “puta España”. El vídeo fue subido por Joan Mangues a internet con la premisa de que el festival había estado “divertido”.
No es la primera muestra en los últimos días de intolerancia por parte del independentismo en Cataluña. Esta semana se conoció el caso de un miembro de la CUP que pertenecía a una casa de campamentos que abroncó a un niño por ir vestido de la selección española el mismo día que esta se jugaba el pase a semifinales de la Eurocopa. El anticapitalista, además, alardeo en twitter de su acción lo que provoco un alud de críticas por parte de los internautas.
Así las cosas, por suerte nadie resulto herido tras la quema de la bandera en medio de una gran multitud. Otra de las suertes, es que ningún asistente se ofendiera por la acción, aunque con la gran cantidad de personas que parecían contrarias a España, resulta complicado creer que alguien pudiera protestar con seguridad.
El Festival Canet Rock se celebró este sábado en el Pla d’en Sala de Canet de Mar (Barcelona) una edición con 22.000 asistentes que, en teoría con la mascarilla puesta, donde se pudo bailar sin distancia de seguridad y volver a “disfrutar de la música como antes” de la pandemia del Covid-19. Aunque la mascarilla fuese obligatoria, no así la distancia de seguridad, parece que los autores de la acción no les importase demasiado la medida. El festival detectó 152 positivos por coronavirus entre los asistentes en la entrada del evento.
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