Historia

El campo de concentración nazi en el que murió el bisabuelo de un jugador del Barça

Flossenbürg acogió a miles de presos desde 1938 y hasta su liberación por los estadounidenses en 1945

Una imagen del campo de concentración de Flossenbürg
Una imagen del campo de concentración de FlossenbürgLa Razón

Estanislaus Pedrola debutó el pasado domingo con el Barça en un partido frente al Mallorca. Con 18 años jugó su primer partido en la Liga, donde disfrutó de la oportunidad que le dio Xavi Hernández. Si bien, detrás de ese nombre y ese apellido hay toda una historia personal y familiar: es un jugador que pasó por las categorías inferiores del RCD Espanyol, donde fue descartado por su estatura, y su bisabuelo, con el mismo nombre y apellido, fue un fotógrafo que murió asesinado en un campo de concentración nazi.

Pedrola, nacido en 2003 en Cambrils, municipio de la provincia de Tarragona, llegó en categoría benjamín (9 años) al RCD Espanyol, pero tuvo que dejar la entidad blanquiazul en cadete con 16 años y se marchó al Fundación Fútbol Base Reus (heredero del CF Reus, que desapareció hace unos años tras haber estado en Segunda A), un club cercano a su localidad natal. Allí jugó dos temporadas (los dos primeros años de juvenil) hasta que el Barça decidió ficharlo el verano pasado (Real Madrid o Valencia también habían mostrado interés por él) y, desde entonces, su crecimiento ha sido fulgurante: ha pasado en la misma temporada de jugar en División de Honor con el juvenil A a debutar en Primera División.

Lo cierto es que su descarte del Espanyol se debió a su baja estatura: según explicó un ex entrenador suyo, Xavi Castro, en una entrevista con “Diari de Tarragona”, sus dos años en Reus le han permitido una evolución física favorable (”se ha puesto en 1,85 centímetros”, aseguraba Castro), lo que le ha permitido explotar como jugador a este delantero de 18 años. Esta anécdota también permite ver que, pese a los éxitos mundiales de la selección española y el Barça con jugadores de baja estatura, las condiciones físicas han continuado influyendo sobre la trayectoria de determinados futbolistas.

Además de este particular itinerario futbolístico, Pedrola también tiene un bisabuelo -apodado Sandalio- que murió asesinado en 1944 en un campo de concentración nazi situado en Flossenbürg. Su bisabuelo, Estanislau Pedrola Rovira, fue un fotógrafo que nació en Montbrió del Camp (también en la provincia de Tarragona) en 1907 y se dedicó en cuerpo y alma a su vocación de fotógrafo hasta sus últimos días, como demuestran las imágenes que captó en los propios campos de concentración recogidas por este diario.

Flossenbürg es un pequeño municipio alemán situado en el estado federado de Baviera, muy cerca de la frontera con la actual República Checa. Fue aquí donde a finales del siglo XIX se abrieron varias minas dedicadas a la explotación de depósitos de granitos, lo que convirtió este lugar en una aldea que acogería a los trabajadores de la cantera. Durante la Segunda Guerra Mundial este bucólico lugar fue sinónimo de muerte al acoger uno de los campos de concentración que el régimen nazi instaló en suelo alemán. Fue allí donde murieron numerosas personas en sus hornos crematorios mientras los funcionarios de Hitler siguen explotando las canteras.

El campo de concentración se puso en marcha en mayo de 1938, un lugar dedicado al castigo y al exterminio de aquellos que eran considerados como enemigos por parte de las autoridades nacionalsocialistas. Dos meses antes se había decidido que aquel lugar, con sus magníficas canteras, era el lugar propicio para eliminar a presos. En mayo llegó el primer centenar de presos procedentes de Dachau. A finales de 1938 ya eran 1.500. Fue en ese momento cuando también llegaron los detenidos por motivos políticos. Ya no eran solamente ladrones o criminales. Los primeros judíos ingresaron en el campo en 1940.

Una empresa llamada German Earth and Stone Works (DESt) fue la encargada de aprovecharse de los recursos naturales de la zona, lo que llevó a tener ningún tipo de piedad con los presos del campo destinados a trabajar horas y horas en la mina en las peores condiciones, jornadas que se alargaban hasta doce horas y que solamente se interrumpían para comer una sucia sopa. Entre 1938 y 1945, Flossenbürg fue la pesadilla para 84.000 hombres y 16.000 mujeres procedentes de más de treinta países.

El campo de concentración fue sinónimo de muerte desde el primer día. Todos aquellos que trataban de escapar y eran detenidos por las SS eran ejecutados en la horca a la vista de todo el mundo. En marzo de 1941, las SS iniciaron las matanzas en masa a partir de las categorías de los presos. Se calcula que se llevaron a cabo 2.500 ejecuciones programadas. Los supervivientes fueron liberados por el ejército estadounidense el 23 de abril de 1945 donde todavía permanecían 1.500 personas, la mayoría en pésimo estado de salud.

Cabe decir que su bisabuelo acabó en las garras de un campo de concentración por culpa del franquismo porque tuvo que huir de España al ser identificado como independentista y de izquierdas. En este sentido, Estanislau Pedrola formó parte de Estat Català, uno de los embriones de Esquerra, y fue encarcelado en 1934 por los hechos de octubre de 1934, cuando Lluís Companys proclamó la república catalana.