Municipal

El fin de los cajeros automáticos: Barcelona ha perdido el 40% en tres años

El Ayuntamiento pone en marcha una prueba piloto para obligar a los bancos a mantener el servicio

En 2018 había un total de 1.214 cajeros en la vía pública de la capital catalana y han pasado a sólo 717 en 2021
En 2018 había un total de 1.214 cajeros en la vía pública de la capital catalana y han pasado a sólo 717 en 2021EDUARDO SOARES / UNSPLASHEDUARDO SOARES / UNSPLASH

La progresiva concentración de la banca en España lleva aparejada la desaparición de oficinas bancarias y, por lo tanto, de cajeros automáticos. Por mucho que las nuevas generaciones fíen cualquier gestión a su móvil, no ocurre lo mismo en todas las franjas de edad, para las que la falta de ese tipo de servicios es un problema. Incluso se ha constituido una nueva formación política, Partido Tercera Edad en Acción, cuya principal reivindicación es solventar esta situación. A las administraciones, como de costumbre, les cuesta más reaccionar. En este caso, sin embargo, el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto en marcha una prueba piloto para evaluar la instalación de cajeros automáticos en equipamientos municipales, como centros cívicos o hogares de jubilados, en aquellos barrios con mayor carestía. Las cifras hablan por si solas, en 2018 había un total de 1.214 cajeros en la vía pública de la capital catalana y han pasado a sólo 717 en 2021, un 40% menos.

Así, las reuniones entre el Ayuntamiento de Barcelona y la Comisión Permanente del Consejo de las Personas Mayores ya han comenzado. Según el teniente de alcaldía, Jaume Collboni, “queremos forzar a las entidades bancarias y, a la vez, facilitarles soluciones a una problemática que no está totalmente diagnosticada pero que es un clamor” y ha añadido que “los cajeros de las entidades bancarias no tienen consideración de servicio público y, por tanto, no podemos obligar a ponerlo, pero la realidad es que sí que hacen una parte de función de servicio público y, por este motivo, es necesario buscar soluciones”.

Con todo ello se quiere facilitar los trámites a las personas mayores que no tienen acceso a las nuevas tecnologías ni un cajero a pocos metros de casa, teniendo en cuenta que la pandemia y la evolución de las nuevas tecnologías han ido imponiendo el pago electrónico de forma generalizada. Así, desde el consistorio se han anunciado determinadas medidas que se quieren desarrollar próximamente en lo que Collboni ha definido como “banca km0″. Por un lado, se llevará a cabo una prueba piloto en los próximos tres meses para evaluar la instalación de cajeros en equipamientos municipales en barrios en los que haya más déficit de este servicio. Este servicio debería asumirlo la entidad bancaria correspondiente que, además, deberá pagar un canon al Ayuntamiento de Barcelona para ocupar espacio del equipamiento.

Aparte de la prueba piloto, la Oficina Municipal de Información a las Personas Consumidoras (OMIC) también abrirá próximamente una línea directa de atención a los afectados. Será un servicio para recabar problemáticas concretas y ofrecer asesoramiento.