Salud
El Hospital del Mar pone en marcha un protocolo pionero que acorta a la mitad el postoperatorio tras una intervención de juanetes
Éste reduce el tiempo de uso del zapato de suela rígida para proteger la zona operada de seis a tres semanas y con ello se reducen las complicaciones asociadas a la alteración de la marcha que provoca este artilugio sin que ello suponga un empeoramiento de los resultados de la cirugía
En torno al 30% de la población adulta y al 70% de las personas mayores sufren juanetes, una patología muy frecuente, de hecho es la causa de consulta más habitual en las Unidades de Pie y Tobillo. Ésta consiste en una deformidad del dedo gordo del pie, que suele ir asociada a otras deformidades, como podrían ser los conocidos dedos en garra o los callos en la planta del pie. Y pese a que no es una patología con graves afectaciones para la salud de quien la padece ni entraña importantes riesgos, lo cierto es que es muy dolorosa, a veces invalidante, y puede menoscabar de forma significativa la calidad de vida del paciente.
Sus causas son diversas y habitualmente confluyen un cúmulo de factores. “Hay parte de carga genética, es una patología más frecuente en mujeres y personas mayores de 60 años, existe un componente relacionado con la elasticidad de las articulaciones, ya que cuanto más laxa es la persona, más riesgo existe de deformidad, y también afecta el tipo de calzado que uno usa, especialmente si éste tiene un tacón excesivo o es muy apretado”, explica el doctor Albert Ginés, médico adjunto de la Unidad de Pie y Tobillo del Servicio de Cirugía Ortopédica y Trauma del Hospital del Mar
Sobre su tratamiento, Ginés explica que “cuando existe la deformidad y ésta produce dolor y, en consecuencia, limitación funcional intentamos siempre llevar a cabo un tratamiento conservador, que consiste en llevar un calzado ancho en su parte anterior y con 2 o 3 centímetros de tacón, usar separadores entre los dedos, los cuales no frenan la evolución de la deformidad pero reducen el dolor, así como plantillas para quitar la presión en la planta del pie, la cual produce dolor y da lugar a los callos”. Pero si este primer tratamiento fracasa y el dolor persiste, entonces se recurre a una cirugía que consiste en corregir la deformación provocando fracturas controladas en los huesos del dedo para poder recolocarlos de forma alineada y, posteriormente, éstos se fijan con tornillos.
Al respecto, el doctor Ginés señala que “ésta es la cirugía que hacemos con más frecuencia y, de hecho, en Hospital del Mar realizamos anualmente una media de 250 o 300 intervenciones de estas características al año, porque los juanetes es una patología muy prevalente”, de manera que esta cirugía mayor ambulatoria no suele entrañar riesgos ni complicaciones, sin embargo, el postoperatorio es habitualmente muy pesado. Y es que, hasta ahora, se indicaba al paciente la necesidad de “proteger el pie operado con un zapato de suela rígida durante al menos seis semanas, pero, al alterar éste la marcha, se quejaban de dolores en la parte posterior de la pierna y, en varias ocasiones, al tratarse éstos habitualmente de personas mayores con otras afectaciones como artrosis en la rodilla, en la cadera o en la zona lumbar, se quejaban también de efectos negativos sobre esta articulaciones previamente doloridas”, indica el doctor.
Ante esta realidad, los profesionales del Hospital del Mar decidieron poner en marcha un protocolo postoperatorio de recuperación precoz para reducir el uso de la suela rígida de las seis a las tres semanas, porque “si bien se sabe que una fractura tarda unas seis semanas en formar hueso estable y, por ello, se recomendaba el uso de la suela rígida durante este tiempo, lo cierto es que, en este tipo de intervención, la fractura de los huesos no se comporta como tal ya que usamos tornillos para fijar, por lo que no parece necesario tener que esperar a que la biología haga su trabajo”.
El caso es que, mediante este nuevo protocolo, “se acorta a la mitad el tiempo de uso de la suela rígida, permitiendo así también disminuir el número de visitas a consulta durante el postoperatorio, y reduciendo el riesgo de aparición de inconvenientes y posibles complicaciones” asociados a la utilización de este zapato ortopédico y todo ello sin peores resultados para los pacientes.
De hecho, así lo avala un estudio realizado por la propia Unidad de Pie y Tobillo del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital del Mar en el que, a partir de una muestra de 200 pacientes intervenidos de juanetes de una media de edad de 60 años, se aplicó el protocolo de las seis semanas con un centenar de ellos, mientras que con los cien restantes se aplicó el de tres semanas y se comprobó que la retirada precoz de la suela rígida no implica peores resultados.
“Hemos sido los primeros en demostrar que el acortar a la mitad el protocolo no supone ningún riesgo”, destaca el doctor Ginés, quien al respecto señala que esto tiene un gran impacto para los pacientes porque “tres semanas después de la intervención ya pueden caminar, conducir o, en el caso de los que aún están activos, reincorporarse al trabajo y además castigando mucho menos otras articulaciones como la cadera o la rodilla y todo ello repercute directamente en su calidad de vida”.
Buena fe de ello da Mercè Rodríguez, que, con 71 años, fue operada en marzo de 2021 de juanetes. “Yo sufría un dolor terrible en el pie derecho, especialmente, y además también tenía dolorida la zona de de la planta que se encuentra debajo de los dedos. Era un desastre, porque ni podía caminar”, recuerda esta paciente, quien sin embargo señala que “la operación ha supuesto para mí un cambio radical”. “Tuve que llevar el zapato de suela rígida durante tres semanas y desde entonces me ha desaparecido completamente el dolor y puedo caminar sin problemas”.
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