Salud

Un estudio desvela qué pacientes con arritmia tienen más riesgo de sufrir fibrilación auricular

Este hallazgo es determinante ya que, en estos casos, es clave actuar de la forma más precoz posible para evitar que se pueda producir un ictus a consecuencia de la fibrilación auricular, que en el 50% de los casos es asintomática

El doctor Vallés durante el procedimiento
El doctor Vallés durante el procedimientoIMIM Hospital del Mar

Se conoce que los pacientes que sufren un aleteo auricular, que es un tipo de arritmia que provoca taquicardia, palpitaciones e, incluso angina de pecho, sufrirán al menos un episodio de fibrilación auricular tras ser tratados de esta patología mediante una ablación, que consiste en un cateterismo para quemar el circuito eléctrico que produce este arritmia, ya que es recurrente.

Así pues, pese a que el aleteo auricular es una de las arritmias más frecuentes y de más sencillo tratamiento, “ésta va muchas veces asociada a la fibrilación auricular, que es más compleja porque se produce en las cavidades izquierdas del corazón, de manera que es más complicado acceder a ella, y es traicionera ya que muchas veces es asintomática y puede debutar en forma de ictus al coagularse la sangre dentro del corazón”, explica el doctor Ermengol Vallés, investigador del Grupo de Investigación Biomédica en enfermedades del corazón del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM)-Hospital del Mar y jefe de sección de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital del Mar.

En este contexto, es clave detectar lo más precozmente posible la presencia de esa fibrilación auricular en pacientes en los que ya se ha tratado el aleteo auricular, razón por la cual los investigadores del IMIM y médicos del Servicio de Cardiología del Hospital del Mar pusieron en marcha un estudioen el que se analizaron los datos de 48 pacientes tratados en el centro entre 2017 y 2019 de este tipo de arritmia, a los que se pudo hacer un seguimiento gracias a la inserción de un Holter subcutáneo, que es dispositivo de control del ritmo cardíaco que trasmite a través del móvil los datos de la persona que lo lleva, de manera que los profesionales que tratan a ese paciente pueden conocer su evolución en tiempo real.

La inserción de dicho Holter para controlar y seguir al paciente, algo en lo que el Hospital del Mar es de los centros pioneros en Cataluña, se lleva a cabo en el mismo momento en el que se realiza la intervención para tratar el aleteo auricular. Gracias a los datos facilitados por este dispositivo, se pudo observar que el 56% de los participantes en el estudio sufrió una fibrilación auricular en el primer año tras haberse sometido a la ablación. Y si bien ya se conocía la asociación entre el aleteo auricular y la fibrilación, lo cierto es que hasta el momento todas las estimaciones apuntaban a que entre el 30% y el 40% de los pacientes padecían esta segunda arritmia en los dos o tres primeros años tras la intervención de la primera, pero en ningún caso se planteaba la posibilidad de que la fibrilación pudiera producirse en un porcentaje tan elevado de pacientes y en el periodo de un año.

“Esta asociación es más frecuente y precoz de lo que pensábamos”, constata el doctor Vallés, quien al respecto recuerda que “la fibrosis auricular es asintomática en el 50% de los casos, de manera que muchos casos pasaban desapercibidos” hasta que se ha implementado en el Hospital del Mar el uso del Holter. Al respecto, Vallés recuerda que “éste es el primer estudio invasivo con Holter que se ha hecho”.

En el marco de este estudio, los investigadores también trataron de definir el perfil de paciente con un mayor riesgo de sufrir la segunda arritmia tras haber recibido el tratamiento de la primera y para ello utilizaron la escala de PACE, diseñada por ellos mismos para predecir el riesgo de sufrir fibrilación auricular en la población sana a partir de tres parámetros: la edad, el electrocardiograma y el hecho de tener una cardiopatía de base.

El resultado fue que aquellos pacientes que presentaban una puntuación más alta en la escala PACE, superior a los 29 puntos, eran los que mayor riesgo tenían de sufrir una fibrilación auricular, en concreto, en este caso, el porcentaje se incrementaba hasta el 86%. Así pues, los investigadores, tras comprobar que uno de los factores predictores de la fibrilación auricular es tener una puntuación alta en la escala PACE, sugieren la conveniencia de llevar a cabo un seguimiento más exhaustivo a estos pacientes y, probablemente, mantener la prescripción de anticoagulantes, los cuales ya se administran al paciente al ser tratado de arritmia para evitar que se produzca un ictus, puesto que que la mayoría de ellos acabarán haciendo un episodio de fibrilación auricular.