Recuperación

Nani Roma: “Si hubiera sabido que orinar con sangre puede ser el debut de un cáncer de vejiga me hubiera ahorrado esta liada”

El piloto Nani Roma fue diagnosticado en marzo de un cáncer de vejiga por el que se tuvo que someter a quimioterapìa, a la resección del órgano y la reconstrucción del mismo con tejido intestinal. Ahora ya está recuperado y dispuesto a competir en el Dakar, pero, tal y como acaba de anunciar su equipos, no podrá hacerlo por motivos técnicos

En primer plano, Nani Roma junto al doctor Raventós. Detrás, los doctores Albert Carrión y Fernando Lozano, adjuntos a Urología, y la enfermera Natalia Pujala
En primer plano, Nani Roma junto al doctor Raventós. Detrás, los doctores Albert Carrión y Fernando Lozano, adjuntos a Urología, y la enfermera Natalia PujalaVall d'Hebron

Pese a ser un tipo de cáncer con una elevada prevalencia, de hecho es el quinto tumor más diagnosticado en Europa, que, además, potencialmente puede ser grave y es asistencialmente demandante, el cáncer de vejiga es un gran desconocido y eso puede incidir de forma significativa en el pronóstico de los pacientes.

Y es que, aunque su forma de debut es orinar con sangre, algo que es fácilmente detectable y un signo evidente de que hay algo no funciona correctamente, son muy pocas las personas que asocian este síntoma con el tumor de vejiga, razón por la cual en muchas ocasiones el diagnóstico se demora porque el paciente acude tarde a consulta y eso puede tener consecuencias en lo que se refiere al pronóstico.

En este sentido, si hay un diagnóstico precoz y el tumor se detecta en una estadio temprano, cuando éste es solo superficial, basta con un terapia intravesical (BCG), que consiste en introducir un germen en la vejiga que provoca una reacción inflamatoria de la misma por la que ataca a las células cancerígenas y acaba con el tumor. Se trata de un tratamiento bastante agresivo, que puede resultar muy duro para el paciente, sin embargo, tras un año de terapia, el tumor puede haber desaparecido sin necesidad de cirugía, aunque lo cierto es que en un 20% de los casos, con el tiempo, éste vuelve a salir y, entonces, no queda más opción que extraer la vejiga.

Tal y como señala el doctor Carles Raventós, jefe de la Sección de Urología de Vall d’Hebron, la mayoría de pacientes con cáncer de vejiga tiene un tumor superficial y, en estos casos, cuando realizamos la biopsia inicial, ya intentamos llevar a cabo una resección completa del tumor para después proceder con la terapia intravesical y eliminarlo”. “De los 150 nuevos casos que recibimos al año en Vall d’Hebron, el 70% son tumores superficiales, pero hay pacientes en los que el diagnóstico se demora y el tumor es infiltrante, es decir que afecta a la pared de la vejiga y, cuando eso pasa, hay que quitar el órgano”, añade.

Este es el caso del piloto catalán Nani Roma, quien el pasado 14 de marzo fue diagnosticado de un cáncer de vejiga localmente avanzado. “Yo ya había orinado con sangre en otras ocasiones, pero siempre lo había relacionado con factores propios a mi profesión, como el pasarme muchas horas en el coche, soportando muchos impactos. En el pasado Dakar volví a orinar sangre y lo achaqué a lo mismo, hasta que un día sentí unas molestias similares a cundo tienes piedras en el riñón. Entonces fui al médico, me hicieron un ecografía y me lo detectaron, algo que yo no hubiera imaginado jamás”, recuerda Roma, quien al respecto señala que “si hay algo que me reprocho a día de hoy es no haber acudido al médico al primer síntoma”.

“Si hubiera sabido que orinar con sangre puede ser el debut de un cáncer de vejiga, me podría haber ahorrado la liada que he tenido que vivir”, comenta al respecto el piloto. Y es que el tumor de Roma ya se había infiltrado en las paredes de la vejiga, de manera que, en primera instancia, se tuvo que someter a tres meses de quimioterapia antes de proceder a la extracción del órgano. “El tratamiento fue muy duro. Aunque yo tuve pocos efectos secundarios, te deja echo polvo”, recuerda el piloto, sin embargo esta terapia es del todo necesaria puesto que está comprobado que, administrada con anterioridad a la intervención, reduce de forma significativa el riesgo de desarrollar metástasis a posteriori.

Al respecto, el doctor Raventós indica que “se ha visto que la quimioterapia antes de la operación da mejores resultados que la intervención por si sola, ya que este tratamiento contribuye a eliminar aquellas células que, quizá, se han escapado de la vejiga para diseminarse por otras partes del cuerpo, de manera que administrando esta terapia antes de extraer la vejiga la supervivencia de estos paciente a largo plazo es más alta”. “Depende del tumor, pero hace unos cincos años, cuando aún no se recurría a la quimioterapia previa a la operación como tratamiento estándar, el 50% de los pacientes desarrollaban metástasis a los dos años y ahora, gracias a la quimioterapia, el riesgo de metástasis es del 10% o 20% a los dos años”.

La vida sin vejiga

En cualquier caso, el 14 de junio de este año, Nani Roma entraba en quirófano para someterse a una doble intervención: la extracción de la vejiga y la posterior reconstrucción de una neovejiga con parte del intestino. “Fueron seis horas de operación, que se llevó a cabo con un robot Da Vinci, es decir, con la técnica de la laparoscopia asistida por robot, la cual es mínimamente invasiva”, explica el doctor para a continuación indiciar que solo fueron necesarios unos pequeños cortes para poder introducir el instrumental del robot y una pequeña incisión, como la de una cesárea, para sacar la pieza. “En el caso de las mujeres, ni siquiera es necesaria esa incisión, puesto que sacamos el órgano por la vagina”, añade.

El postoperatorio fue rápido, ya que, si no hay complicaciones o imprevistos, cuando el paciente recupera el tránsito intestinal y tolera el alimento ya puede abandonar el hospital, aunque durante cerca de un mes deberá llevar una sonda para evitar fugas y favorecer la cicatrización. En este sentido, Roma asegura que “solo dos meses después de la operación ya hacía bici y algo de gimnasia y, aunque aún he de recuperar peso, porque he perdido 8 kilos, y masa muscular, ya he recuperado prácticamente mi vida”

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, cuando se procede a reconstruir una vejiga nueva a partir del intestino, el paciente va a tener que hacer frente a una serie de dificultades, al menos durante un tiempo. Y es que, como indica el doctor, “es necesario recuperar el control del pipí progresivamente, así como de la función eréctil”. “Al principio, es normal que los pacientes tengan algo de incontinencia, que normalmente se supera rápido. También puede ser que no sientan la necesidad de orinar y que tengan que apretar la barriga para poder hacer pipí e incluso, hay algunos que van a tener que sondarse, ya que a veces la neovejiga no se vacía del todo. En cuanto a la función eréctil, la cirugía con robot permite preservar los nervios de la erección y normalmente se recupera”.

Es por todas estas complicaciones que la mayoría de pacientes descartan la opción de una neovejiga para decantarse por el uso de una bolsa. “El 70% prefieren la bolsa, especialmente los pacientes de mayor edad, porque no se sienten con la habilidad” suficiente como para gestionar los contratiempos asociados a la neovejiga, sin embargo, los jóvenes, que además suelen tener una vida más activa, suelen decantarse por la reconstrucción.

Al respecto, Nani Roma, doble campeón del Dakar (en 2004 en moto y en 2014 en coche), señala, contundente, que para él “solo existía una opción”. “No me veo con 50 años y haciendo deporte con una bolsa”, confiesa para a continuación indicar que, en su caso, la única contingencia a la que ha tenido que hacer frente por el momento en lo relativo a la neovejiga es que “ésta se ha de ir haciendo grande, pero hasta entonces he de ir más veces de lo normal a orinar”.

En cualquier caso, pese al importante contratiempo de salud al que acaba de hacer frente, el piloto se encuentra ya con el ánimo y la fuerza suficientes como para volver a competir. “Mi idea era participar en el Dakar. La semana pasada estuve probando en Marruecos y me sentí bien, pero nadie esperaba que me recuperara tan rápido, de manera que no ha sido posible preparar un coche para mí en tan poco tiempo, así que finalmente no va a poder ser”, lamenta Roma, quien durante los próximos 10 años deberá someterse a controles periódicos para confirmar que el tumor no se ha vuelto a reproducir y no hay metástasis. “En el caso de los tumores superficiales, los controles de seguimiento se hacen mediante una endoscopia en la vejiga, mientras que en los infiltrantes, se recurre a pruebas de imagen, concretamente a un TAC”, explica Raventós.

Para Roma, no poder competir este año en el Dakar es una desilusión, algo que pierde peso e importancia frente al duro varapalo que este año ha sufrido su salud y, consciente de ello, quiere insistir en la importancia de acudir al especialista ante el primer síntoma que puede denotar la existencia de un tumor de vejiga, como es el sangrar en la orina. “Es muy importante estar alerta y que la gente conozca que sangrar cuando orinas puede ser el debut de un cáncer, que además es muy fácil de detectar con una simple ecografía”,