Salud
Un estudio valida nueve biomarcadores para el diagnóstico del Alzheimer mediante un test de sangre
Éstos permitirían seleccionar a los pacientes con un riesgo tan bajo de sufrir la enfermedad que no necesitarían someterse a la punción lumbar, que, pese a ser la mejor prueba diagnóstica, es más invasiva y solo está disponible en centros especializados
En la actualidad, el método habitual para el diagnóstico del Alzheimer consiste en una visita con el neurólogo, también es imprescindible el papel del neuropsicólogo, que es el que hace todos los test de memoria, la realización de una prueba de neuroimagen -TAC o resonancia magnética- y un análisis de sangre general. Además, en algunos hospitales universitarios o especializados se hace también una prueba adicional, que es la mejor para diagnosticar la enfermedad de Alzhéimer, y la cual consiste en una punción lumbar, mediante la cual se extrae el líquido cefalorraquídeo para analizarlo.
“La punción lumbar es la mejor prueba de diagnóstico que tenemos, lo que pasa es que no está disponible en todos los hospitales, sino que se hace solo en centros especializados, y, aunque es una prueba muy segura, no deja de ser invasiva”, comenta Marc Suárez-Calvet, neurólogo e investigador del Grupo de Investigación en Fisiología de la cognición y prevención del Alzheimer del IMIM-Hospital del Mar y resposable del Grupo de Biomarcadores en Fluidos y Neurología Traslacional del BarcelonaBeta Brain Research Center.
Es en este contexto que tuvo lugar uno de los avances más importantes que ha habido en el campo del Alzheimer en los dos últimos años gracias a una investigación en la que participó la Fundación Pascual Maragall y, en el marco de la cual, se desarrolló lo que se conoce como biomarcadores de sangre, es decir, test de sangre para diagnosticar el Alzheimer.
“Este test podría estar disponible en la mayoría de hospitales, y no solo en los especializados como sucede con la punción lumbar, lo que facilitaría mucho el diagnóstico”, subraya al respecto Suárez-Calvet, para a continuación puntualizar que “hasta ese momento, habíamos demostrado que estos biomarcadores de sangre funcionan bien para detectar el Alzheimer, pero eso fue en fase de laboratorio, con cohortes de investigación, de manera que era necesario hacer el salto al mundo real” y eso es precisamente lo que han hecho los investigadores de IMIM-Hospital del Mar, del BarcelonaBeta Brain Research -centro de investigación de la Fundación Pascual Maragall- y de la universidad de Göteborg.
“Hemos comprobado cómo funcionan los biomarcadores en sangre con una cohorte de cerca de 200 pacientes que son visitados en el Hospital del Mar, los cuales vienen a vernos porque tienen problemas de memoria, y hemos visto que efectivamente funcionan muy bien para detectar la enfermedad”, explica Suárez-Calvet, quien al respecto señala que “hemos dado un paso más para pasar del ámbito de la investigación al mundo real de la clínica habitual de un hospital público y esa es la gran novedad del estudio”.
Pero además, este trabajo aporta una segunda conclusión novedosa. Y es que, en los últimos años, distintos grupos de investigación han descrito varios biomarcadores en sangre, que son diferentes variantes de la proteína Tau, la cual, junto con la amiloide, se deposita en el cerebro de una persona con Alzheimer; el problema es que es complicado saber cuál de ellos es mejor, porque cada uno de estos grupos describía el suyo. Ahora, en el marco de este estudio, los investigadores han llevado a cabo una comparación de nueve biomarcadores seleccionados, losque han considerado que tenían un mayor potencial, en los mismos pacientes, tratados de la misma forma y en la misma sangre para determinar cuáles son mejores.
Llegados a este punto, ahora el siguiente paso es trabajar para su implementación en la práctica clínica. Tal y como avanza Suárez-Calvet, “ahora vamos a empezar un estudio para ver si estos biomarcadores no solo son útiles para diagnosticar mejor la enfermedad de Alzheimer, sino que también tienen un impacto real en los pacientes y los neurólogos que cuidamos de estos pacientes, es decir, si facilitan un diagnóstico más rápido, posibilitan el empezar con la medicación antes, ofrecen seguridad y tranquilidad a los pacientes en relación con el diagnóstico que les podemos proporcionar...”.
“El fin último es utilizar algún día estos test en sangre como un análisis más”, indica el investigador quien, al respecto, señala que incluso, “los biomarcadores de sangre podría suplir la punción lumbar cuando ésta está contraindicada, como sucede en personas que toman anticoagulantes orales”. Sin embargo, puntualiza Suárez-Calvet, en situación normal, todo apunta a que “estos biomarcadores ayudarán a escoger aquellas personas que tienen un riesgo tan bajo de tener Alzheimer que no hace falta la punción lumbar, aunque en el resto, continúa siendo necesaria hacerla, porque sigue siendo la mejor prueba para diagnosticar esta enfermedad”.
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