En Barcelona

Junqueras liderará la protesta contra la cumbre de Sánchez y Macron

El líder republicano estará en la calle mientras el president Pere Aragomès compartirá encuentro y fotografía con los mandatarios

El presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, saluda al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès
El presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, saluda al presidente de la Generalitat, Pere AragonèsMarta PérezAgencia EFE

El presidente de Esquerra, Oriol Junqueras, estará presente y encabezará la protesta contra la cumbre entre Pedro Sánchez y Emmanuel Macron del jueves que viene en Barcelona y en la que participará el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de su mismo partido.

Junqueras, por tanto, estará en los aledaños del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), sede del encuentro, mientras Aragonès mantiene su rol institucional como dirigente autonómico, una paradoja importante de los republicanos. En una entrevista en 8TV recogida por Europa Press, Junqueras trató de justificar su presencia y explicó que asistirá para defender la independencia de Cataluña, la amnistía y la autodeterminación: «No protestamos contra nada, máxima coherencia, máxima cohesión», se justificó al ser preguntado por si ve contradictorio que ERC proteste en la calle y Aragonès asista a la cumbre.

Por su parte, el presidente de la Generalitat defendió su presencia en el evento y alertó de que aprovechará para defender los intereses de Cataluña: «Si queremos ser un estado, tendremos que actuar como un Estado. Los estados defienden sus intereses. Tenemos que aprovechar [el encuentro] para defender los intereses de Cataluña».

La manifestación contra la cumbre entre España y Francia está respaldada por la ANC, Òmnium y el Consejo de la República de Carles Puigdemont, además de recibir el apoyo de Junts y la CUP. El independentismo también quiere que sirva para exigir un referéndum a Sánchez, una de las reclamaciones que el Govern de Aragonès para este 2023. Y los republicanos, sabedores de la cercanía de las elecciones municipales y de la dureza de Junts, juegan a mantener las formas ante el Gobierno y a protestar en la calle tras la fractura de la Diada.