Sucesos
Alerta por el narcotráfico en Cataluña: los tiroteos aumentaron un 23% en 2024
"Antes encontrar armas en registros era una excepción; ahora es lo contrario", explican los mossos
El año 2024 dejó un panorama alarmante en Cataluña, con un incremento significativo de los tiroteos y otros delitos violentos, especialmente aquellos relacionados con el tráfico de drogas. Según datos oficiales, los Mossos d'Esquadra registraron 69 tiroteos en la región, lo que supone un aumento del 23% respecto al año anterior. Este fenómeno, que promedió cinco enfrentamientos armados al mes, ha encendido las alarmas entre las autoridades y la ciudadanía.
Narcotráfico y armas de fuego: el origen de la violencia
El principal motor detrás de este repunte de la violencia es el narcotráfico, en particular el control del cultivo y distribución de marihuana. Cataluña se ha convertido en un punto estratégico para estas actividades ilícitas, atrayendo a grupos criminales que compiten ferozmente por el dominio del mercado. Esta rivalidad ha llevado a un aumento en la demanda de armas de fuego, muchas de ellas ilegales, utilizadas tanto para proteger plantaciones como para ejecutar ajustes de cuentas entre bandas rivales.
Durante 2024, los Mossos d'Esquadra confiscaron cientos de armas de fuego. Entre estas se incluyen algunas consideradas de guerra, lo que subraya la gravedad del problema. Según fuentes policiales, "antes encontrar armas en registros era una excepción; ahora es lo contrario".
Impacto en las ciudades y barrios más conflictivos
Los tiroteos no solo han aumentado en número, sino también en intensidad. En enero de 2025, un enfrentamiento entre dos familias rivales en el barrio de La Mina (Sant Adrià de Besòs) dejó más de 200 disparos registrados sin heridos graves. En Terrassa, otro epicentro del conflicto, se produjeron varios tiroteos en menos de 24 horas el pasado marzo, uno de ellos vinculado a un ajuste de cuentas entre bandas dominicanas.
Ciudades como Badalona y L’Hospitalet de Llobregat también han visto un incremento notable en la actividad delictiva. En Badalona, los robos en domicilios aumentaron considerablemente, mientras que el tráfico de drogas creció significativamente, lo que ha contribuido a generar una atmósfera propicia para la violencia armada.
Homicidios y riesgos colaterales
De los homicidios con arma de fuego registrados en Cataluña durante 2024, la mayoría estuvieron directamente relacionados con el narcotráfico. Aunque esta cifra es menor que los homicidios con pistola reportados en años anteriores, preocupa la creciente normalización del uso de armas entre los delincuentes. Más inquietante aún es que más de la mitad de los tiroteos registrados no dejaron heridos, lo que sugiere una intención intimidatoria o estratégica por parte de las bandas implicadas.
Fuentes policiales advierten sobre dos riesgos principales derivados de esta escalada: primero, que personas ajenas a estos conflictos puedan resultar heridas accidentalmente; segundo, que menores sean reclutados para participar en actos violentos, replicando patrones observados en países como Suecia o Francia.
Medidas policiales y desafíos pendientes
Ante este panorama, los Mossos d'Esquadra han implementado un plan específico para combatir el aumento del uso de armas y frenar los tiroteos. Sin embargo, sindicatos policiales han denunciado una falta crónica de recursos y personal suficiente para abordar eficazmente esta crisis. En ciudades como Terrassa y Badalona, las autoridades locales han solicitado reuniones urgentes con la Generalitat para coordinar estrategias más efectivas contra la inseguridad.
Por otro lado, el gobierno catalán ha invertido millones de euros en programas destinados a reducir la proliferación de armas ilegales. Sin embargo, expertos advierten que estas medidas tardarán tiempo en mostrar resultados tangibles debido a la complejidad del problema y a la implicación del crimen organizado internacional.
La percepción ciudadana: miedo e inseguridad
La escalada de violencia ha tenido un impacto directo en la percepción ciudadana. Cada vez más catalanes expresan temor por su seguridad diaria, especialmente en zonas urbanas donde los enfrentamientos armados son más frecuentes. Según estudios recientes, muchas personas han cambiado sus hábitos por miedo a ser víctimas colaterales.
Además del narcotráfico y los tiroteos, otros delitos violentos también han aumentado. Las tentativas de homicidio crecieron notablemente durante 2024, mientras que las agresiones sexuales también registraron incrementos significativos. Este contexto generalizado refuerza la sensación de inseguridad entre los habitantes.