Ampliación del Aeropuerto

El F.C. Barcelona, uno de los principales escollos para la ampliación del aeropuerto de El Prat: ¿qué papel juega la institución?

El club azulgrana posee terrenos clave para la compensación ambiental exigida por Europa, pero no está dispuesto a cederlos sin condiciones

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Joan LaportaEuropa Press

La ampliación del aeropuerto de El Prat volvió al primer plano de la política catalana con su aprobación hace tres semanas y, esta vez, el Fútbol Club Barcelona se ha convertido en un actor inesperado, pero determinante, en su posible paralización. Aunque la propuesta presentada por Salvador Illa, con el respaldo del Govern, contempla alargar la tercera pista del aeródromo más de 500 metros y prevé compensaciones medioambientales, su ejecución se topa con obstáculos cada vez más visibles. Entre ellos, los terrenos en manos del club azulgrana.

La historia tiene varios capítulos. La Comisión Europea, en su empeño por frenar la degradación del Delta del Llobregat, exigió a la Generalitat ampliar la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en los alrededores del aeropuerto. Así, en julio de 2024, bajo un gobierno en funciones presidido por Pere Aragonès, se sumaron 1.472 hectáreas de espacios naturales protegidos, elevando la superficie total a 2.407. Una medida que, lejos de ser bien recibida, despertó críticas tanto de Foment del Treball como de los agricultores, que la calificaron de “excesiva”.

Sin embargo, el escollo más inesperado llegó del F.C. Barcelona. Según desveló El Periódico, el club es propietario de dos fincas clave para el plan de compensación ambiental que acompaña a la ampliación del aeropuerto: Les Filipines Noves y Els Reguerons, ambas situadas en Viladecans. Se trata de zonas agrícolas actualmente en desuso, pero catalogadas como espacio natural no urbanizable. Su incorporación a la ZEPA permitiría a la Generalitat alcanzar las 270 hectáreas de compensación necesarias para cumplir con las exigencias de Bruselas.

Pero el club no lo pone fácil. Aunque el Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica ha tanteado su adquisición, el Barça no tiene intención de vender sin negociar antes condiciones. De hecho, la propia entidad impugnó en su momento la ampliación de la ZEPA que afectaba directamente a Els Reguerons, y ha dejado claro que no busca desproteger la zona ni recalificarla, sino únicamente aclarar qué pasará con unos activos que forman parte de su patrimonio.

El valor estratégico de estas parcelas no es nuevo. Els Reguerons fue adquirida en los años 70 durante la presidencia de Agustí Montal, con la intención de construir allí la Ciutat Esportiva, aunque nunca se llegó a aprobar el proyecto urbanístico. En cuanto a Les Filipines Noves, fue comprada en 2008 por Joan Laporta por 18,7 millones de euros con la idea de impulsar la "Ciutat del Soci", otro complejo que no llegó a desarrollarse. Hoy, ambas extensiones de terreno, que suman más de medio millón de metros cuadrados, permanecen sin uso efectivo.

El club ha actualizado recientemente la tasación de estos terrenos, lo que refleja una intención clara de controlar su valoración en un contexto de negociaciones futuras. La Junta Directiva ordenó a mediados de 2024 un informe independiente que cifra en 3,75 millones de euros la dotación por deterioro de dichos activos, lo que podría influir en las pretensiones económicas del Barça si finalmente se abre una vía de venta.

Por ahora, no hay resolución a la vista. Las conversaciones entre el club y la Generalitat siguen abiertas, pero el margen de maniobra se estrecha si el Govern quiere mantener el calendario previsto. Europa no cederá en sus exigencias ambientales y las 270 hectáreas adicionales de ZEPA son innegociables. El F.C. Barcelona, más allá de su papel en los terrenos de juego, se ha convertido, quizá sin pretenderlo, en una de las piezas clave del tablero político y ambiental de Cataluña.