Fin de época

Barcelona echa el cierre al Port Olímpic tras 30 años de servicio

El nuevo plan de usos del Ayuntamiento ha obligado a cerrar a los restaurantes y locales que nacieron con los Juegos Olímpicos

Port Olímpic de Barcelona
Port Olímpic de BarcelonaLa Razón

La transformación del Port Olímpic, no exenta de polémica por su carácter elitista, llega a los restaurantes del muelle de Gregal, que tienen los días contados: hoy es el último día que servirán comidas y después bajarán la persiana para dejar paso a las obras. El espacio reabrirá en verano de 2024, con una renovada oferta gastronómica. Por tanto, esta ha sido la última campaña de Navidad de los restaurantes tal y como los hemos conocido hasta ahora.

Los seis locales que actualmente existen en el muelle de Gregal son La Fonda del Puerto Olímpico, La Barca del Salamanca, Tocca Ristorante, La Taberna Gallega de Marcos, Empire y El Cangrejo Loco se despiden. A partir de mañana se desmantelarán y empezarán 18 meses de obras para remodelar todo el espacio. La capital catalana cierra así otro capítulo de la ciudad que surgió con la celebración de los Juegos Olímpicos.

Si se cumple el calendario, la transformación estará terminada a mediados del 2024, lista para la celebración de la Copa América de Vela. El Ayuntamiento de Barcelona trabaja en el concurso público para adjudicar los 11 restaurantes y tres tiendas gourmets que albergará el futuro Balcón Gastronómico, tal y como lo han bautizado los responsables municipales.

Los planes del Ayuntamiento de Barcelona con el Port Olímpic pasan por convertirlo en una suerte de polo exclusivo de restaurantes de alta gastronomía y dejar atrás el modelo de discotecas y ocio nocturno que se implantó con los Juegos Olímpicos. El mencionado Balcón Gastronómico ya tiene adjudicado el 80% del espacio. Sucede, sin embargo, que quizás al Ayuntamiento se le ha ido la mano con lo de exclusivo. Lo suficiente, al menos, como para que el propio  Gremio de Restauración haya tachado la oferta de «elitista». No en vano, el Ayuntamiento pide 500.000 euros anuales a cada uno de estos locales para instalarse en el futuro Port Olímpic.

En este contexto, el Gremio ha pedido al Ayuntamiento que revise las condiciones de la adjudicación para las nuevas propuestas gastronómicas que integrarán la nueva oferta de restauración. El Gremio ha avisado, sobre el concurso público, de que «la escasa concurrencia, de apenas doce empresas, pone de manifiesto que los alquileres previstos son abusivos y desproporcionados».

La historia de los restaurantes del muelle de Gregal se remonta tres décadas atrás. Su trayectoria comenzó en 1992 con la apertura de Barcelona al mar con motivo de los Juegos Olímpicos y se cierra ahora con el proyecto de remodelación del Port Olímpic.

Además de una renovada oferta gastronómica, el Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado la tramitación de un plan de usos para redefinir este espacio, que dará prioridad a la economía azul y ya se está abriendo a la ciudadanía con la creación de un nuevo acceso. Las actividades y empresas relacionadas con el deporte náutico y el mar tendrán un 65% de la superficie del futuro Port Olímpic, mientras que la restauración se quedará en un 10% para que no supere la cantidad de restaurantes actual. El plan de usos, por lo tanto, impedirá la apertura de locales de ocio nocturno.

Ganar espacio público

Para el gobierno municipal la transformación del Port Olímpic supone ganar espacio público. El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, considera que «se supera un modelo caducado, basado en un ocio de poca calidad, que generaba inseguridad, y que, sobre todo, había expulsado a los barceloneses de un espacio que es único». Collboni ha destacado que el plan de usos asegura la creación de empleo con futuro, relacionados con la tecnología y la sostenibilidad.

«Se prohíben bares musicales, que habían generado tantas molestias en el vecindario, y se protege y preserva la restauración actual sin que vayan a más», ha explicado la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. El plan, según Sanz, impide que sea un espacio para el turismo low cost y «fomenta que los barceloneses vuelvan a acercarse a él y se democratice la náutica». Este plan de usos especial deberá aprobarse de forma definitiva a principios de 2023 en Comisión de Gobierno.

Las máquinas, sin embargo, trabajan desde hace ya días en la creación de un acceso desde la ronda del Litoral, con el objetivo de que el Port Olímpic sea más accesible a los barceloneses. De esta forma, se elimina el desnivel actual y se genera un espacio de continuidad que facilitará la conexión con el barrio de la Vila Olímpica y la playa.

Justamente donde habrá este acceso al Puerto Olímpico, en el muelle de Mestral, es donde se ubicará una zona destinada a actividades de economía azul. De los antiguos locales de ocio nocturno que había aquí ubicados sólo queda su estructura. Ya se trabaja para convertirlos en oficinas de actividades náuticas, de formación, divulgación y recreativas con empresas de otros ámbitos del sector marítimo.

En total, se destinan 2.600 m2 que se distribuirán en 23 locales en dos grandes bloques de oficinas a ambos lados del nuevo acceso, y también dispondrá de espacios de uso común, como un salón de actos.

Otro de los trabajos que ya están en marcha es la renovación de la urbanización del dique de Recer. La parte superior del dique será un mirador frente al mar abierto a la ciudadanía. Además, para conectar el dique con el puerto se instalarán dos escaleras que comunicarán el paseo con los muelles que se encuentran en la parte inferior. El desarrollo del nuevo modelo del Port Olímpic comportará una inversión total de más de 40 millones de euros.