Economía

¿Cómo afectará la Peste Porcina Africana a los precios de la carne en el mercado español?

Cataluña está viviendo un brote de contagios

ZARAGOZA 01/12/2025.- Aragón ha reforzado las inspecciones y el control de bioseguridad en las explotaciones porcinas tras los casos de peste porcina africana detectados en Cataluña, aunque continúa sin ningún caso, ni en fincas ganaderas ni en fauna silvestre. Así lo han puesto de manifiesto el consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación, Javier Rincón, y la directora general de Calidad y Seguridad Agroalimentaria, Aitziber Lanzas, tras reunirse con las organizaciones agrarias, Cooper...
CerdosJaver BelverAgencia EFE

El reciente cierre perimetral del parque de Collserola, en Barcelona, tras detectarse casos de peste porcina africana (PPA) por primera vez en tres décadas en España, ha encendido todas las alarmas sanitarias y económicas. La aparición de ocho jabalíes muertos bajo investigación, junto con la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), ha activado un operativo de gran escala que incluye drones, equipos de desinfección, prospecciones sobre el terreno y retirada de animales. A estos trabajos se han sumado cerca de 300 efectivos movilizados por la Generalitat para contener un brote que podría desestabilizar a uno de los sectores agroalimentarios más relevantes del país.

La respuesta excepcional a nivel operativo refleja la gravedad del riesgo: aunque la PPA no afecta a los humanos, sí tiene un impacto devastador en cerdos domésticos y jabalíes, y sus consecuencias económicas pueden ser profundas. España es uno de los mayores productores de porcino de Europa y uno de los principales exportadores mundiales, con un sector que depende en gran medida de su competitividad internacional. Un brote localizado, aunque actualmente acotado, puede desencadenar restricciones comerciales, cierres temporales de mercados y un redireccionamiento forzoso de parte de la producción hacia el consumo interno.

Ahora mismo, España está negociando con los países para frenar las exportaciones. Este último punto es clave para entender el efecto inmediato en los precios. Si se limitan o ralentizan las exportaciones —ya sea por decisiones del propio Gobierno o por barreras impuestas por países importadores—, el mercado doméstico recibiría una cantidad mayor de carne que la habitual. Esa sobresaturación interna, salvo que la demanda creciera proporcionalmente, tiende a ejercer una presión a la baja sobre los precios al consumidor.

En el corto plazo, por tanto, lo más probable es que el precio de carnes y derivados porcinos experimente una moderación o incluso un descenso, especialmente si la industria se ve obligada a reorientar rápidamente volúmenes destinados originalmente a Asia o a otros mercados internacionales. No obstante, para los productores la coyuntura puede ser delicada: vender más barato en el mercado interior implica márgenes más estrechos en un contexto en el que los costes de producción ya son elevados.