Política

La crisis de Junts en Sabadell evidencia las críticas internas a Puigdemont: "No podemos girar en torno a Waterloo"

El sector municipalista denuncia una “deriva” que prioriza el choque con el PSC frente a la gestión local

WATERLOO (BÉLGICA), 15/09/2025.- El expresidente catalán Carles Puigdemont (2d), acompañado por la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras (i), y el secretario general del partido, Jordi Turull (d), encabeza en Waterloo una doble jornada de trabajo del grupo de JxCat en el Parlamento de Cataluña, para preparar las líneas estratégicas del nuevo curso político y del debate de política general de principios de octubre. EFE/ Olatz Castrillo
El expresident y líder del JxCat Carles Puigdemont, con Míriam Nogueras y Jordi Turull, ayer en WaterlooOlatz CastrilloAgencia EFE

Sabadell se ha convertido este último mes en un escenario simbólico para entender el momento interno que vive Junts. El pacto de gobierno que desde 2023 mantenía el partido con el PSC ha saltado por los aires. Tras someter el acuerdo a votación, la dirección local decidió abandonarlo y esta semana el líder en el consistorio, Lluís Matas, acató el resultado, aunque advirtió: “No lo compartimos. Es un error histórico”. Así se cierra un experimento de dos años que muchos en Junts consideraban un ejemplo de pragmatismo municipal.

Pero la ruptura no es un hecho aislado; expresa una fisura más profunda, denunciada desde hace meses por diversos cargos municipales: el choque entre el pragmatismo del día a día y la estrategia nacional de Junts. Fuentes internas hablan abiertamente de “deriva”: una línea de confrontación permanente, de impugnación sistemática del PSC y el PSOE, y de priorizar símbolos y purismos ideológicos por encima de la gestión local. “Esta actitud nos hace irrelevantes y no útiles para la gente, que mira más a ERC o a Aliança. La dirección considera que Junts no tiene que pactar con el PSC en ningún lado. Si seguimos así, dejamos huérfano a un electorado centrado, moderado y pactista, con voluntad de llegar a acuerdos… cada vez hay más voces disidentes en el partido”, señalan.

Críticas a una estrategia

Estas críticas no cuestionan directamente a Carles Puigdemont (del que todos defienden su vuelta y a quien nadie disputa su liderazgo), sino un modelo que, a juicio de muchos líderes, prioriza el choque y el simbolismo. Se quejan de una dirección que controla el rumbo desde fuera del territorio: “Con la estrategia actual de la dirección es muy difícil hacer política pactista y útil. Los líderes territoriales tenemos claro que no podemos ser gobernados desde Waterloo, y no podemos estar atados”, asegura una fuente.

En este clima también afloran reproches a la actuación en el Parlament: “No hay líder en el Parlament de Cataluña —en referencia a Albert Batet—, tenemos una silla vacía. No puede estar todo en manos de ERC y los Comuns. No nos quejemos, no digamos que Illa no hace nada. Podría haber una sociovergencia”. Según diversas fuentes internas, estas críticas han pesado en los recientes movimientos de Puigdemont, que hace unas semanas reordenó la cúpula y sustituyó a Bater por Mònica Sales como líder del grupo parlamentario.

El ejemplo de Sabadell

En Sabadell, el choque entre el llamado “sector pragmático” y la deriva de Puigdemont es más clara que en otros lados. En 2023, tras la mayoría absoluta del PSC, muchos veían improbable que un partido independentista se incorporara a un gobierno socialista. Sin embargo, Matas y Katia Botta aceptaron el reto convencidos de que podrían influir desde dentro en políticas locales efectivas. Durante dos años defendieron su gestión, con proyectos de ciudad e inversiones; pero el clima cambió con la llegada de una nueva ejecutiva local, más alineada con la línea dura. La asamblea de noviembre de 2025 fue el punto de inflexión: participación limitada, resultado ajustado y, según Matas, irregularidades en el proceso. Finalmente, la salida se ha oficializado.

Lo que emerge tras la ruptura es un mapa interno escindido entre el sector purista, próximo a la dirección de Puigdemont, y un sector pragmático que reivindica autonomía municipal, flexibilidad para pactar y una agenda centrada en los problemas cotidianos. “No es lo mismo un territorio que otro. Tal vez en Premià se pueda hablar de independencia, pero en Sabadell o en el Área Metropolitana de Barcelona, donde el PSC es hegemónico, no toca por el perfil sociológico”, resumen. De este modo, su reivindicación es clara: “Menos hablar de Aliança Catalana, y más hablar de Convergència y su pragmatismo”.