El sistema de dietas por desplazamiento en el Parlament de Catalunya ha generado una nueva polémica. Según revelaba el Diari ARA, los diputados perciben entre 1.200 y 1.700 euros al mes adicionales a su sueldo base sin que exista ningún tipo de control sobre su justificación o uso.

Uno de los aspectos más controvertidos es que incluso los diputados que residen en Barcelona cobran el mínimo de 1.200 euros en concepto de desplazamiento, a pesar de que su lugar de trabajo se encuentra en la misma ciudad. Además, estas indemnizaciones están exentas de impuestos, lo que contrasta con el discurso de muchas formaciones políticas sobre la importancia del deber cívico de contribuir fiscalmente.

El problema no es nuevo. En 2015, el Parlament se comprometió a reformar el reglamento para revisar este sistema de dietas, pero diez años después no se han implementado cambios. Recientemente, el presidente de la cámara, Josep Rull, declaró que el tema sigue en la agenda, aunque se han priorizado otras cuestiones como la lucha contra los discursos de odio en la institución.

Actualmente, prácticamente todos los diputados reciben esta compensación, salvo algunas excepciones: el presidente de la Generalitat y sus consejeros, que ya cuentan con un sueldo como miembros del Govern; el presidente del Parlament, que dispone de coche oficial; y los diputados Lluís Puig y Carles Puigdemont, este último residente en Waterloo, lo que habría supuesto un escándalo mayor en caso de percibir la indemnización.