
Política
Las elecciones que vienen en Cataluña: derecha dura y mayoría de izquierdas
El CEO anticipa un Parlament con fuerte presencia de Aliança Catalana y Vox, pero con mayoría de izquierdas encabezada por el PSC

Cataluña está más polarizada que nunca. Según el último Barómetro de Opinión Política del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), la derecha dura podría experimentar un crecimiento sin precedentes en las próximas elecciones al Parlament. La formación ultranacionalista Aliança Catalana, liderada por Sílvia Orriols, podría multiplicar su presencia en la Cámara catalana pasando de 2 a 10-11 escaños, mientras que Vox también seguiría consolidando su espacio con 12-14 escaños, rozando al PP, que se mantendría en torno a los 14-15. Así, la formación de Orriols y la de Grriga podrían superar los 35 diputados.
Este avance, sin embargo, no parece suficiente para desbancar la mayoría de izquierdas. El PSC volvería a ganar las elecciones con 40-42 escaños, aunque con un leve retroceso respecto a sus actuales 42, posiblemente impactado por el llamado caso Cerdán. Junts per Catalunya se mantendría como segunda fuerza con entre 28 y 30, mientras que ERC obtendría entre 21 y 23. Por su parte, los Comuns caerían a 5-6 y la CUP, a 3-4.
Aliança y Vox: un discurso duro que gana terreno
El crecimiento de Aliança Catalana marca uno de los fenómenos más destacados del escenario político catalán de los últimos años. El partido de Orriols, alcaldesa de Ripoll desde 2023, ha sabido canalizar el malestar de una parte de la ciudadanía a través de un discurso marcadamente antiinmigración, islamófobo (así llegó a reivindicarse ella) y ultranacionalista catalán. Orriols asegura que el islam es una ideología política "incompatible con los valores occidentales", a la que acusa de promover la violencia y la discriminación contra mujeres y homosexuales.
Su discurso conecta con cada vez más catalanes, y se centra, sobre todo, en la inseguridad, que el partido asocia directamente con la inmigración. A nivel económico, Aliança defiende una desregulación del mercado inmobiliario, el aumento de la oferta y la defensa férrea de la propiedad privada, lo que le acerca a postulados clásicos de la derecha liberal.
Pero otro de sus principales activos sigue siendo su posicionamiento rupturista: se presentan como los únicos independentistas "auténticos", en contraste con los partidos del 'procés', a los que acusan de haber traicionado a Cataluña. Para Orriols, ERC, Junts y la CUP ya no son independentistas, sino "cómplices del españolismo".
Frente al independentismo radical de Aliança, Vox se consolida como su antítesis desde el otro lado del espectro ideológico. El partido de Ignacio Garriga mantiene un discurso duro contra el separatismo, al que responsabiliza de haber fracturado la sociedad catalana, y promete mano dura contra el despilfarro público en el fomento del catalán, el activismo LGTBI o las políticas de género.
Al igual que Aliança, Vox ha hecho del rechazo a la inmigración y la lucha contra la islamización uno de sus principales ejes. A diferencia del discurso independentista de Orriols, sin embargo, Vox lo enmarca todo dentro de una defensa de la identidad española, el orden y los valores tradicionales, lo que le ha permitido conectar con sectores de la juventud descontenta con el status quo y con un identitarismo español emergente en Cataluña. Su crecimiento es más contenido, pero sostenido, y la última encuesta del CEO lo sitúa por encima de sus resultados de 2024 (de 11 a 12-14 escaños).
Las otras dos formaciones de derechas, aunque más de centro, son el PP y Junts. Los populares obtendrían 14-15 escaños, mientras que el partido de Puigdemont se quedaría con 28-30. Las cuatro formaciones de derechas obtendrían, así, entre 64 y 70 escaños.
El voto fragmentado y la incógnita de los pactos
A pesar del crecimiento del bloque de derecha dura y derecha en general, el PSC se mantiene como primera fuerza, consolidando una tendencia que parece que se mantendrá durante mucho tiempo. Con una proyección de entre 40 y 42 escaños, el partido socialista sigue contando con un respaldo sólido, a pesar de un ligero retroceso respecto a la anterior legislatura. Esta estabilidad se refleja también en el conjunto del bloque de izquierdas, que, sumando ERC, los Comunes y la CUP, mantendría una mayoría amplia en el Parlament, con entre 69 y 75 diputados, lo que le permitiría seguir marcando la agenda política catalana.
Esta mayoría de izquierdas, aunque numéricamente fuerte, enfrenta retos significativos debido a la fragmentación y a las diferencias internas entre sus formaciones. ERC y PSC, los principales partidos del bloque, mantienen posiciones relativamente estables, mientras que los Comunes y la CUP pierden algo de representación. Sin embargo, el conjunto de la izquierda conserva una base sólida de apoyo que contrasta con el auge de la derecha dura, lo que anticipa un escenario político competitivo pero con un margen favorable para los partidos progresistas en la próxima legislatura.
La Cataluña polarizada
El bloque de la derecha, compuesto por Junts, PP, Vox y Aliança Catalana, consolidaría una fuerza significativa en el Parlament, con una horquilla que va de 64 a 70 escaños. Este conjunto representa un crecimiento importante, sobre todo por la irrupción y consolidación de Aliança Catalana como una nueva referencia dentro de la derecha dura catalana. Aunque nunca habrá una alianza entre esas fuerzas porque en Cataluña no solo existe el eje izquierda-derecha sino, sobre todo, el eje nacional, sí que indica que la sociedad catalana está empezando a percibir la política de otra manera. Además, el crecimiento de Vox y Aliança supone que los catalanes conectan cada vez más con sus discursos duros en seguridad y contrarios a la inmigración descontrolada o islámica.
Por otro lado, la izquierda, encabezada por el PSC y seguida de ERC, Comunes y CUP, mantiene una mayoría parlamentaria que oscilaría entre 69 y 75 escaños, lo que le da cierta estabilidad para continuar gobernando. A pesar de la presión que supone el avance de la derecha dura, la coalición progresista sigue contando con un respaldo mayoritario que le permitirá afrontar los próximos retos políticos. Sin embargo, esta mayoría no es abrumadora, y el escenario político catalán apunta a una legislatura con alta competitividad y un Parlamento dividido en bloques muy equilibrados.
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