Sondeo oficial
ERC retuerce el "CIS catalán" para avalar sus pactos con el PSC
El sondeo, inédito y a medida, subraya la necesidad de mejorar la cooperación entre Sánchez y Aragonès
El «CIS de Tezanos» va camino de convertirse en Cataluña en el «CEO de Aragonès». La Generalitat publicó ayer una encuesta inédita hasta la fecha, realizada con una nueva metodología –sin entrevistador– y preguntas de lo más variopintas sobre los temas que preocupan o interesan a los catalanes. Un sondeo que, vistos los resultados, sirve al Govern para justificar su apuesta por el diálogo y avalar los pactos de ERC con el PSC –y los Comunes, la facción catalana de Podemos– en la víspera de aprobar hoy los Presupuestos catalanes para 2023 con ambas formaciones en el Parlament.
Varios datos apuntalan la hoja de ruta del Govern de Aragonès, especialmente el porcentaje de catalanes que cree que la relación entre la Generalitat y la Moncloa es «insuficiente». En concreto, un 57% de los participantes considera que el nivel de cooperación entre el Gobierno y el Ejecutivo de ERC es bajo, según se desprende de la mencionada encuesta «sociopolítica» elaborada por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) y hecha pública ayer.
Por tanto, seis de cada diez catalanes consideran que la entente entre Sánchez y Aragonès es escasa en una pregunta inédita. La mayoría, el 58%, reparte responsabilidades a partes iguales, mientras que un 25% apunta más hacia La Moncloa y un 15% al Palau de la Generalitat. Paradójicamente, para los que hay una cooperación excesiva, el principal responsable es el Govern (52%), un 29% señala al Ejecutivo de Pedro Sánchez y un 15% apunta tanto a la Generalitat como al Gobierno. Por contra, solo un 23% de catalanes considera «adecuado» el nivel de cooperación entre administraciones y apenas un 9% lo ve «excesivo».
Eso sí, el resultado por partidos que aparece reflejado es aún más revelador: la CUP y Junts son los que creen que hay demasiada cooperación entre la Generalitat y la Moncloa y concentran el mayor rechazo a la política de mano tendida de Esquerra con el Gobierno en esta legislatura. Y en el otro lado de la balanza, los Comunes, ERC y el PSC –por este orden– defienden que las relaciones son escasas y, por tanto, que habría que incrementarlas. De hecho, sorprende que el 61% de los encuestados republicanos considere insuficiente la cooperación entre Aragonès y Sánchez, una cifra por delante incluso de los socialistas participantes (59%).
Es más, la encuesta publicada ayer se centra en aspectos «sociopolíticos» pero no incluye ninguna cuestión sobre un hipotético apoyo a la independencia o acerca del modelo territorial. Sí pregunta sobre el sentimiento de pertenencia –si los encuestados se sienten catalanes y/o españoles»– pero no hay ni rastro de ninguna cuestión sobre la autodeterminación coincidiendo con la caída del independentismo en la calle.
En este sentido, otro dato del sondeo apuntala el fin del «procés» y la nueva etapa más centrada en la gestión que se avecina: los encuestados responden que los dos aspectos «más negativos» de Cataluña son la insatisfacción con los partidos e instituciones y el conflicto territorial, una confirmación del hartazgo del debate identitario en la calle que apuntaba recientemente otra encuesta de la Diputación de Barcelona.
Por tanto, la Generalitat extrae del sondeo la justificación a su estrategia centrada en el diálogo con el Gobierno de Pedro Sánchez justo en el ecuador de la legislatura, con los Presupuestos catalanes en el bolsillo y tras haber pactado con el PSOE la reforma del Código Penal para eliminar la sedición y rebajar la malversación. De hecho, la pregunta explícita sobre el nivel de relaciones entre la Generalitat y la Moncloa no se incluye en el barómetro habitual que se elabora de forma periódica.
De hecho, el Ejecutivo de Pere Aragonès ya utilizó la misma estrategia hace justo un año, cuando publicó la misma encuesta «sociopolítica» a medida, centrada en el catalán y el sistema de inmersión monolingüe. La Generalitat aprovechó entonces el barómetro para salir en defensa de la lengua ante la sentencia del 25% de castellano, un fallo que debía aplicarse en todas las aulas a los pocos días y que ERC terminó desobedeciendo.
También hay que tener en cuenta que el Govern realizó esta encuesta a lo largo del mes de diciembre, tras la ruptura con Junts, coincidiendo con las negociaciones para impulsar la mencionada reforma del Código Penal en el Congreso –la «agenda de la desjudicialización» o la amnistía encubierta» que buscaba ERC– y las conversaciones con los socialistas de Salvador Illa para aprobar las cuentas de la Generalitat.
De hecho, esta tarde el Parlament dará luz verde definitiva a los Presupuestos de 2023 tras una tramitación exprés. Una jornada que servirá para ver «in situ» el fin de la política de bloques y la nueva entente entre Pere Aragonès y Salvador Illa en Cataluña.
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