
Memoria histórica
Un informe de la Generalitat califica al exiliado Manuel de Falla como franquista
El músico recibió todo tipo de presiones para que se mostrara simpatizante con el régimen

Es una realidad que en el nomenclátor de Barcelona existen todavía algunos nombres que huelen a franquismo. Eso hizo que en 2005 se realizara un informe, por parte de la Generalitat, que aconsejaba la limpieza y el rebautismo de algunas de las vías de la capital catalana con nombres que recordaran a la dictadura. Titulado “Inventario de la simbología franquista en Barcelona” y firmado por la historiadora Pilar Mateo Bretos, entre los nombres que se indican llama poderosamente que se señale como simpatizante de Franco a Manuel de Falla, quien da nombre a una calle en el barrio de Sarrià. Mateo Bretos justificaba este hecho porque en la revista “Yugo-Doctrina de Unidad nacionalsindicalista”, en 1938, calificaban al músico como “uno de los más altos prestigios artísticos de la España Nacional, recientemente nombrado por el Caudillo, Presidente de la Academia de Bellas Artes Reunidas.”
¿Era Falla franquista? Estamos ante una de las afirmaciones más ridículas encontradas en un informe oficial que todavía es usado por las administraciones públicas. Para contestar a esa pregunta hay que hacer un par de advertencias. La primera es que pese a que Falla es un autor muy estudiado, probablemente seguimos faltos de una gran y definitiva biografía que aclare ciertas inexactitudes, además de lecturas maniqueas. Por otro lado, sí se puede acceder a los papeles personales del gran compositor desde hace tiempo, algo que aclararía las dudas sobre una hipotética entrega al régimen.
Para contestar a esa pregunta tenemos que trasladarnos a Granada en 1937. Falla intenta llevar lo mejor posible el drama que se vive en la ciudad en la que reside. Desde el estallido de la contienda ha tenido noticia del horror que se está viviendo, lo que ha hecho que él mismo se haya movilizado para tratar de salvar la vida de amigos y conocidos. Lo intenta con Rosario Fregenal Piñar, la llamada Fregenala, costurera de la hermana del músico, y con Federico García Lorca, su querido amigo. Acude al Gobierno Civil con la esperanza de salvar la vida de ambos, hablando directamente con las autoridades, pero no solamente no puede hacer nada sino que él mismo es amenazado de muerte por el terrible comandante José Valdés. "¿Falla? ¿Y qué? Todos rojos. Que se vaya o al paredón", dijo Valdés al saber de la presencia del maestro en el Gobierno Civil de Granada. Más suerte tiene intercediendo para que el artista Hermenegildo Lanz no acabe ante el pelotón de ejecución.
Recluido en su domicilio de la calle Antequeruela Alta, a los pies de la colina de la Alhambra, Manuel de Falla fue objeto de todo tipo de presiones para que se declarara adepto a la causa franquista. En este sentido, el poeta fascista José María Pemán tuvo un papel muy destacado acudiendo al carmen de Falla e invitándolo a una lectura a una lectura de su poema, entonces inédito, “La Bestia y el Ángel”. A Falla le piden que deje su firma en un álbum de adhesiones a Queipo de Llano, algo que rechaza, aunque finalmente envía una carta al general en la que le pide sea puesto en práctica “el divino Evangelio de justicia, de amor y de misericordia”.
Algunos de los diarios abiertamente franquistas en 1937, como “Abc” o “Ideal”, publican páginas declarando no solo que Falla simpatiza con la causa sino que trabaja para la misma, algo que el mismo músico intenta corregir en una carta al director el 5 de noviembre de 1937, en el citado diario granadino.
Las numerosas cartas que en esos meses le envía Pemán a Falla son representativas de esa despiadada presión. El escritor consigue, sin consultárselo, que nombren al compositor Presidente del Instituto de España. Falla nunca tomó posesión del cargo e insistió a Pemán para que anulara esa orden.
Una vez acabada la contienda, el régimen no dudó en someter a Falla a un proceso de depuración con el envío de un cuestionario en julio de 1939. Cansado y dolorido por todo lo que ocurría a su alrededor, finalmente acepta una invitación para dirigir una serie de conciertos en el Teatro Colón de Buenos Aires. Con poco dinero en el bolsillo y acompañado de su querida hermana María del Carmen, Falla marcha al exilio en octubre de 1945 cuando zarpa de Barcelona con dirección a Argentina. Murió en Argentina en 1946.
Pese a todo esto, hay quien lo califica como franquista...
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