
Municipal
¿Moción de censura a la vista? Collboni se somete a una cuestión de confianza para salvar las cuentas
El alcalde convoca un pleno de urgencia y arranca la cuenta atrás para que la oposición municipal proponga otro candidato

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha convocado para mañana un pleno extraordinario de urgencia para someterse a una cuestión de confianza y poder aprobar así los presupuestos municipales de 2026. Y es que el líder socialista ya lo avisó antes de verano: Barcelona tendrá cuentas el próximo año "sí o sí".
En esta línea, tras no conseguir un pacto con los comunes y que estos, junto a Junts, PP y Vox, tumbaran la propuesta municipal de presupuestos el pasado viernes, Collboni se someterá mañana a una cuestión de confianza, que podría derivar en una moción de censura si así lo considera la oposición. La de mañana será la segunda cuestión de confianza a la que se someterá el alcalde barcelonés, y por lo tanto, la última que podrá realizar hasta que termine su mandato. En 2024, cuando tampoco pudo conseguir los apoyos necesarios para aprobar los presupuestos, presentó la primera cuestión.
Un mecanismo extraordinario
Recurrir a este mecanismo para poder aprobar los presupuestos es legal, aunque extraordinario. Para empezar, el alcalde debe ligar una moción de confianza a la aprobación de las cuentas. Una vez tumbadas, el líder municipal convoca una cuestión de confianza y si no consigue el apoyo del pleno, la oposición puede presentar una moción de censura.
De esta manera, si mañana Jaume Collboni no logra el voto positivo de los comunes, se abrirá un plazo de un mes para que los partidos de la oposición puedan presentar un candidato alternativo al alcalde socialista que cuente con una mayoría suficiente.
Si pasado este tiempo no se ha presentado ninguna alternativa, el reglamento establece que se entiende otorgada "la confianza" al alcalde, por lo que los presupuestos, que están vinculados a esta moción, quedarían aprobados automáticamente a finales de este mismo año.
El primer alcalde en recurrir a una moción de confianza para aprobar unas cuentas municipales fue Xavier Trias, por entonces líder de CiU, que gobernaba en 2015 con apenas 15 concejales. Posteriormente, la expresidenta de Barcelona en Comú, Ada Colau, utilizó hasta en dos ocasiones este mecanismo para sacar adelante los presupuestos, concretamente en 2017 y 2018.
El camino a la moción
La moción de confianza es el último recurso que le queda al alcalde de Barcelona para aprobar las cuentas. Tras más de un mes de negociaciones y varios pactos, Collboni decidió llevar el pasado viernes a votación su propuesta de presupuestos 2026, a pesar de contar únicamente con el apoyo de ERC. En este contexto, la aprobación final de las cuentas dependía de los comunes, que se abstuvieron en la votación y tumbaron así la propuesta municipal.
La concejal de BComú, Gemma Tarafa, solicitó antes del pleno aplazar la votación y alargar la negociación más allá del pasado viernes para "concretar y aterrizar" las propuestas de su partido, centradas en la vivienda, el decrecimiento turístico y los Ejes Verdes. Por su parte, el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, ya avisó a los comunes de que la ciudad "no puede esperar", reafirmando las intenciones del ejecutivo de aprobar las cuentas antes de que acabe el mes.
Durante el debate en el pleno municipal, la concejal de BComú criticó al alcalde por haber preferido cumplir la fecha de votación antes que terminar el proceso de negociación. En este sentido, advirtió a Collboni: "No nos hagamos trampas al solitario, los Presupuestos se podrían haber aprobado en diciembre".
En este contexto, el gobierno municipal liderado por Jaume Collboni logró únicamente 15 votos favorables —los 10 del PSC y los 5 de ERC— de los 21 necesarios para aprobar los presupuestos de la ciudad. Finalmente, BComú decidió abstenerse y, con los votos en contra del PP, Vox y Junts, el pleno del ayuntamiento tumbó las cuentas municipales de 2026.
Collboni y su gobierno municipal solo pudieron contar con el apoyo de ERC, que, en palabras del concejal Jordi Castellana, lamentó que la capital catalana vuelva a no tener presupuestos aprobados por mayoría y auguró que "no es una buena forma de encarar lo que queda de mandato".
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