Museos

El Museu Dalí añade el vestíbulo a su recorrido

El espacio, ideado por el propio pintor, incorpora obras de Marc Lacroix y Amanda Lear

Vestíbulo del Teatre-Museu Dalí de Figueres REMITIDA / HANDOUT por FUNDACIÓ DALÍ Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 31/07/2025
Vestíbulo del Teatre-Museu Dalí de FigueresFUNDACIÓ DALÍEuropa Press

Cuando Salvador Dalí ideó el teatro-museo que llevaba su nombre en Figueres, cuidó todos los espacios, más allá de los que serían destinados a ser la sala de exposiciones. Este espacio de Figueres, como explicó ayer a través de un comunicado, ha incorporado a su recorrido museográfico el vestíbulo original del antiguo teatro municipal, que el artista había previsto como primera sala visitable y que hasta ahora acogía la recepción, taquilla y consigna.

Según informó la Fundació Gala Salvador-Dalí, la novedad permite que el público se vea inmerso desde el principio en el mundo daliniano y contemple piezas que se revalorizan en este espacio como los «collages» que diseñó la modelo Amanda Lear en colaboración con el pintor ampurdanés. A ello se le suma un gran retrato fotográfico realizado por el francés Marc Lacroix.

De esta manera, el museo gana un espacio y recupera, como autora, a Amanda Lear, probablemente una de las personas que más partido ha sacado de su relación con el gran artista ampurdanés. Amanda llegó a escribir un muy peculiar libro de memorias con detalles en ocasiones exagerados o que parecen rozar la ficción, por no decir ciencia-ficción. Se sabe que la que fue cantante y modelo, además de dama de compañía de Dalí, era una entusiasta del «collage», por lo que no es extraño que el pintor la invitara a participar. El escritor Luis Romero, quien fuera uno de los más cercanos amigos del padre de los relojes blandos en Cadaqués y autor de algunos trabajos imprescindibles sobre este, comentaba que a Dalí le fascinaba la ambigüedad sexual de Amanda hasta el punto de jugar con el pasado de ella antes de que se cambiara de sexo.

Marc Lacroix fue uno de los colaboradores fotográficos del Dalí último, el de la década de los setenta. En este sentido, Marc y su esposa Teresa Lacroix conocieron al pintor en 1970 en Port Lligat durante unas

vacaciones. A Lacroix le había quedado una gran impresión sobre el artista desde que en muchos años atrás hubiera leído por primera vez la autobiografía «Vida secreta de Salvador Dalí» Durante ese primer encuentro, pudo tomar algunas primeras imágenes iniciándose una suerte de intercambio porque el fotógrafo fue recibiendo algunos encargos, como es la participación en una sesión con Gala como protagonista destinada a las páginas de la revista «Vogue» en 1971, bajo la dirección del mismo Dalí.

Por otro lado, en la recuperación del vestíbulo podemos constatar como, pese a las diferencias indudables ideológicas, Dalí quiso recordar a dos de las personas que habían sido dedicisivas en su salto de Figueres a París. Ellos eran Miró y Picasso, a quienes homenajea aquí.