Desierto de Utah

Nueve mujeres españolas "viajan" a Marte: así será su expedición más extrema

Simularán la vida en el planeta con unas condiciones muy parecidas, comida deshidratada y gestión del agua

Las mujeres españolas que "viajan" a Marte
Las mujeres españolas que "viajan" a MarteLa Razón

Las mujeres pueden hacer ciencia y ser un referente en este ámbito; tienen capacidad para liderar proyectos de investigación punteros, así como para emprender. Ellas pueden dar respuesta a grandes retos que plantea la ciencia del siglo XXI y aportar soluciones innovadoras ante desafíos actuales y estas mujeres de ciencia tiene un gran potencial divulgador.

Y todo ello es lo que esperan poner de manifiesto nueve mujeres catalanas que a partir de este domingo y hasta el 29 de abril participarán en Hypatia I, la primera misión protagonizada por una tripulación íntegramente femenina, española, intergeneracional y multidisciplinar en la estación Mars Research Desert Station, en el desierto de Utah (Estados Unidos).

«Se trata de una estación gestionada por Mars Society que opera desde 2000 y recibe una tripulación diferente cada dos semanas», explica Carla Conejo, bióloga y divulgadora, quien comenta que «esta sociedad abre dos convocatorias al año para seleccionar qué tripulaciones van a desarrollar sus proyectos de investigación en la Mars Research Desert Station».

La gran particularidad de esta estación es que permite simular cómo sería una misión tripulada a Marte. «Es un buen sitio en el que hacer investigación en condiciones que simulan a las de este planeta», indica Conejo para a continuación explicar que «la geología y orografía del desierto de Utah es muy parecida a la de Marte, tanto por sus formaciones rocosas como por los materiales que allí se encuentran. Es un paisaje marciano, con baja humedad y una importante oscilación de temperaturas». de manera que, pese a que no replica las condiciones ambientales de Marte, ya que cuenta con atmósfera respirable, no presenta condiciones de microgravedad y no hay exposición a las radiaciones, «es un contexto parecido».

Además, en una misión en la estación estadounidense se reproduce la vida diaria que un astronauta llevaría en Marte, de manera que durante dos semanas, la expedición se alimentará con comida deshidratada, tendrá que racionar el agua, tanto la de consumo, como la destinada a mantener el pequeño huerto del que dispondrán, así como la usada para la higiene personal, y, además, permanecerá confinada.

Y el poder desarrollar investigación en este escenario obliga a tener que plantearse previamente lo que uno va a necesitar para poder llevarla a cabo, puesto que en la Mars Research Desert Station, a diferencia de lo que sucede en un laboratorio, no es posible recurrir a proveedores para adquirir aquellos elementos que, a medida que avanza la investigación, resultan imprescindibles para su desarrollo, lo que también lleva a los investigadores a tener que buscar en el entorno soluciones a necesidades que puedan ir surgiendo. Es decir, como resume Conejo, una misión de estas características «requiere de estrategias de investigación que se sepa que se pueden realizar en un entorno como el de Marte y para ello es necesario explorar opciones diferentes».

Paralelamente, todos los condicionantes propios de una misión así requieren también del desarrollo y posterior puesta en práctica de protocolos de actuación para acciones como las salidas de la base o la comunicación, tanto entre ellas como con Tierra, y otros de emergencia en caso de tener que solucionar contratiempos. «Esta misión nos da la posibilidad de poner a prueba protocolos que hemos diseñado previamente». indica la bióloga.

Proyectos en paralelo

Pero además, al margen de lo que es investigación relacionada estrictamente con lo que supone llevar a cabo una misión a Marte, cuyos resultados y conclusiones se reportan directamente a la Mars Society, la tripulación prevé desarrollar una trentena de proyectos más en cuatro áreas principales: astronomía, ingeniería, biología y comunicación científica, los cuales han sido definidos por las propias integrantes de la expedición. Al respecto, Conejo indica que «solo tres tripulantes tienen un background profesional relacionado con el espacio, por lo que todas hemos hecho un ejercicio desde nuestras respectivas disciplinas para plantear retos a abordar en una expedición a Marte y proponer soluciones».

En este sentido, la propia Conejo ha propuesto y diseñado un proyecto centrado en el campo de la neurobiología humana, que es su especialidad. Al respecto, explica que «durante una expedición espacial, los astronautas sufren mucha desregulación de los ciclos circadianos, lo que puede provocar problemas de salud, y una expedición a Marte puede durar unos dos años, por lo que se están estudiando herramientas y medidas para subsanar esa desregulación», explica la bióloga, quien está trabajando en un dispositivo, que es como una pulsera, que puede medir y detectar estos cambios en el ciclo circadiano y, por lo tanto, sería una herramienta de diagnóstico, que la tripulación testará durante la misión.

En definitiva, mañana arranca una expedición pionera, cuyo objetivo no es solo el de hacer investigación, sino que también busca divulgar la ciencia entre las mujeres y las chicas y visibilizar el papel de las mismas en este campo y, en esta línea, está protagonizada por nueve mujeres.