
Junts
Todos los cargos públicos de Junts que no "rompen" con el PSOE
Puigdemont escenificó su ruptura con Sánchez, pero sus afines seguirán en los consejos de RTVE, AENA, Renfe, CNMC y Enagás

Carles Puigdemont proclamó este lunes el fin del apoyo parlamentario de Junts al PSOE en el Congreso durante un acto en Perpiñán (Francia), una ruptura que debilita políticamente a Pedro Sánchez, pero que, en la práctica, no altera el equilibrio de poder ni los intereses del partido posconvergente en Madrid. El expresidente catalán vuelve a agitar el tablero desde Waterloo, aunque sin romper las piezas que le han permitido conservar influencia en las instituciones estatales.
La decisión se enmarca en un contexto de desgaste interno y externo. Oficialmente, Junts justifica el paso por el supuesto incumplimiento de los acuerdos de investidura, en especial, la aplicación de la ley de amnistía y la promoción del catalán en la Unión Europea. Sin embargo, en el trasfondo late el temor al avance de Aliança Catalana, el partido de Sílvia Orriols que amenaza con arrebatarle a Junts el voto independentista más radical. Con este gesto, Puigdemont busca marcar perfil propio sin cerrar del todo la puerta al entendimiento con el Gobierno.
Cargos blindados
La ruptura escenificada en Perpiñán no supondrá, sin embargo, la salida de los miembros afines a Junts que ocupan puestos en empresas con participación pública del Estado. Ninguno de los cinco consejeros, designados gracias a los pactos con el PSOE, dejará su cargo.
Los cargos afines a Junts que ocupan puestos en empresas públicas del Estado son Miquel Calçada (RTVE), Ramon Tremosa (AENA), Eduard Gràcia (Renfe), Pere Soler (CNMC) y Helena Massot (Enagás). Accedieron a estos puestos gracias a los acuerdos alcanzados con el PSOE dentro de la estrategia de Pedro Sánchez para consolidar su alianza con Junts y asegurar la legislatura hasta 2027. Pese a la ruptura con los socialistas, el partido de Puigdemont no ha renunciado a estas posiciones institucionales ni tiene previsto hacerlo.
El discurso y la práctica
Pese a la retórica de ruptura, Junts no está dispuesto a renunciar a las ventajas derivadas de su relación con el PSOE. “Como oposición tenemos el deber de controlar al Gobierno desde el Parlamento y desde cualquier espacio donde se tomen decisiones que afecten a Cataluña”, defendió la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, en Catalunya Ràdio.
Nogueras rechazó que estos cargos sean “poltronas”, asegurando que son “instrumentos de control”: “Si no estamos nosotros, estará otro. Yo quiero controlar a este Gobierno que no está cumpliendo con Cataluña”, afirmó.
Un equilibrio inestable
La ruptura con el PSOE, acompañada del anuncio de que Junts da por cerrada la mesa de diálogo en Suiza, se traduce por ahora en un cambio más simbólico que material. Puigdemont busca reforzar su liderazgo ante un electorado cada vez más fragmentado, pero sin poner en riesgo los espacios de poder institucional que su partido ha conquistado en los últimos años.
En definitiva, Junts intenta mantener su doble juego: proyectar firmeza y autonomía frente al Gobierno mientras preserva los beneficios de su entendimiento con Sánchez. Un equilibrio tan calculado como frágil.
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