Delincuencia

Vídeo de las patrullas vecinales en Bellvitge (Barcelona): "Los niños no pueden jugar tranquilos en la calle por la inseguridad"

Grupos de adolescentes extranjeros cometen robos en patinetes eléctricos

Una de las patrullas vecinales en Bellvitge
Una de las patrullas vecinales en BellvitgeGoogle

El barrio de Bellvitge del Hospitalet del Llobregat (Barcelona) se ha vuelto muy inseguro a causa de los robos. Se trata de una zona residencial con mucha gente anciana y eso los ladrones lo saben. Los jóvenes del barrio se han hartado de la inseguridad, y también muchos de los vecinos. Una situación similar ocurre en La Florida, en el mismo municipio.

El barrio recientemente ha vuelto a ser escenario de situacions de autodefensa. Varios vecinos formaron patrulles para vigilar las calles, sobre todo los fines de semana. La medida llegó tras meses de denuncias por robos, peleas y agresiones, atribuidas a grupos de jóvenes de origen extranjero.

La creación de patrullas no es un hecho aislado. Ya en primavera, los vecinos alertaron de la inseguridad creciente en Bellvitge. Mensajes compartidos en grupos de mensajería relataban cómo chicas jóvenes y ancianos eran las principales víctimes de los delitós, especialmente robos. Con tirón en pasos de peatones, atracos dentro de portales e incluso hurtos a personas mayores en plena calle.

El modus operandi se repite: grupos de hasta quince jóvenes, la mayoría en patinete, dan vueltas por el barrio en busca de víctimas fáciles. En algunos casos las seguían hasta sus domicilios para asaltarlas. Ante la falta de respuesta efectiva, varios residentes empezaron a coordinarse por WhatsApp para organizar turnos de vigilancia.

Así, centenares de vecinos salieron a la calle, bajo lemas como “Bellvitge no se vende, Bellvitge se defiende”, denunciaron la inseguridad y reclamaron medidas urgentes. Durante esa protesta ya se advirtió que, si la policía no reforzaba su presencia, serían los propios vecinos quienes protegerían el barrio.

Las nuevas patrullas confirmadas este fin de semana muestran que el malestar no ha remitido. “Los niños no pueden salir tranquilos a jugar”, explican los vecinos.