Astronomía

Una anomalía podría explicar los imanes más poderosos del universo

Un artículo publicado en Nature Astronomy aporta una explicación sobre el fenómeno de frenado de los magnetares, los cuerpos celestes con los mayores campos magnéticos jamás observados

Representación artística de un magnetar en el clúster estelar Westerlund 1.
Representación artística de un magnetar en el clúster estelar Westerlund 1.ESO/L. CalçadaCC BY-4.0

Los mapas antiguos de nuestro planeta muestran dibujos de peligros marinos destrozando las embarcaciones que se atrevían a cruzar sus aguas. Estas ilustraciones eran representaciones artísticas de las historias que contaban los marineros sobre los riesgos del mar. Entre ellas encontramos remolinos que engullían embarcaciones, enormes tentáculos que partían los mástiles de los veleros como si fuesen palillos e, incluso, en un mapa del siglo XVI se puede leer “here be dragons” -aquí puede haber dragones-, refiriéndose a otras amenazas insospechadas que, pensaban, podrían existir. Ahora sabemos cuáles de estos fenómenos son ciertos y cuáles son parte de una fantasía alimentada por el boca a boca. Lo curioso es que los nuevos mapas que van a necesitar los futuros exploradores indicarán monstruos mucho más terroríficos de los que jamás pudieron imaginar las mentes de los siglos anteriores. Y estos monstruos son reales y se encuentran diseminados por el universo.

El barco de San Brandán el Navegante a lomos de una ballena, y sus hombres rezando. 1621
El barco de San Brandán el Navegante a lomos de una ballena, y sus hombres rezando. 1621Chet Van DuzerDominio Público

Un universo de explosiones

Las estrellas son tremendas acumulaciones de gas en una lucha constante. En su núcleo, las reacciones nucleares de fusión del hidrógeno empujan la estrella de dentro a fuera con una fuerza de millones de bombas atómicas por segundo. En su exterior, la gravedad resultada de la inmensa masa del gas estelar presiona y compacta la estrella dándole así su forma redondeada, en un violento equilibrio. Sin embargo, estas estrellas son un remanso de paz comparadas con otros cuerpos celestes que habitan el universo y que, generalmente, son el resultado de la muerte violenta de estos mismos astros.

Una explosión estelar se denomina nova, y es una fuente de vida, ya que de esa explosión nacen y se diseminan por el cosmos cientos de elementos de la tabla periódica, incluyendo los que nos forman. Si la estrella era lo suficientemente masiva, o la explosión suficientemente luminosa, se enfatiza con el prefijo “súper-”, las conocidas comosupernovas; y el prefijo “hiper-” queda reservado para las explosiones más potentes. Podría parecer que tras la muerte de la estrella con un gran “¡bang!” ya quedaría un remanso de paz; pero nada más lejos de la realidad. De hecho, en ese preciso momento es cuando nacen los monstruos.

Los imanes más potentes del universo

Los cadáveres estelares presentan diferentes formas. Los más comunes son enanas blancas, aunque según el tamaño que tenía la estrella se pueden encontrar otros restos, como estrellas de neutrones o agujeros negros. Las estrellas de neutrones son cuerpos extremadamente densos formados por neutrones que fueron generados a partir de protones y neutrones por su inmensa gravedad, y pueden clasificarse en tres objetos: Púlsares, magnetares y “magnetopúlsares”. Los púlsares, descubiertos por Jocelyn Bell en 1967, emiten dos chorros de radiación en direcciones opuestas y rotan sobre sí mismos, por lo que parecen una especie de “faro” espacial. En cambio, los magnetares difieren considerablemente y han sido el objetivo de estudio de un proyecto conjunto de la NASA y la Universidad George Washinghton.

Los magnetares giran sobre sí mismos una vez cada 2 a 10 segundos a velocidades asombrosas, lo que crea un campo magnético extremadamente intenso, cientos de millones de veces más potentes que cualquier imán creado por los seres humanos. Sin embargo, unas observaciones realizadas el 5 de octubre de 2020 en el magnetar SGR 1935+2154 detectaron una repentina ralentización del momento angular de ese magnetar, es decir, que “frenó” considerablemente.

Cómo frenar en el vacío

En los días siguientes al frenazo, el magnetar emitió tres ráfagas de ondas de radio rápidas y estuvo durante aproximadamente un mes de emitiendo chorros ondas de radio de forma pulsada. Dada la rareza de los eventos, los investigadores creen que se encuentran relacionados y han tratado de encontrar una explicación para ambos. La hipótesis que manejan es que el causante del frenado es un desprendimiento de plasma cerca del polo magnético del magnetar. Este desprendimiento generó un viento extremadamente violento que frenó el resto estelar, produjo variaciones en su campo magnético y fue capaz de desencadenar la emisión de radio.

Comprender cómo y cuándo se producen estos episodios será necesario para que los futuros astronautas puedan protegerse de las radiaciones espaciales repentinas y, como aquellos marineros que entraban en aguas pobladas de monstruos, estén alerta y preparados para cualquier evento que pueda amenazar su viaje.

QUE NO TE LA CUELEN

  • Todavía pasarán varias generaciones hasta que podamos salir de la pequeña burbuja que es nuestro sistema solar, si es que la tecnología nos permite llegar a salir algún día. Para entonces esperamos contar con un conocimiento mucho más extenso del universo, pero todos los grandes caminos comienzan con un pequeño paso

REFERENCIAS (MLA)