Salud mental

Los astronautas de la NASA no podrán regresar hasta febrero de 2025. Estas serán las consecuencias

Lo que comenzó como una misión de casi una semana en junio, se prolongará ocho meses. ¿Cuáles son las consecuencias? Físicamente, muy pocas, pero su salud mental sí se verá afectada.

En junio de 2024 se puso en órbita la primera misión tripulada de la NASA y Boeing, pero lo que iba a ser una misión de apenas 8 días se fue demorando por problemas con la nave que los traería de regreso y finalmente se decidió que regresara sin Sunita Williams y Barry Wilmore, los dos astronautas. Ahora la NASA ha comunicado que el regreso de ambos se espera para febrero del año que viene.

La NASA y SpaceX están trabajando actualmente en varios aspectos antes del lanzamiento, como la reconfiguración de los asientos de la Crew-9 Dragon y el ajuste del manifiesto para transportar carga adicional, efectos personales y trajes espaciales específicos de la Dragon para Wilmore y Williams. Esto significa que le llevarán todos los insumos que puedan necesitar a lo largo de los próximos meses, así como el material para adaptarse a su nueva “residencia”.

Respecto al tiempo extra que pasarán a bordo, no hay mucho que preocuparse a nivel físico: Oleg Kononeko, cosmonauta ruso, pasó más de 435 días en el espacio entre 1994 y 1995. Williams y Wilmore, si se cumplen los pronósticos pasarán, como mucho, 250 días fuera de la órbita terrestre. Pero eso en lo físico.

La realidad es que, mentalmente, los dos astronautas se habían preparado para un viaje de 8 días y multiplicar esa cifra por 30, sí puede tener efectos en su salud mental.

Durante los vuelos espaciales, el sistema nervioso central (SNC) está expuesto a una compleja variedad de factores ambientales estresantes. Un estudio ha evaluado estos cambios mediante imágenes por resonancia magnética e informan de cambios estructurales en el cerebro, incluidas alteraciones en la posición del cerebro, los volúmenes de los tejidos y la distribución y dinámica del líquido cefalorraquídeo. También se ha detectado un notable aumento en los síntomas de depresión, ansiedad y problemas cognitivos en astronautas.

A esto hay que sumarle, según la Agencia Espacial Canadiense, “estrés, fatiga, problemas de sueño debido a la falta de luz natural y ciclos de sueño alterados, irritabilidad, malestar emocional y problemas en el sistema neuroconductual y en el rendimiento debido a la radiación, el dióxido de carbono y los niveles de ruido”.

A esto hay que sumarle los efectos del ruido: los astronautas a bordo de la estación Espacial Internacional están expuestos continuamente a un nivel de ruido promedio de 72 dBA, lo que equivale al sonido del tráfico de la carretera a una distancia de 15 metros y se ha demostrado que los niveles altos de ruido pueden tener un impacto en la salud mental.

Y luego está el regreso… Algunos astronautas han sufrido cambios de personalidad, problemas emocionales y alcoholismo posteriores a sus misiones, como relató el propio Aldrin en su libro Regreso a la Tierra.

También se han detectado casos de astenización, un síndrome que incluye fatiga, irritabilidad, dificultades de atención y concentración y problemas de apetito y sueño, un síndrome simila