Turismo
Cambio climático: El año que viene habrá que empezar a comprar entradas para ir a Venecia
Un estudio señala que la ciudad podría dejar de ser habitable en 2100 y se están tomando medidas para reducir el impacto que provocan los turistas.
Unos años atrás, la UNESCO publicó un informe señalando que el exceso de turismo, el incremento de la construcción y el aumento del nivel del mar inducido por el cambio climático habían puesto en riesgo los históricos edificios y paisajes antiguos de Venecia. No es extraño, entonces, que los venecianos hayan decidido tomar medidas al respecto, tanto aquellas vinculadas a preservar su patrimonio, prevenir el impacto del cambio climático y más recientemente abordar el turismo masivo. Y esto último con una medida que sería única: cobrar entrada por visitar la ciudad.
El panorama está muy claro para los expertos. Un estudio de 2019 reveló cambios preocupantes en la calidad de la costa y del agua de mar. “Después de un período estable durante la década de 2021 a 2030 – señala el estudio -, se espera que la costa experimente erosión en la siguiente década (2031-2040), seguida de acreción en el período 2041-2050, coincidiendo con un empeoramiento de la calidad del agua de mar en términos de mayor turbidez”. Haciendo que Venecia sea casi inhabitable en 2100 .
Con esto en mente, Venecia anunció el jueves que introduciría una tarifa para que los turistas de un día ingresen al centro histórico en 2024, en un intento por enfrentar el exceso de turismo. Así, los visitantes diurnos deberán pagar cinco eurospara ingresar al centro de la ciudad entre las 8:30 am y las 4:00 pm durante la temporada alta de turismo, del 25 de abril al 5 de mayo. La tarifa también se aplicará el resto de fines de semana de mayo y junio, así como los dos primeros fines de semana de julio.
Las autoridades han debatido durante años el mejor modo de regular los 20 millones de visitantes que la ciudad recibe cada año. El plan de venta de entradas se había pospuesto repetidamente por temor a que afectara gravemente los ingresos de los turistas y comprometiera la libertad de movimiento. Pero finalmente decidieron seguir adelante con el experimento después de que la UNESCO advirtiera que podría incluir a la ciudad en la lista de sitios del patrimonio mundial en riesgo.
"Venecia es la primera ciudad del mundo en introducir un sistema de este tipo, que podría servir de modelo para otras ciudades frágiles y delicadas que deben ser protegidas", afirmó el alcalde Luigi Brugnaro en un comunicado . Pero lo llamó un "primer paso" en lugar de una "revolución" y dijo que las autoridades están dispuestas a hacer cambios para garantizar que funcione.
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