
Prehistoria
Descubren el capítulo más oscuro de Europa: fosas de tortura y brazos amputados como trofeos de guerra
La violencia en el Neolítico no era solo supervivencia. Unas fosas descubiertas en Francia con restos de hace 6.000 años revelan un macabro espectáculo de torturas, ejecuciones públicas y brazos amputados como trofeos de guerra

Un oscuro y brutal capítulo de la prehistoria europea ha quedado al descubierto en el noreste de Francia. En los yacimientos de Achenheim y Bergheim, un equipo de arqueólogos ha desenterrado fosas comunes de hace 6.000 años que contenían restos esqueléticos mutilados y una tétrica colección de brazos amputados. El hallazgo, datado en el Neolítico Medio tardío (entre el 4300 y el 4150 a.C.), revela un nivel de violencia organizada que trasciende el simple conflicto tribal. Este nivel de sofisticación en la violencia contrasta con la habilidad para la supervivencia y la creación de herramientas complejas, como demuestra el hallazgo de lo que podría ser la primera navaja suiza de hace 130.000 años, fabricada por otra especie humana.
Por ello, los investigadores interpretan esta brutalidad no como un acto bélico convencional, sino como un espectáculo público y ritualizado. La hipótesis principal sugiere que estas matanzas no solo buscaban celebrar victorias militares de una forma aterradora, sino también deshumanizar al enemigo vencido y, de paso, fortalecer la identidad del grupo vencedor a través de la demostración de poder y el terror. La demostración de poder a través de la violencia es una constante histórica que ha escalado con el tiempo, llegando a plantear escenarios de aniquilación total en los que una guerra nuclear acabaría con el ser humano por sus devastadoras consecuencias climáticas.
Además, el análisis de los restos óseos pinta un retrato pormenorizado del ensañamiento que sufrieron las víctimas. Muchos de los individuos presentaban fracturas en las piernas, una táctica deliberada para impedir cualquier intento de huida antes de ser ejecutados, un detalle del que dan cuenta en Science Alert. Las marcas en algunos huesos también apuntan a que los cuerpos, tras ser torturados y asesinados, fueron expuestos públicamente como una advertencia o un macabro trofeo. El estudio, dirigido por Teresa Fernández-Crespo, de la Universidad de Valladolid, y publicado en Science Advances es una muestra muy interesante de estos aspectos de la Europa neolítica.
Un conflicto entre distintos grupos locales
En este sentido, un análisis de isótopos ha resultado clave para desvelar el origen geográfico de los individuos y arrojar luz sobre la compleja dinámica del conflicto. Los resultados indican que los brazos amputados, tomados como trofeos de guerra, pertenecían a miembros de grupos invasores procedentes de zonas cercanas. Se trataba, por tanto, de una guerra entre vecinos con un desenlace fatal.
Por otro lado, los esqueletos completos hallados en las fosas correspondían a cautivos de otra región, posiblemente el sur de Alsacia. Estos individuos habrían sido capturados, trasladados, torturados y finalmente ejecutados en estos rituales de violencia extrema, lo que confirma la existencia de distintos frentes o tipos de víctimas en un mismo episodio de violencia.
Sin embargo, los expertos también barajan otras hipótesis para explicar estos hechos tan atroces. Una de las posibilidades es que los supervivientes de los enfrentamientos fueran esclavizados, mientras que otra teoría plantea que los asesinatos masivos no respondieran a una celebración bélica, sino que constituyeran una especie de ofrenda votiva dentro de un contexto religioso o ceremonial que, a día de hoy, sigue siendo un enigma.
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