Conducta

Ante la duda, elegimos la ignorancia

De acuerdo con un estudio, preferimos no saber cómo nuestros actos afectan a los demás.

Egoismo
Cuando nadie nos ve actuamos distintoSarah_LoetscherSarah_Loetscher

Ya sabíamos, gracias a la ciencia, que a veces ser un poco cabrón en nuestras relaciones sociales tiene sus beneficios. Algo parecido ocurre con el egoismo y ahora la ciencia confirma que a veces también elegimos la ignorancia como estrategia.

De acuerdo con un estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología, cuando se nos da la opción de aprender cómo nuestras acciones afectarán a otra persona, el 40% de las personas elegirán a menudo la ignorancia.

"En la vida cotidiana abundan los ejemplos de esta ignorancia deliberada, como cuando los consumidores ignoran la información sobre los orígenes problemáticos de los productos que compran – explica el líder del estudio Linh Vu -. Queríamos saber cuán frecuente y dañina es la ignorancia deliberada, así como por qué la gente se involucra en ella".

El equipo de Vu realizó un metanálisis de 22 estudios de investigación con un total de 6.531 participantes. Todos los estudios se realizaron en laboratorios de investigación o en línea, y la mayoría siguió un protocolo en el que a algunos participantes se les decía las consecuencias de sus acciones, mientras que otros podían elegir si saber las consecuencias o no.

En un ejemplo, los participantes tuvieron que decidir entre recibir una recompensa menor ($5) o una recompensa mayor ($6). Si elegían la primera, entonces un compañero anónimo (o una organización benéfica) también recibiría la misma cifra. Sin embargo, si elegían la recompensa mayor, el otro destinatario recibirá solo $1. A un grupo de participantes se le ofreció la opción de conocer las consecuencias de su elección, mientras que a otro grupo se le dijeron automáticamente las consecuencias.

En todos los estudios, los investigadores encontraron que cuando se les dio una opción, el 40% de las personas optaron por no conocer las consecuencias de sus acciones. Esa ignorancia deliberada se correlacionaba con menos altruismo: las personas tenían 15,6 puntos porcentuales más probabilidades de ser generosas con otra persona cuando se les informaba de las consecuencias de su elección, en comparación con cuando se les permitía permanecer en la ignorancia.

El equipo de Vu, entonces, planteó la hipótesis de que una razón de la ignorancia deliberada podría ser que algunas personas se comportan de manera altruista porque quieren mantener una autoimagen positiva de ser personas altruistas. En esos casos, la ignorancia deliberada puede permitirles mantener esa autoimagen sin tener que actuar de forma altruista.

El metanálisis respaldó esto, según el coautor del estudio Shaul Shalvi, profesor de ética del comportamiento en la Universidad de Ámsterdam. Eso sugiere que las personas verdaderamente altruistas eligen aprender las consecuencias de sus acciones.

"Los hallazgos son fascinantes, ya que sugieren que muchos de los comportamientos altruistas que observamos están impulsados por el deseo de comportarnos como otros esperan que lo hagamos – afirma Shalvi -. Si bien la mayoría de las personas están dispuestas a hacer lo correcto cuando están plenamente informadas de las consecuencias de sus acciones, esta voluntad no siempre se debe a que las personas se preocupan por los demás. Una parte de las razones por las que las personas actuamos de forma altruista se debe a las presiones sociales, así como a su deseo de verse a sí mismos con buenos ojos. Dado que ser justo suele ser costoso y exigir a las personas que renuncien a su tiempo, dinero y esfuerzo, la ignorancia ofrece una salida fácil”.

Según los autores, las investigaciones futuras deberían tener como objetivo examinar la ignorancia deliberada en entornos más diversos, e investigar formas de combatir este comportamiento.