Medicina

Esta música podría acelerar tu recuperación tras una cirugía

Un nuevo estudio concluye que la música puede reducir nuestra percepción de dolor, ralentizar el pulso y moderar el estrés tras una cirugía

Está demostrado que la música ayuda al desarrollo de los bebés
Bebé escuchando músicaLR

La música es beneficiosa y ya son multitud las investigaciones que lo corroboran. No es solo que nos suba el ánimo, es que nos relaja y eso repercute positivamente en nuestro cuerpo. El último estudio comunicado al respecto afirma que, de hecho, escuchar música puede ser contribuir a la buena recuperación tras una cirugía: reduciendo la ansiedad, el dolor y, por lo tanto, la necesidad de analgésicos… Todo esto puede sonar esotérico y poco científico, pero nada más lejos de la realidad.

Lo que está ocurriendo en este caso está tan claro que casi parece banal: la música es placentera y, por lo tanto, nos relaja. El estrés está muy correlacionado con una sustancia llamada cortisol y, con la música, al relajarnos, producimos una menor cantidad de esta sustancia. Ese es el mecanismo a grandes rasgos. No se trata de las vibraciones de la madre naturaleza, la capacidad del cerebro para sanar al cuerpo ni otras afirmaciones tan new age como faltas de rigor. Ahora bien, una cosa es la teoría sobre cómo nos afecta la música y otra bien distinta cuantificar sus efectos.

Niveles de evidencia

No todos los estudios aportan el mismo nivel de evidencia. Algunos relatan detalladamente el caso clínico de un solo paciente, otros analizan a miles de sujetos y, otros, analizan en resultado de miles de estudios que, a su vez, ya habían analizado unos cuantos pacientes. Estos últimos, a priori, aportan una evidencia muy superior a los casos particulares. Y, de hecho, el estudio al que nos referimos en este artículo es de esos últimos, habiendo analizado 3.736 publicaciones hasta quedarse solo con las 35 que medían exactamente lo que respondía a sus dudas.

Querían saber cómo afectaba la escucha de música a la recuperación tras una cirugía. No obstante, para ser publicados en revistas científicas los científicos han de pasar por la revisión de expertos que no hayan estado implicados y, solo entonces, podemos considerar que el estudio cumple con las mínimas garantías de rigor. Por lo de pronto, esta investigación ha sido comunicada en un congreso, concretamente en el Congreso Clínico del Colegio Americano de Cirujanos de 2024. Así que, aunque los resultados son prometedores, han de tomarse con cautela.

Algunas cifras

Si nos centramos ahora en las cifras que ha arrojado el estudio, en términos de dolor, los pacientes que escucharon música experimentaron una reducción del 19% en sus niveles de dolor según la Escala de Calificación Numérica y una disminución del 7% según la Escala Analógica Visual. Además, la ansiedad informada por los propios pacientes se redujo en aproximadamente un 3% según el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo. A priori, de estos resultados podemos concluir que la música puede ayudar parcialmente a los pacientes a percibir menos dolor y ansiedad durante el proceso de recuperación.

El Shehzaib Raees, una de las autoras del estudio, aclara que “Aunque no podemos decir específicamente que sienten menos dolor, los estudios revelaron que los pacientes perciben que tienen menos dolor, y creemos que eso es igual de importante. […] Al escuchar música, puedes disociarte y relajarte. De esa manera, no hay mucho que tengas que hacer o en lo que tengas que concentrarte, y puedes calmarte”.

Menos dolor, menos fármacos

Y, aparte de las evidentes ventajas de sentir menos dolor, hay otra igual de interesante: si sentimos menos dolor, consumimos menos analgésicos. Sabemos que, aunque los analgésicos son seguros, algunos especialmente fuertes pueden tener contraindicaciones (por no hablar del gasto médico). Según el estudio, los pacientes que escucharon música utilizaron menos morfina que aquellos que no la escucharon, con un promedio de 0,758 miligramos frente a 1,654 miligramos.

Además, quienes escucharon música tuvieron una frecuencia cardíaca de casi 5 latidos menos por minuto, lo que contribuye a una mejor circulación de oxígeno y nutrientes, facilitando la recuperación de las áreas operadas. Cifras muy esperanzadoras que respaldan el uso de la música como un complemento (y nada más que eso), durante el postoperatorio. Los investigadores señalan que analizarán también sus posibles efectos positivos en otros contextos sanitarios.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • La musicoterapia es un cajón de sastre en el que cabe de todo. Algunas de sus afirmaciones están apoyadas por estudios rigurosos, pero la mayoría de sus premisas son poco científicas. Y es que, evidentemente, tocar un instrumento tendrá un efecto positivo en nosotros diferente a simplemente escuchar música y, cualquiera de estas dos cosas, puede tener un efecto similar al desarrollo de otras tareas placenteras para el paciente.

REFERENCIAS (MLA):

  • Raees S, et al. Effects of Postoperative Music Therapy on Patient Outcomes: A Systematic Review and Meta-Analysis, Scientific Forum, American College of Surgeons (ACS) Clinical Congress 2024.