Bosques

Europa no era todo bosque antes de la llegada del ser humano

Un estudio de la Universidad de Aarhus estima que entre el 50 y el 75 % de la superficie de Europa estaba cubierta por praderas o bosque poco denso

El rinoceronte de Merck era uno de los animales a los que les encantaba alimentarse de hojas de avellano. Este animal vivía en la mayor parte de Europa y probablemente desempeñaba una función importante para mantener los paisajes abiertos y variados.
El rinoceronte de Merck era uno de los animales a los que les encantaba alimentarse de hojas de avellano. Este animal vivía en la mayor parte de Europa y probablemente desempeñaba una función importante para mantener los paisajes abiertos y variados.Brennan StokkermanUniversidad de Aahrus

Los seres humanos hemos adaptado el medio para cubrir nuestras necesidades. Desde hace miles de años cambiamos los ecosistemas para cultivar alimento, construimos sobre el terreno, y horadamos las entrañas de La Tierra para extraer sus recursos. Por ello en la mayoría de las reconstrucciones del pasado encontramos una Europa primitiva mucho más verde que la actual. Estas representaciones, por lo general, muestran una densa capa de bosque cubriendo gran parte de lo que hoy son ciudades y campo. Sin embargo, en la Universidad de Aarhus no estaban convencidos de esta simplificación. Allí, imaginan una variedad de ecosistemas mucho mayor, no un enorme bosque cubriendo Europa.

Los periodos interglaciares

Durante los últimos miles de años, La Tierra ha pasado por varias edades de hielo en las que los glaciares cubrían gran parte de Europa y de América del Norte. En estas épocas, los bosques se encontraban acotados en las latitudes ecuatoriales. Ahora bien, en los períodos interglaciares, el hielo retrocedía hasta aproximadamente los niveles actuales, dejando a su paso enormes extensiones de terreno que poco a poco era colonizado por plantas y árboles. Esta colonización no fue uniforme, y los herbívoros, aunque ayudarían a la dispersión de las semillas, también transformarían el paisaje.

Según palabras del profesor Jens-Christian Svenning: "La idea de que el paisaje estaba cubierto por densos bosques en la mayor parte del continente simplemente no es cierta. Nuestros resultados demuestran que debemos replantearnos nuestra visión de lo que es la naturaleza europea". Según Svenning, el paisaje estaría cubierto por grandes praderas de vegetación abierta, algunas zonas con vegetación más densa poblada por arbustos y árboles, y zonas de hierbas junto a rodales de árboles de sombra de crecimiento alto.

El polen aporta las pistas…

Las muestras de polen del último periodo interglaciar (hace 100.000 años) permitieron a los investigadores identificar las plantas de diferentes partes de esta Europa primitiva. En muchas zonas encontraron muestras de avellano, un pequeño árbol o arbusto que requiere mucha luz solar y, por tanto, no puede crecer en zonas de bosque denso. Por ello, en las zonas donde encontraron altas concentraciones de polen de avellano se puede descartar la presencia de bosques de árboles altos como el abeto, el tilo, el haya o el carpe. La presencia dominante del avellano tiene mucho que ver con su resiliencia, ya que puede rebrotar tras ser dañado por grandes herbívoros. Sin embargo, otros árboles como el haya y el abeto pueden por el rameo de los grandes herbívoros o cuando se rompe su tronco.

En aquella época, Europa estaba poblada por grandes herbívoros como los antecesores de los toros y vacas actuales (Bos primigenius), caballos, bisontes, elefantes y rinocerontes. Estos animales consumían una enorme cantidad de materia vegetal y, debido a su número, podrían haber mantenido a raya la expansión de los bosques. Además de estos animales, incendios e inundaciones podrían afectar a los bosques, pero no hay pruebas de que las perturbaciones que estos causaban fuesen muy graves. Por ejemplo, los incendios forestales fomentan la expansión de los pinos, pero en general no se ha encontrado suficiente polen de pino como para asegurar que estos fuesen la especie dominante en el periodo interglaciar.

Los uros (antepasados de los toros y vacas actuales) descansan en un bosque semiabierto. Los grandes animales probablemente hacían que estas zonas no crecieran en exceso.
Los uros (antepasados de los toros y vacas actuales) descansan en un bosque semiabierto. Los grandes animales probablemente hacían que estas zonas no crecieran en exceso.Brennan StokkermanAahrus university

Por último, estudios de las piezas dentales de rinoceronte de Merck indican la presencia de polen de avellano y un desgaste compatible con el consumo de hierba de pradera. Lo que, efectivamente apuntaría a que su hábitat era principalmente la pradera.

… que se complementan con los escarabajos

Aunque el grupo de investigación no puede asegurar que los grandes animales eran la causa principal del frenado de los bosques, hay fuertes indicios de que así era. En primer lugar, los grandes animales que todavía se encuentran en la actualidad, como los bisontes, tienen ese mismo efecto en los bosques donde aún están presentes. Además, los restos de escarabajos del último periodo interglaciar también demuestran que en aquella época vivían muchos animales de gran tamaño.

Al estudiar varios hallazgos de fósiles de escarabajos en Reino Unido, los investigadores no encontraron restos de especies que generalmente prosperan en bosques con frecuentes incendios forestales. En cambio, la presencia de grandes cantidades de escarabajos peloteros indica que algunas partes del paisaje pudieron estar densamente pobladas por grandes herbívoros.

Por tanto, estos hallazgos aportan nuevos datos en apoyo de la recuperación trófica, que consiste en restaurar ecosistemas biodiversos y autorregulados mediante el restablecimiento de los procesos de la red trófica, especialmente a través de especies de megafauna salvaje.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Como se puede observar en las zonas de monte descuidado, sin grandes animales, las zonas naturales se convierten en lugares dominados por una densa vegetación. Esto impide que muchas especies de plantas e insectos no pueden prosperar. Por tanto, a la hora de renaturalizar, es importante introducir los grandes herbívoros en los ecosistemas para fomentar la biodiversidad.

Referencias (MLA):