Los asentamientos de Homo sapiens habrían utilizado las herramientas de los neandertales para sobrevivir

Los humanos llegamos al noreste de Europa mucho antes de lo imaginado

Los asentamientos de Homo sapiens habrían utilizado las herramientas de los neandertales para sobrevivir

Excavadores a 8 metros de profundidad
Excavadores a 8 metros de profundidad Marcel Weiss

Cuando pensamos en nuestros parientes prehistóricos, los neandertales, es difícil no imaginarse cómo sería convivir en la actualidad con otra especie similar a la nuestra. Estamos tan separados del resto de seres vivos que hemos relegado toda nuestra interacción con ellos al mero utilitarismo. Nuestro contacto con los animales cercanos se reduce a dos papeles fundamentales: Si no los vemos como animales de compañía que aguardan nuestra llegada en un pequeño piso del centro de la ciudad, los vemos como comida. Así, es difícil entablar una relación de igual a igual con otro ser vivo.

Y sí, no se puede pasar por alto que la inteligencia del Homo sapiens es la principal causa de nuestro distanciamiento. Somos el empollón y el matón engendrados en el mismo individuo. Aunque no vamos a obviar que en el reino animal también se devoran los unos a los otros. Sin embargo, en nuestro caso, la interacción para con ellos es mucho más compleja.

Pero, cuando hablamos de los neandertales, una especie tan parecida a la nuestra y con la que se sabe que convivimos durante miles de años, es difícil no preguntarse cómo serían nuestras dinámicas con ellos en la actualidad si no se hubiesen extinguido ¿Tendríamos una convivencia pacífica?, ¿los relegaríamos a estratos inferiores como con el resto de las especies?, ¿nos los comeríamos?

Aunque todas estas preguntas son meros ejercicios para la imaginación, nos sirven para despertar la curiosidad con cada nuevo descubrimiento sobre nuestra relación con ellos en el pasado. En este caso, un nuevo hallazgo en una excavación antigua muestra evidencias de que el Homo sapiens llegó al noroeste de Europa mucho antes de lo pensado hasta el momento, haciéndonos coincidir con algunos grupos de neandertales.

Un segundo vistazo

Las cuevas de Ranis, en Alemania, son un yacimiento clave para entender la transición del Paleolítico Medio al Alto (hace unos 40.000 años) en el norte de Europa. El lugar fue estudiado durante la década de los treinta, extrayendo muestras de huesos y otros utensilios, los cuales, en un primer momento, se pensó que eran obra de neandertales. Sin embargo, entre 2016 y 2022 se decidió volver a estudiar los ocho metros de profundidad del antiguo complejo y así analizar de nuevo los restos de huesos almacenados, esta vez con una tecnología más avanzada.

Los investigadores encontraron una roca de 1,7 metros de espesor que, durante la primera incursión, no fue posible de estudiar. En ella descubrieron restos humanos pertenecientes a una época en la que se creía que el Homo sapiens no había llegado a esas latitudes del continente. Durante su convivencia en esa zona, los Homo sapienstuvieron que soportar temperaturas muy bajas y paisajes de estepa abierta, similares a los que se encuentran actualmente en Siberia o en el norte de Escandinavia. Si estas evidencias son ciertas, podría cambiar nuestra percepción de la evolución humana, ya que hasta ahora se creía que la adaptación del Homo sapiens a unas condiciones de clima frío no había aparecido hasta miles de años después.

La vida en la cueva

Pese a tener evidencias de que los Homo sapiens podrían haber habitado las cuevas de Ranis hace 47.500 años, sus estancias no parecen haber sido muy duraderas. Que se acostumbrasen al frío no quiere decir que lo disfrutasen.

Un análisis más exhaustivo de los huesos encontrados durante las excavaciones, la de 1930 y las actuales, mostraron evidencias de que todos contenían varios fragmentos de ADN idénticos. Esta prueba les permitió deducir que las muestras debían pertenecer o al mismo individuo o a una misma familia.

Los restos estudiados mostraron además que la cueva fue utilizada de forma intermitente por hienas, osos en hibernación y pequeños grupos de humanos. Estos últimos tuvieron necesariamente que adaptar sus herramientas para defenderse, ya que por aquella zona prevalecían los grandes carnívoros. Para ello, fabricaron elaboradas herramientas con piedra en forma de hoja de corte, las cuales también se encontraron en el yacimiento. Gracias a ellas, los Homo sapiens habrían podido usar la cueva por periodos cortos de tiempo, alimentándose a base de una amplia variedad de carne, incluyendo renos, rinocerontes lanudos y caballos.

Pero ¿de dónde sacaron los Homo sapiens la idea de fabricar unos utensilios así de novedosos? Las hojas bifásicas, trabajadas por ambos lados, eran armas características de los neandertales. Es por ello que, en un principio, se pensó que los restos encontrados en la cueva pertenecían a éstos. Sin embargo, con las nuevas evidencias, la historia podría dar un giro de ciento ochenta grados, hablándonos esta vez de la convivencia sinérgica de ambos grupos de homínidos. Quién sabe si nuestra supervivencia se la debemos, en parte, a estos parientes ya extintos.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • La desaparición de los neandertales es uno de los grandes misterios de la historia. Sin embargo, un dato que no es tan conocido es que en nuestro propio ADN se encuentran algunas secuencias de estos homínidos, poniendo en evidencia la posible convivencia de ambas especies hasta la extinción de los neandertales.

REFERENCIAS (MLA):